Vistas de página en total

30 abr 2012

Hechos 22:25-29


Cuando lo estaban sujetando con cadenas para azotarlo, Pablo le dijo al centurión que estaba allí: ¿Permite la ley que ustedes azoten a un ciudadano romano antes de ser juzgado?  Al oír esto, el centurión fue y avisó al comandante.  ¿Qué va a hacer usted?  Resulta que ese hombre es ciudadano romano.  El comandante se acercó a Pablo y le dijo: dime, ¿Eres ciudadano romano?  Sí, lo soy.  A mí me costó una fortuna adquirir mi ciudadanía.  Le dijo el comandante.  Pues yo la tengo de nacimiento replicó Pablo.  Los que iban a interrogarlo se retiraron en seguida.  Al darse cuenta de que Pablo era ciudadano romano, el comandante mismo se asustó de haberlo encadenado.


El hecho de utilizar su ciudadanía no sólo le evitó que le siguieran golpeando sino incluso de tener que aceptar ser culpable de un crimen que no cometió.  En el momento en que se levanta semejante alboroto, el comandante asumió que Pablo había cometido algún crimen y por ello lo lleva preso.  No era raro en ese entonces que después de recibir semejantes golpizas, los acusados simplemente aceptaran una acusación que pudieron no haber cometido. Pero al darse cuenta que era romano, sabe que puede meterse en problemas y decide frenar cualquier maltrato.
Me encanta ver cómo Dios se encarga de protegernos en los momentos cruciales y nos quita cualquier estorbo para poder lograr el plan que tiene para nuestras vidas.  Ojo,  Pablo probablemente murió decapitado.  Pedro y otros discípulos murieron crucificados.  Al final, Pablo tuvo que atravesar la muerte por causa de Cristo, pero todo fue en el tiempo de Dios y no de los hombres.  Asimismo, tú y yo vamos a morir y seremos llamados a cuentas.  En el tiempo que Dios lo decida, nuestra estancia en este mundo terminará.  ¿Para qué digo esto?  Para que puedas tener la perspectiva correcta de las cosas.  La perspectiva divina.
Por otro lado, resulta interesante la declaración del comandante en cuanto a la fortuna que tuvo que pagar para poder ser ciudadano romano.  Yo la tengo de nacimiento le contesta Pablo.  En pocas palabras, a mí no me costó nada.  De esta misma forma, veo que la gente se comporta en cuanto a las religiones.  Ir al cielo les cuesta carísimo mientras que los que creemos en Cristo y le hacemos nuestro Señor y Salvador, recibimos la vida eterna y promesa de estar a su lado “por nacimiento” y no por obras.  El evangelio de Juan en el capítulo 3 nos dice que al aceptar a Cristo, nacemos de nuevo.  Esta nueva ciudadanía no nos costó (Jesús pagó por nosotros) y nos llena de grandes beneficios.  Lo importante es entender que no habrá fortuna ni cantidad de ofrendas u obras que puedan llevarte al cielo sino por la reconciliación con Dios a través de Cristo.  El comandante pudo comprar su ciudadanía romana.  El ser hijo de Dios no se compra con nada de lo que hay en este mundo.  Es un derecho que se otorga al reconocer nuestros pecados y pedir ser reconciliados a través de Jesús (Juan 1:12-13).  Medita en tu vida y tus actos.  ¿Dónde está Cristo y qué papel tiene?  ¿Sabes a dónde iras cuando mueras?  Hoy puedes estar convencido de que irás al cielo pues la palabra de Dios nos dice cómo.  No te costará una fortuna.  Le costó a Dios entregar a su Unigénito.  Si lo aceptas, lo recibirás por “nacimiento”.
Oración
Padre: quiero reconciliarme contigo.  Reconozco que soy pecador.  Reconozco que te necesito.  Pensaba que podía seguir adelante pero hoy entiendo cuánta falta me haces.  Hoy entiendo que un día me llamarás y quiero estar seguro que iré a tu lado y no estaré apartado de Ti.  Gracias por el sacrificio de Jesús.  Gracias por permitirme ser hijo tuyo.  Te pido que mi vida sea renovada en ti y que pueda nacer de nuevo.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

26 abr 2012

Hechos 22:22-24


La multitud estuvo escuchando a Pablo hasta que pronunció esas palabras. Entonces levantaron la voz y gritaron: ¡Bórralo de la tierra! ¡Ese tipo no merece vivir!  Como seguían gritando, tirando sus mantos y arrojando polvo al aire, el comandante ordenó que metieran a Pablo en el cuartel. Mandó que lo interrogaran a latigazos con el fin de averiguar por qué gritaban así contra él.


