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17 sept 2013

1 Juan 1:2-4


Esta vida (la de Cristo) se manifestó.  Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado.  Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros.  Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.  Les escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa.



La biblia fue escrita por hombres.  Resulta difícil creer que este libro sea la palabra misma de Dios.  Más aun si consideramos que no existía la imprenta.  Aquellos que dudan sobre este libro tienen razón en hacerlo.  Pero dudar no debe terminar ahí.  No debe utilizarse como una excusa para no reconocer nuestra necesidad de Dios.  No podemos pensar que nuestra duda hace que Dios deje de ser Dios o que su palabra no esté impresa en la biblia.  ¿Lo puedes entender?  Nuestra incapacidad de comprender a Dios no hace que Dios deje de ser quien es.  Tristemente muchas personas se quedan ahí.  Engañadas por sus propios pensamientos y conclusiones.  Por esta razón es importante anunciar el evangelio.  Para romper esos mitos.  Para que la gente abra los ojos y entienda que Dios va más allá de ti y de mí.  Para que al abrir su mente y su corazón puedan ver al Dios viviente que da la vida en abundancia.  Recuerda esto: nuestro deber es anunciar a Dios, el sacrificio de su Hijo y sobre todo, la esperanza que brinda su resurrección.  No anunciamos lo que podemos entender.  No anunciamos lo que nosotros consideramos que debe o no debe ser.  Anunciamos lo que Dios manifestó en la biblia que es su palabra.  Así que, deja de dudar.  No te limites.  Deja que Dios haga su parte y tú has la tuya.  ¡comparte a Cristo!  No te preocupes si te van a creer o no.  No te preocupes porque la gente cuestione o niegue tu fe.  Recuerda y reconoce que si hoy tú la puedes comprender es por la gracia y misericordia que Dios tuvo de ti.  ¿Acaso crees que eres más inteligente y por eso reconociste al Señor?  ¿Crees que eres más santo?  ¡No!  La verdad es que por gracia hemos sido rescatados y nuestra labor es extender esa misma gracia a los demás.  Por esta razón Juan dice: les escribimos para que nuestra alegría sea completa.  ¡Compartir a Dios es un gozo!  Trabajar para su reino es causa de alegría.  No te confundas ni te dejes convencer por el enemigo.  Anunciar y servir  a Dios será lo que te de vida en abundancia.
Juan nos anuncia lo que vio y oyó.  No lo que le contaron.  No lo que pensaba.  No lo que creía.  Lo que directamente vio como testimonio del Cristo.  Esto nos anuncia y esto es lo que nos corresponde anunciar.  Como personas.  Como iglesia.  Nuestro deber es anunciar a Jesús.  Dar testimonio de su existencia.  Dar testimonio de su deseo de reconciliarse con cada uno de nosotros.  ¡Hagámoslo!  No para nosotros.  No para sentirnos bien.  No para que piensen que somos buenos.  No.  Para servir al Dios Creador y llevar sus bendiciones y gracia a todas las personas.

Oración
Padre: perdona que he dudado sobre la veracidad de tu palabra.  Hoy entiendo que no puedo limitarte en aquello que puedo y no puedo comprender.  Tú eres Dios.  Tú eres el creador.  Yo no puedo encerrarte en mi capacidad de entenderte.  Perdóname.  Perdona mis pecados y permite que pueda abrir mis ojos hacia Ti y seguirte en todo lo que haga.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

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