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15 nov 2013

1 Juan 4:9-10

Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él.  En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.




Vuelve a leer el pasaje y pon atención en la diferencia que hay entre cómo se manifiesta el amor de Dios y en qué consiste el amor de Dios.
Dios nos amó desde antes que enviara a su Unigénito.  En Jeremías capítulo uno, nos damos cuenta que el Señor nos conoce desde antes de nacer.  Desde que planeó su creación podemos pensar que ya nos amaba.  No es fácil entender tanto amor.  No es fácil tratar de darle dimensión a un amor que supera todo lo que pensamos.
El pasaje de hoy contiene dos de los puntos principales del cristianismo: Dios manifestó su amor al enviar a Cristo.  El amor consiste en que Él nos amó primero.
¿Sabes?  Hay religiones que utilizan la biblia y hablan de Jesús.  Sin embargo, de alguna forma terminan tergiversando lo que en ella está escrito y anuncian otro tipo de mensaje.  Nos dicen que tenemos que portarnos bien, que debemos repetir oraciones, que debemos confesarnos con otras personas, etc.  Si ponemos atención al pasaje, podemos entender claramente el plan del Señor.  Él nos ama.  Mandó a Jesús su hijo no solo para demostrar y manifestar su increíble amor sino para que fuera sacrificado por el perdón de nuestros pecados.  ¡Impresionante!  Si comprendemos esto, ¿cómo es posible que necesite repetir oraciones para que mis pecados sean perdonados?  Si el Hijo de Dios, que es Dios mismo, fue sacrificado por mis pecados, ¿cómo necesito hacer algo más?  ¿No te parece que no tiene sentido?  Cristo fue sacrificado para pagar por tus pecados.  No hay nada que puedas hacer para que tus pecados sean perdonados mas que aceptar ese sacrificio que hizo por ti.  Ni confesarte, ni buscar algún otro intermediario espiritual ni repetir oraciones ni vestirte de blanco y buscar energía positiva.  Es muy claro el pasaje: el sacrificio de Cristo es el medio por el cual nuestros pecados son perdonados.  Ahora, mucha gente no lee el pasaje completo o simplemente no lo entiende y comienzan a criticar el hecho de que alguien tenga que ser sacrificado por los pecados de alguien más.  No entienden por qué debe haber un pago por nuestros pecados.  Pero peor aún, no entienden que el mensaje no es el pecado y la paga del mismo sino ¡del gran amor que derramó Dios por nosotros!  ¿Lo entiendes?  Mientras la gente discute si el pecado o no el pecado, estamos omitiendo el mensaje principal: ¡la manera en que el Señor manifestó su amor!  Así que, si hoy quiero transmitirte un mensaje es este: Dios te ama y quiere tener comunión contigo.  Él está ahí, a tu lado.  Esperando que entiendas su gran amor por ti y el sacrificio que hizo su Unigénito.  El mensaje de Dios no es acerca del pecado.  El mensaje de Dios es acerca de su amor agape por ti y por mí.  ¿Qué vas a hacer con este amor?

Oración

Padre: gracias.  Gracias por manifestar tu amor y amarme de tal manera.  Hoy entiendo el sacrificio que hizo Cristo por mí y te pido que mis pecados sean perdonados.  Te pido que pueda abrazar tu amor y aprender a vivir amando a mi prójimo con ese amor.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gloria a Dios en las Alturas y paz a los hombres de buena voluntad

Anónimo dijo...

Me gustan mucho tus reflexiones y algo que me gusta es el hecho de que nunca te metes en ataques a otras religiones pero hoy si te falló, ojalá sigas escribiendo de una manera más ecuménica.

Un Tiempo con Dios dijo...

Muchas gracias por sus comentarios.
Tienes razón, trato de mantenerme muy fiel al pasaje y hablar más De Dios que de otras religiones, sin embargo hay momentos donde es necesario aclarar la diferencia entre lo que dice la Biblia y lo que las personas cambian y tergiversan argumentando que es lo que dice Dios aunque no sea cierto. En este pasaje, el enfoque es entender que Jesús vino a ser sacrificado y morir por nuestros pecados. Vino a sufrir lo que nosotros debíamos sufrir para que podamos tener comunión con el Padre. Si tenemos el sacrificio perfecto, me da tristeza que haya religiones que pongan obstáculos y desvíen la atención a Cristo para quedarse con la atención ellos mismos.

Que Dios los bendiga