¿Cuáles fueron las palabras que desataron tal alboroto?  El que Dios le haya dicho a Pablo que lo mandaría con los gentiles.  Es probable que te resulte extraño o difícil de comprender.  Hoy en día, se busca que haya igualdad y tolerancia por lo que no es fácil ver una reacción de ese tipo como normal.  Pero en ese tiempo, las diferencias entre pueblos eran muy marcadas.  Lo que me parece interesante de analizar en este pasaje es justamente la forma en que reacciona la multitud.  ¿Por qué reaccionan así?  ¿Realmente es por las palabras que Pablo dice?  Pienso que va más allá.  Las palabras de Pablo solamente traen a la luz lo que había en su corazón.  Esas palabras permitieron que saliera todo lo que sus costumbres, forma de pensar y de llevar su religión habían creado en ellos: personas con celos, odios, rencores, corajes, amargura, deseos de venganza entre otras cosas.  ¿Lo puedes ver?  Unas palabras pudieron hacer que la multitud deseara la muerte de un individuo.  ¿Por qué?  Porque su vida estaba totalmente de cabeza.  Se creían religiosos.  Se creían buenos.  Se creían que hacían bien las cosas.  ¿La realidad?  No podían estar más apartados de Dios.  ¿Cómo se relaciona esto contigo y conmigo?  Pues, aunque no nos guste, todavía hay mucho dentro de nosotros que se parece a lo que la multitud tenía.  Unas cuantas palabras y sacamos lo peor de nosotros.  Eventos que no nos gustan y traemos a la luz todo lo que hay dentro de nosotros y cometemos atrocidades.  Tal vez no matamos a alguien físicamente, pero verbalmente pudimos haber hecho algo similar.  Estoy seguro que sabes a lo que me refiero.  Se honesto.  Piensa en los momentos que no te has podido “controlar” y los daños que causaste.  ¿Te das cuenta qué similares somos a esa multitud?  Pero hay esperanza.  No tenemos que vivir atados ni esclavizados.  El Señor quiere renovar nuestra forma de vivir.  Quiere transformar nuestra forma de pensar.  Quiere eliminar todo lo que hemos adquirido para poder llenarnos de sus características.  ¿Cómo se logra?  Estando en comunión con Él.  Cuando haces una oración, le expones a Dios lo que hay en tu corazón, mientras que, cuando lees la Biblia, escuchas sus respuestas.
Si piensas que tú no eres como la multitud déjame decirte que estás equivocado y que  has hecho un gran trabajo en esconder y “controlar” tu verdadero yo.  Cada uno de nosotros tenemos una naturaleza caída y nos llena de estos pensamientos y actitudes.  No hay justo ni aún uno, nos dice la Biblia.  Es por esta razón que debemos alimentar nuestro espíritu más de lo que alimentamos nuestra carne.  Piensa en esto, si un atleta se prepara y alimenta mejor que el otro ¿Quién ganará?  De la misma forma, si tu vida está entregada para el reino del Señor, tus acciones, tu corazón y tus pensamientos estarán en línea con Él.  Por el contrario, si unas veces lees, otras cuantas oras y después quieres no tener odios, rencores o poder amar a tu prójimo pues obviamente estarás viviendo inconstantemente.  ¿Lo puedes ver?  ¿Te das cuenta de cuánto afecta a tu vida tu manera de pensar y tus acciones?  Todo se resume a una decisión: tener la convicción de querer vivir para Dios.  ¿Qué vas a decidir?
Oración
Padre: quiero vivir para Ti.  Perdona mis pecados.  Limpia mi corazón.  Limpia mi ser.  No quiero vivir teniendo este tipo de reacciones.  No quiero vivir alimentando mi naturaleza caída.  Quiero aprender a alimentar mi espíritu y a buscar tu reino.  Quiero que seas mi prioridad y te pido perdón porque te he quitado del trono que te mereces.  Guíame Señor en tu camino.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén 

25 abr 2012

Hechos 22:17-21


Cuando volví a Jerusalén, mientras oraba en el templo tuve una visión y vi al Señor que me hablaba: "¡Date prisa! Sal inmediatamente de Jerusalén, porque no aceptarán tu testimonio acerca de mí."  "Señor —le respondí—, ellos saben que yo andaba de sinagoga en sinagoga encarcelando y azotando a los que creen en ti; y cuando se derramaba la sangre de tu testigo Esteban, ahí estaba yo, dando mi aprobación y cuidando la ropa de quienes lo mataban."  Pero el Señor me replicó: "Vete; yo te enviaré lejos, a los gentiles."


