Vistas de página en total

15 nov 2016

Salmos 31:21-22 Bendito sea el Señor, pues mostró su gran amor por mí cuando me hallaba en una ciudad sitiada. En mi confusión llegué a decir: ¡he sido arrojado de tu presencia! Pero tú oíste mi voz suplicante cuando te pedí que me ayudaras.

Dios nunca te va a fallar.  Te lo repito: Dios nunca, nunca, nunca, te va a fallar.  Yo te voy a fallar.  Tus papás te van a fallar.  Tu pareja te va a fallar.  Tus hijos te van a fallar.  Pero Dios.  Jehová.  Nunca te va a fallar.  Todos hemos escuchado alguna vez el dicho: no pongas todos los huevos en la misma canasta.  De esta manera, si la canasta se cae o golpea, no se romperán todos los huevos.  En otras palabras, se llama diversificar riesgo.  Se utiliza también en el sector financiero y el principio es el mismo.  Todo el dinero en un solo producto resulta un riesgo mayor que en distintos productos que no estén relacionados.  Si a uno le va mal, a los otros les puede ir bien.  ¿Sabes?  Los que no tienen a Dios deben aprender a vivir así.  Diversificando.  Con miedo.  Cuidándose de que no se les rompan los huevos de la canasta.  Angustiados de lo que pasaría si se cayera esa canasta.  Tristemente, hay personas que dicen creer y conocer a Dios pero viven como si no fuera cierto.  Con los mismos temores y angustias que los demás.  Jehová no necesita diversificación.  No tienes que ayudarle.  Tampoco tienes que tener a Buddha, Gandhi o la ley de la atracción para complementar lo que le falta a la biblia.  ¡No le falta nada!  Es perfecta.  Aquellos que dicen lo contrario, te aseguro que ni la han leído o estudiado.  He escuchado tantas acusaciones a la biblia con tan poco fundamento que me sorprende cómo la gente cree lo que sea simplemente para tratar de negar lo que dice Dios.  Hoy quiero recordarte quién es Dios y en quién podemos confiar.  El Dios que mostró gran amor por David y le salvó es el mismo Dios que quiere tener comunión contigo.  Es el mismo Dios que quiere mostrarte cómo su Espíritu puede transformarte y llenarte de paz, consuelo, amor y perdón.  No es un misterio ni necesitas hacer algún ritual extraño.  Solamente tienes que pedirle a Dios que te perdone de tus pecados y pedir que Cristo sea tu Salvador.  Él se encarga de lo demás.
Piensa por un momento en dónde estás parado.  Hacia dónde vas.  Piensa en lo que está pasando en tu vida.  ¿Estás confiando plenamente en Dios o estás “diversificando”?  ¿Sigues pensando que es mejor poner los huevos en distintas canastas?  ¿La relación con Dios es para los domingos solamente?  ¿De qué tienes miedo?  ¿Qué te frena para realmente entregarle tu vida?  Recientemente meditaba mientras escuchaba una alabanza y me di cuenta que yo tengo toda mi vida, mi esperanza y mi todo depositados en Jehová.  No tengo diversificación.  Si Él me falla, todo, literalmente todo, se me viene abajo.  ¿El resultado?  Después de muchos años (por lo menos 15), Dios se ha encargado de cumplir con su parte y nunca fallarme.  De hecho, ha ido más allá y no solo no me falla sino que prospera mi camino y me llena de bendiciones.  Hoy quiero que haga lo mismo por ti.

Oración

Padre: vengo a Ti reconociéndote como Señor y Salvador.  Vengo pidiendo perdón por mis pecados.  Pidiendo por esperanza y paz en mi vida.  Vengo reconociendo mi necesidad de Ti.  Transfórmame y no permitas que el miedo me haga pensar que no eres suficiente.  Renuévame y permite que pueda vivir disfrutando de poner todo mi ser en Ti.  Te entrego mi vida.  Mis deseos.  Mis miedos.  Mi todo.  En Cristo Jesús.  Amén

No hay comentarios: