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10 jun 2013

1 Pedro 3:1-6


Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa.  Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos.  Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible.  Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios.  Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban en Dios, cada una sumisa a su esposo.  Tal es el caso de Sara, que obedecía a Abraham y lo llamaba su señor.  Ustedes son hijas de ella si hacen el bien y viven sin ningún temor.




Antes de cualquier comentario, debes saber que el día de mañana toca todo lo relacionado a los esposos.  Recuerdo que estos versículos se hablaron en mi boda.  Recuerdo también que en cualquier ocasión en la que se hace mención de ellos, causan mucho alboroto.  No son palabras fáciles de entender y mucho menos de llevar a cabo.  Sin embargo, no por eso quiere decir que no son verdad y que no lleven bendición para aquellos que las siguen.  Las mujeres escuchan la palabra someterse e inmediatamente cierran sus oídos.  ¡Pensamiento retrógrada!  Las cosas ya no funcionan así.  ¡Es injusto y da lugar al abuso!  Definitivamente entiendo que no es fácil pero tampoco es imposible.  Por esta razón, como seguidores de Cristo, debemos dejar a un lado tanto “ruido” y poner atención a lo que Dios quiere y pide de nosotros.  Los versículos de hoy no son populares ni bien aceptados.  Las parejas de hoy en día tratan de evitar tener una relación con este tipo de premisas.  Tristemente, las mujeres “modernas” son sumamente independientes y es relativamente normal ver que aplasten a sus maridos.  Quisimos dar un giro al matrimonio pensando que las ideas del hombre son mejores que los planes del Señor.  Pensamos que podíamos hacerlo mejor a nuestra forma.  Dios nos creó.  Dios conoce tus debilidades.  Dios sabe cuál es la mejor manera de llevar un matrimonio.  Él sabe cómo puedes tener una relación con tu pareja para enamorarte cada día más y tener un hogar estable.  ¿Qué abunda hoy?  Familias disfuncionales.  Divorcios.  Engaños.  Maltratos.  Insultos.  Queremos jugar al matrimonio con nuestras propias reglas en lugar de las de Aquél que lo creó.  ¿Resultado?  Lo hemos echado a perder.  ¿Sabes algo?  Definitivamente me encanta ver a mi esposa arreglada y con un vestido en el que se vea hermosa.  Definitivamente un peinado puede hacer que se vea muy atractiva.  ¡Claro que me gusta verla!  ¡Claro que me emociona verla adornada como dice la biblia!  Sin embargo, cuando más me enamoro de ella no es cuando se viste de tal o cual forma.  No.  Cuando veo que quiere entregar su vida al Señor es cuando más me enamoro de ella.  Cuando veo que quiere seguir la voluntad de Jehová sin importar las circunstancias, más me enamoro.  Cuando escucho sus pensamientos y veo cómo el Señor va moldeando su corazón, más me enamoro.  Sí, los hombres somos visuales y nos llaman la atención mujeres atractivas como lo describen los versículos.  Sin embargo, esto no es la base para una relación.  Es imposible querer fundamentar un matrimonio en tan pobres principios.  Piénsalo.  No basta con llevarse bien y tener gustos en común.  ¿Cuáles son las bases de tu relación?  ¿Cómo quieres enamorar a tu marido?  Dios nos ha dado la pauta para tener un matrimonio exitoso y lleno de gozo.  Nosotros hemos echo a un lado esos principios y jugado nuestras propias cartas.  Abre los ojos.  ¿A dónde nos ha llevado el seguir nuestras reglas?  ¿A dónde nos ha llevado el criticar y juzgar la palabra de Dios?  Tal vez tu matrimonio esté a punto de colapsar o ya haya colapsado. Tal vez estás buscando pareja.  Sea cual sea tu situación, te animo a que pongas los principios de Dios por encima de cualquier cosa.  Te animo a que abras tu entendimiento y permitas que el Señor te muestre el por qué sus mandamientos, aunque parecen duros y difíciles, serán la mejor manera de llenar tu vida y tener un matrimonio sólido.  El ejemplo de una mujer que sigue a Dios es extraordinario.  No minimices el impacto que puedes tener.  No dudes de la palabra de Dios.  Busca y promueve, como la biblia dice, la belleza incorruptible por encima de la corruptible.  Esto sí tiene mucho valor delante de Dios y tú serás la primera en recibir bendiciones.

Oración
Padre Santo: es difícil seguir tus mandamientos.  Es difícil negarse a uno mismo.  Es difícil cambiar las costumbres e ideas que tengo.  Sin embargo, hoy veo en dónde estoy y sé que no es el mejor lugar.  Hoy entiendo que Tú tienes algo mejor para mí.  Hoy entiendo que Tú restauras las ruinas y renuevas relaciones que estaban acabadas.  Te pido que pueda entregarte mi vida y por consecuencia mi vida en pareja.  Te pido pueda seguir tu voluntad y tenga fe para cada día estar seguro que tus principios serán de mayor bendición y lo mejor que pueda hacer.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

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