Una vez que has tenido tu encuentro con Cristo, normalmente suceden dos cosas.  La primera es que tienes un deseo de cambiar tu vida y comenzar a obedecer a Dios.  La segunda es que todo tu pasado te estorbará para poder caminar hacia adelante.  Esto es exactamente lo que vemos con Pablo.  El Señor le da una instrucción.  Sabemos que quiere obedecer, pero comienza a exponer al Señor (como si no lo supiera) los posibles problemas por lo que hizo en el pasado.  Señor, yo me dediqué a perseguir a los tuyos.  Incluso aprobé la muerte de Esteban.  ¿Cómo voy a ser testigo tuyo?  Lo interesante y realmente práctico para nuestra vida es entender la respuesta de Dios: vete, yo tengo planes para ti, te enviaré a los gentiles.  ¿Quiénes eran los gentiles?  Todos aquellos que no eran judíos.  ¿Había pensado Pablo en la posibilidad de que el plan para su vida era ir con los gentiles?  ¡Seguro que no!  Debemos aprender a conocernos.  Debemos darnos cuenta de cómo reaccionamos y cómo pensamos.  De esta manera, podemos percatarnos de cómo nuestra antigua manera de vivir estorba en nuestro nuevo camino.  Si no ponemos atención a esto, te encontrarás con trabas y más trabas y te tardarás el doble en darte cuenta que, el problema, eres tú y tu forma de pensar.
Pablo no imaginaba que Dios tendría un plan donde él podría trabajar enormemente.  De hecho cuestionaba los planes del Señor por estar acostumbrado a ver y pensar de una manera.  Ahora era el momento de comenzar a confiar en el Todopoderoso.  Señor, no entiendo lo que estás diciendo.  No entiendo como funcionará esto o aquello.  Pienso que no hay cómo solucionar este problema.  Sin embargo, yo sé que todo está en tu control y quiero obedecerte.  Ayúdame a permanecer en Ti.  Esta es la actitud que debemos tener hacia nuestro Señor.  Exponer nuestros sentimientos.  Nuestros miedos.  Nuestra falta de visión.  Pero sobre todo, nuestro deseo de seguirlo.
Otro tema importantísimo dentro de este pasaje es la misericordia y gracia de nuestro Dios.  Pablo había consentido el homicidio de Esteban.  Había permitido el arresto y maltrato de cantidad de discípulos.  Verdaderamente había hecho mal las cosas.  Sin embargo, nuestro Señor nos enseña lo que es su amor, su gracia y su misericordia al permitirle que se reconcilie con Él.  Su encuentro no fue para vengar la muerte de Esteban.  Mientras tanto, a nosotros nos enseñan allá afuera a no olvidar, a no perdonar y a regresar el daño que nos causaron.  Aprende a perdonar.  Aprende a entregar tus deseos de venganza y odio al Señor.
Hoy puedo decirte que Dios tiene un plan para tu vida.  También debes saber que ese plan probablemente será muy distinto a lo que tu piensas o pudieras imaginar.  Dios, en su poder, lo irá mostrando a su tiempo y conforme estés preparado.  Te animo a que te autoexamines.  Te animo a que reflexiones en tu pasado y te des cuenta cuánto está afectando tu comunión con Dios.  Piensa cuántas trabas pones al plan de Dios por querer seguir arrastrando tu forma de pensar y de vivir.  ¡Déjate transformar por el Señor!  Confía en Él.  Tienes que dar ese primer paso de fe.  No te dejes sorprender por no entender lo que sucede.  No te quedes quieto por tener miedo a la incertidumbre.  Dios está ahí y quiere guiarte.  Te corresponde creer y confiar.
Oración
Padre: Tú que estás en los cielos y eres Santo, te doy las gracias por tener un lugar para mí.  Gracias por ofrecerme tu amor y misericordia a pesar de lo que he hecho.  Te pido perdones mis pecados.  Te pido que pueda dejar atrás lo que he vivido y te deje transformarme conforme a tu voluntad.  Dame fuerza para no separarme de ti.  Señor, guía mi camino.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén 

