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13 nov 2013

1 Juan 4:4-6

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.  Ellos son del mundo; por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo los escucha.  Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha.  Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.




Existe la idea de una batalla entre el bien y el mal.  Hay películas, novelas y demás historias que utilizan estas “fuerzas” para combatir entre ellas.  Incluso, toman ejemplos bíblicos como la batalla del Armagedón para hacernos pensar que realmente Dios y Satanás están jalando la cuerda con la misma fuerza y cualquiera de los dos puede ganar.  La verdad es muy distante a estas historias.  Dios, en su soberanía, no tendrá siquiera que esforzarse para aprehender a Satanás y frenar a los ángeles caídos.  No existe tal “jaloneo” entre uno y otro.  De hecho, en el libro de Job, podemos ver cómo es la relación entre Dios y Satanás.  El segundo tiene que pedir permiso para realizar cualquier cosa.  Así que, no te confundas con la capacidad que tiene Dios.  no dejes que la cultura limite en tu mente y en tu corazón lo grande y poderoso que es el Señor.  No hay absolutamente nada ni nadie por encima de Él.  No hay nada que no pueda hacer y la misma muerte obedece sus mandamientos.  ¡Ese es el Dios de la biblia!  ¡Ese es el Dios del que te comparto!
Juan nos da información sumamente importante: el mundo escucha lo que es del mundo y habla desde su punto de vista.  Por el contrario, los que somos de Dios, escuchamos las cosas de Dios y hablamos conforme al Espíritu.  Para poder distinguir a los falsos profetas y en general a todo aquello que está en contra de Dios, debemos estar en sintonía con lo que es de Él.  Lee la biblia.  Lee libros que te ayuden a entender la voluntad de Dios.  Comprométete con el Señor.  De lo contrario, ¿cómo esperas discernir entre Dios y el mundo si no conoces de Él?  Cuando Juan nos dice que hemos vencido a los falsos profetas, explica la causa para esa victoria: porque Dios está en nosotros. 
¿Sabes?  No puedes estar jugando con Dios.  No puedes estar un día y al siguiente no.  Dios no soporta a los inconstantes.  Leíste bien.  Él quiere hijos comprometidos.  Él quiere siervos que entreguen su vida y quieran obedecerle en todo.  No quiere ser el último recurso cuando toda tu vida se ha derrumbado.  No quiere ser el “hacedor de milagros” cada vez que te encuentras en problemas.  No.  Él quiere ser el Señor de tu vida en todo momento.  Como dije al principio, no existe la batalla entre el bien y el mal.  Lo que sí existe es la batalla entre tu orgullo, tus celos, tus rencores, tus odios, tus amarguras y todo aquello que no quieres soltar y la voluntad de Dios.  ¡Esa es la verdadera batalla!  Juan nos dice lo que sucede cuando permanecemos en Él.  Ahora te corresponde decidir de qué lado estás.  ¿Quieres ser engañado por el mundo y seguir cualquier corriente o quieres obedecer al que ha vencido al mundo?

Oración

Padre: te pido perdón por mis pecados.  Te pido perdón por mi falta de entrega y querer vivir dos vidas al mismo tiempo.  No más.  Hoy me entrego a ti.  Te pido tomes el trono de mi vida y seas Tú quien dirija de ahora en adelante.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén

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