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25 sept 2013

1 Juan 2:7-9



Queridos hermanos, lo que les escribo no es un mandamiento nuevo, sino uno antiguo que han tenido desde el principio.  Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron.  Por otra parte lo que les escribo es un mandamiento nuevo, cuya verdad se manifiesta tanto en la vida de Cristo como en la de ustedes, porque la oscuridad se va desvaneciendo y ya brilla la luz verdadera.



Honestamente tuve que leer el pasaje completo varias veces para entenderlo.  Parecía contradictorio y no entendía lo que Juan nos transmite en estas palabras.  Después de orar y leerlo con paciencia, me parece que entendí lo que nos quiere decir y voy a tratar de hacer mi mejor esfuerzo para transmitirlo.
Primero, ¿a qué se refiere con el antiguo mandamiento?  Se refiere al versículo 3 donde nos explica que si conocemos a Dios, le debemos obedecer.  No es nada nuevo.  Siempre ha existido una relación de obediencia.  Pero por otro lado, nos habla de un nuevo mandamiento.  Un mandamiento que se manifiesta en la vida de Cristo y en la nuestra.  Un mandamiento que distingue la luz de la oscuridad.
La biblia nos dice que, antes de conocer a Cristo, andamos en oscuridad.  Estamos encadenados y no sabemos hacia donde vamos.  Pero cuando venimos a Él, la oscuridad se va desvaneciendo y la luz verdadera brilla.  Esto es lo que nos está diciendo Juan.  La luz debe brillar ahora en nuestras vidas.  No se trata de obedecer por obedecer.  No se trata de cumplir con una lista de cosas para llegar al cielo o ser “bueno”.  ¡no!  Se trata de que la luz verdadera brille en tu vida.  Se trata de que tu ser entero sea renovado y Cristo brille a través de tus actos.  ¿lo puedes entender?  No sirve de nada ir los domingos a un servicio si tu vida no es transformada.  No sirve de nada leer la biblia si el día en que tu fe es puesta a prueba, prefieres seguir tomando tus propias decisiones.  ¿De qué sirve llenarte de tanto conocimiento si al final tu vida no brilla?  ¡De nada!  Los judíos no lo entendieron y por esta razón viene Cristo y el nuevo testamento.  A aclararnos lo que ya se les había explicado.  Que Dios no busca un comportamiento.  No busca nuestro exterior.  Él busca nuestro interior.  Él busca lo que hay en nuestro corazón.  ¡Éste es el verdadero cambio!  ¡Éste es el nuevo mandamiento!  Ser renovado.  Nacer de nuevo.  Externar al Señor nuestro interior y dejar que ahora Él brille para que la oscuridad no tenga cabida en nuestras vidas.
Has una reflexión sobre tu vida espiritual.  ¿Hay luz o hay oscuridad?  ¿Dejas que Dios guíe o quieres seguir tomando tus decisiones?  ¿Brilla tu orgullo o tu humildad?  Espero que hoy puedas meditar en tu comunión con Cristo y entender que, aunque no es fácil, debemos estar trabajando constantemente para crecer espiritualmente.  Esto nunca acaba.  Pero tampoco las bendiciones de seguirle.

Oración
Padre: gracias por mostrarme que mi relación contigo no es de actos ni hechos hipócritas sino de lo que hay en mi corazón y lo que realmente sale de ahí.  Te pido que me renueves y pueda actuar conforme a tu voluntad.  Te pido que la luz de Cristo brille en mi vida.  Te pido que mi orgullo se apague y mi humildad brille.  Señor, toma el trono de mi vida.  En Cristo Jesús.  Amén.

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