23 abr 2012

Hechos 22:12-16


Vino a verme un tal Ananías, hombre devoto que observaba la ley y a quien respetaban mucho los judíos que allí vivían.  Se puso a mi lado y me dijo: "Hermano Saulo, ¡recibe la vista!" Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo.  Luego dijo: "El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca.  Tú le serás testigo ante toda persona de lo que has visto y oído.  Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre." 


Sin que Pablo supiera o siquiera tuviera una pequeña idea de lo que sucedería, el Señor ya se había encargado de hablar con Ananías y le había instruido que fuera en busca de Pablo y lo guiara en sus primeros pasos como seguidor de Cristo.  Por ejemplos como este, debemos recordar que la esperanza y la fe en nuestro Dios nunca debe desaparecer.  Sí, los problemas pueden ser muchos, las enfermedades sumamente devastadoras, y toda la lista de problemas que se te pueden ocurrir son lo suficientemente fuertes para dejarnos sin respiro ni esperanza, pero nuestro Dios, tiene su plan.  Además, recuerda que Él está de tu lado.  Él puede traer, de distintas formas, a los Ananías a tu vida y te permiten recobrar la vista como lo hicieron con Pablo.  ¿De dónde vinieron?  ¿Cómo pasó?  ¿Cómo se solucionó?  Solo Dios lo sabe.  ¿Lo puedes ver?  Pablo no sabía lo que sucedería en Damasco.  Estaba ciego.  Pero aún así, decidió ir y el Señor se encargó de arreglar todo para que no hubiera problemas.  
Necesitamos más Ananías en este mundo.  ¿Qué características tienen estas personas?  Ponen primero la voluntad del Señor por encima de la propia.  Ananías confió en que Dios lo protegería de este hombre malvado con reputación implacable que perseguía ferozmente a los cristianos.  ¡Imagina por un instante lo que pasó por su mente cuando le pidieron que fuera a encontrarse con Saulo!  Personas que piensan en el amor al prójimo por encima del amor a uno mismo.  Ananías puso su vida en peligro al ir con Pablo.  ¿Qué estás haciendo por tu prójimo?  Servir a nuestro prójimo es servir a Jehová (1a Corintios 10:24).  A veces representa una actividad sencilla mientras que en otras significa un cambio fundamental en tu forma de vivir y de pensar.  Definitivamente necesitamos más personas que se entreguen por su prójimo.  Ahora, a los que hemos decidido seguir a Jesús no tenemos opción, nos corresponde amar a nuestro prójimo como uno de nuestros principales mandamientos a seguir.  Ojo, no amar a tu familia ni a los que te caen bien, el mismo Jesús dijo, ¿qué mérito tiene amar a los que nos aman?   Amar a nuestro prójimo es realmente transformador.  Gandhi utilizó este concepto y logró la independencia de un país sin necesitar armas.  Si una persona que no cree en Cristo como su salvador pudo entender el poder de su mensaje, ¿por qué nosotros que creemos en Él y lo hemos hecho nuestro Señor no tomamos su mensaje como pan de cada día?  Sí, nos acordamos un día y luego otro día, pero la vida en Cristo debe ser cada segundo.  Meditar en su palabra de día y de noche nos dice la Biblia.
Me parece que esta escena entre Pablo y Ananías nos recuerdan dos puntos principales en nuestro caminar en Jesús: el primero se basa en el amor a nuestro prójimo y el segundo en confiar que el Señor manda a Su tiempo a los Ananías para recordarnos que tiene un plan a pesar de que no veamos por dónde puedan cambiar las cosas.
Oración
Padre: perdona mi incredulidad.  Perdona que te cuestione e incluso que te reclame.  Hoy entiendo que estás trabajando y no puedo ver todo lo que se está moviendo.  Te pido que pueda tener paz y consuelo.  Te pido que pueda entender que en Tu tiempo y en Tu forma, traerás a los Ananías a mi vida y podré entender tus planes.  Te pido que mi fe no se desvanezca.  Te pido que pueda aprender a amar a mi prójimo y que se convierta en un deseo de todos los días.  Yo sé que debo cambiar.  Heme aquí mi Dios.  Transfórmame.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén 

19 abr 2012

Hechos 22:6-12


Sucedió que a eso del mediodía, cuando me acercaba a Damasco, una intensa luz del cielo relampagueó de repente a mi alrededor.  Caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"  "¿Quién eres, Señor?" , pregunté. "Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues" , me contestó él.  Los que me acompañaban vieron la luz, pero no percibieron la voz del que me hablaba.  "¿Qué debo hacer, Señor?" , le pregunté. "Levántate —dijo el Señor—, y entra en Damasco. Allí se te dirá todo lo que se ha dispuesto que hagas."  Mis compañeros me llevaron de la mano hasta Damasco porque el resplandor de aquella luz me había dejado ciego. 


Pablo está narrando su encuentro con Jesús.  Era un día como cualquier otro.  Él estaba camino a su “trabajo” rumbo a Damasco para traer presos a algunos seguidores de Cristo.  Estaba convencido que su vida era perfecta o sumamente buena.  Celoso de sus creencias.  Orgulloso de su educación y éxitos.  Contacto directo con los principales líderes.  ¿Qué más podía pedir?  Dentro de todo lo que conocía, no podría estar haciendo mejor las cosas.  De cierta manera, la vida de Pablo traída a nuestros días, sería aquella de una persona que ha conseguido el éxito tanto en lo personal como lo profesional.  No ha hecho nada “malo”.  Tiene sus principios bien establecidos y basado en lo que esta persona piensa, ha hecho bastante bien las cosas.  Pero en un instante la vida de Pablo cambió.  Una intensa luz relampagueó y cayó al suelo.  No podía ver.  No podía pararse.  Solamente pudo escuchar.  Pablo, ¿Por qué me persigues? Preguntó Dios. Dentro de su omnipotencia, muchas veces decide presentarse frente a nosotros y no dejarnos caminar más.  Ayer estabas sano y hoy estás en el hospital.  Ayer tu pareja o hijos viven y hoy uno de ellos falleció.  Ayer tenías un trabajo y hoy no hay nada.  ¿Qué paso?  Es esa luz relampagueante del cielo que nos tumba y no nos deja movernos.  Después viene la voz del Señor: ¿Hacia dónde vas?  ¿Qué estás haciendo?  ¿Cuánto tiempo vas a seguir ignorándome?  Nosotros, al igual que Pablo respondemos ¿Quién eres?  Y nuestro Dios contesta: el Creador de todo lo que ves.  El que es, era y será.  El Todopoderoso.  El que pone y quita reyes.  El que dirige los mares y da dirección a los vientos.  El pasaje nos dice que los demás veían la luz pero no escuchaban las palabras.  Así también pasa con nosotros.  Los demás se percatan que hemos sufrido o que algún evento difícil se nos ha atravesado, pero no escuchan a Dios haciendo su presentación.  Dios es personal.  Dios busca una relación única contigo.  Por eso los demás no entienden ni ven lo que tú sí.  
No sabemos cuánto tiempo pasó Pablo en el suelo.  Tal vez intentó pararse.  Tal vez trató de comprender lo que estaba sucediendo.  ¿Será una alucinación por mi caída?  Pero finalmente decide responder.  ¿Qué debo hacer Señor?  En otras palabras: Señor, yo iba camino a Damasco y mis planes eran A,B y C, pero ahora quiero preguntar cuáles son Tus planes para mí.  ¿Te das cuenta cómo Dios nos busca y transforma?  Hoy ibas camino a tu actividad diaria y de repente todo cambió.  ¿Qué vas a hacer?  Esperar a que puedas levantarte para seguir con tus planes o doblar tu corazón, doblar tu orgullo, doblar tu rodilla y preguntar a Dios: ¿Qué quieres qué haga Señor?  ¿Qué tiene que acontecer en tu vida para darte cuenta que Dios existe y que te está buscando?  ¿Qué tiene que pasar para que reconozcas que le has dado la espalda y lo has ignorado?  Levántate y entra en Damasco le dijo Dios.  Tuvo que ser llevado por sus acompañantes pues no podía ver.  Sin embargo, decidió obedecer y emprendió su camino a Damasco.
No sé que has vivido.  No conozco tu situación exacta.  Lo que estoy seguro es que Dios está buscándote.  Dios quiere tener comunión contigo.  Dios quiere llenarte de bendiciones.  Para ello, es necesario que reconozcas que le has fallado.  Que has pecado.  Que necesitas de Él para seguir adelante y para poder ser perdonado.  Ya sabes lo que es vivir conforme a tu voluntad.  Mira dónde te ha dejado.  Tal vez tu matrimonio se ha terminado.  Tal vez te sientes más solo que nunca.  Tal vez las adicciones se apoderan más y más de ti.  Tal vez no has podido perdonar y el coraje te consume por dentro.  Tal vez el vacío que hay en ti se ha vuelto insoportable.  Cualquiera que sea tu situación, hoy puedes cambiar.  Hoy puedes pedir a Dios para que te muestre un nuevo camino.  Créeme, ese camino es mejor que el que tú has trazado y mucho mejor de lo que podrías trazar por más que lo intentes.  Pablo escuchó a Dios y decidió obedecer.  ¿Qué vas a decidir tú?
Oración
Señor: quiero pedirte perdón por mis pecados.  No puedo seguir más pues el camino que he escogido y las decisiones que he tomado no han traído nada bueno.  Te necesito.  Ayúdame a entender que puedo vivir de otra forma.  Ayúdame a entender que al obedecerte hay bendiciones y puedo ser feliz.  Cambia mi corazón.  Cambia mi vida.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

18 abr 2012

Hechos 21:40, 22:1-5


Con el permiso del comandante, Pablo se puso de pie en las gradas e hizo una señal con la mano a la multitud.  Cuando todos guardaron silencio, les dijo en arameo: Padres y hermanos, escuchen ahora mi defensa.  Al oír que les hablaba en arameo, guardaron más silencio.  Pablo continuó: yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad.  Bajo la tutela de Gamaliel recibí instrucción cabal en la ley de nuestros antepasados y fui tan celoso de Dios como cualquiera de ustedes lo es hoy día.  Perseguí a muerte a los seguidores de este Camino, arrestando y echando en la cárcel a hombres y mujeres por igual, y así lo pueden atestiguar el sumo sacerdote y todo el Consejo de ancianos.  Incluso obtuve de parte de ellos cartas de extradición para nuestros hermanos judíos en Damasco, y fui allá con el fin de traer presos a Jerusalén a los que encontrara, para que fueran castigados.


Tal vez te resulte complicado entender lo que estaba pasando por el tipo de contexto.  Hoy en día, no nos dice nada que hablara en arameo o que haya nacido en una ciudad o en otra.  Tampoco tiene mucha presencia el nombre de Gamaliel o si sirvió fielmente al Consejo y tuvo relación con el sumo sacerdote.  La ciudad de Jerusalén era el centro más importante de los judíos.  Era donde se reunían las personas más sabias e instruidas.  De hecho, Gamaliel era considerado uno de los grandes maestros.  Es como si Pablo hubiera estudiado en una universidad como Harvard o alguna otra considerada como de las mejores en el mundo.  Las personas que instruyen en estas universidades, generalmente son líderes de opinión y excelentes eruditos en la materia que imparten.  Después de hablar de su increíble preparación, ahora nos dice lo que hizo y había logrado.  No solo perseguí a los del Camino, seguidores de Jesús, sino que además, logré conseguir cartas para traerlos desde otras ciudades y poderlos juzgar y castigar aquí en Jerusalén.  ¡Increíble!  Por último, no quiero dejar pasar sus primeras palabras: soy judío.  Nunca dejó de considerarse judío.  ¡No tiene sentido que dejara de hacerlo!  Piénsalo.  Todo lo que había aprendido sobre el Mesías se había cumplido.  ¿Por qué habría de cambiar?  El mismo Dios que instruyó a Moisés y a Abraham era el que mandó a su Unigénito.  A nosotros los hombres nos encanta andar poniendo etiquetas y nos olvidamos de la esencia.  
Ahora, ¿Los habrá impresionado?  ¡Por supuesto!  Todo lo que estaba diciendo a la multitud les resultaba fácil de entender e identificarse.  Seguro que estaban con la boca abierta escuchando cada palabra que decía.  ¡Al momento que habla en arameo y lo escuchan decir que tenía contacto directo con el sumo sacerdote, debió haber causado sensación!  Puedo ver muy bien ese momento.  Todos mirándolo fijamente y tratando de escuchar cada palabra para ver lo que tendría que decir a su defensa.  ¿Sabes?  Yo estoy convencido que Dios tuvo un plan único con Pablo.  Donde nació.  Donde creció.  Los idiomas que aprendió.  Las personas con las que convivió.  Todo eso tuvo su culminación en este momento.  Pablo pudo utilizar su experiencia pasada para que la multitud pudiera identificarse con él y poder escuchar mejor el mensaje que traía.  De la misma forma, tú y yo hemos tenido experiencias desde nuestra infancia hasta ahora.  ¿De qué sirven?  Bien.  Pues si tienes enfermedades terminales o has perdido a un ser querido, muy probablemente tengas mayor impacto al compartir tu experiencia que alguien que no haya atravesado esas circunstancias.  Si alguien cercano a ti, tiene problemas con adicciones, podrás crear mejor empatía con aquellos que se encuentran en una situación similar.  ¿Lo puedes ver?  Cada detalle de tu vida puede ser utilizada para darle gloria a Dios.  ¿El problema?  Muchas veces no entendemos lo que nos sucede y nos quedamos atorados en el evento sin poder seguir adelante.  No vemos con la perspectiva del Señor.  No vemos cómo utilizar lo que nos pasa para darle gloria.  La gloria a Dios no se da solamente en la abundancia.  Se da de igual forma (o muchas veces es mayor) en la escasez.  Cuando estás triste, abatido y confundido.  Ahí también se da gloria al Señor.  En la iglesia que me congrego, existen muchos ministerios dedicados a causas muy específicas.  Personas que no tuvieron padre o madre.  Mujeres maltratadas o violadas.  Personas de la calle.  Personas en la cárcel.  Personas con adicciones.  Y así la lista es muy grande.  Aunque parezca que nadie puede entender lo que estás viviendo, créeme, hay muchos allá afuera con situaciones similares e incluso más difíciles.  Este es el propósito de tener estos grupos.  Cualquier situación que estés atravesando o hayas atravesado puedes utilizarla para compartir con otros y llevar ánimo y consuelo a los que lo necesitan.  ¿Recuerdas cómo te sentías?  ¿Recuerdas qué difícil era levantarse?  Hay personas allá afuera que están así el día de hoy.  ¿Qué vas a hacer?  ¿Seguir pensando en ti?  ¿Seguir quejándote o cuestionando por qué a ti?  Por qué no dedicas esa energía para servir a Dios llevando amor y consuelo a los que hoy están atravesando momentos difíciles.  ¿Por qué no utilizar tus experiencias para servir a Cristo?  Deja esa carga tan grande que sabes que no puedes con ella.  Deja atrás esas cadenas que no te permiten caminar.  Cristo vino a liberarte y a darte esperanza y una nueva forma de vivir.  La promesa está ahí.  A tus pies.  Lista para que la tomes.  ¿Qué te corresponde?  Decidir por Cristo.  Arrepentirte de tus pecados y reconocer que estás estorbando a Dios.  Te animo a que utilices tus experiencias para amar a tu prójimo y servir así a nuestro Señor.  Estoy convencido que habrá tanta bendición en esto que te preguntarás por qué no lo hiciste antes.
Oración
Señor: perdóname.  Me he quejado.  Te he reclamado.  Te he cuestionado.  Ahora entiendo que estoy atorado y cargando lo que no puedo cargar.  No puedo más.  Toma mi vida.  Toma mis cargas.  Toma mis problemas.  Toma mis corajes y amarguras.  Hoy entiendo que puedo utilizar lo que me ha sucedido para darte gloria.  No quiero seguir quejándome sino comenzar a servirte a través de lo que he vivido.  Pon ánimo, amor y sabiduría en mí para darme cuenta de dónde quieres que vaya para hacerlo.  En Cristo Jesús.  Amén.

17 abr 2012

Hechos 21:37-39


Cuando los soldados estaban a punto de meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante: ¿Me permite decirle algo?  ¿Hablas griego?  Replicó el comandante.  ¿No eres el egipcio que hace algún tiempo provocó una rebelión y llevó al desierto a cuatro mil guerrillero?  No, yo soy judío, natural de Tarso, una ciudad muy importante de Cilicia.  Le respondió Pablo.  Por favor, permítame hablarle al pueblo.  


Cuando alguien nos lastima, lo primero que pensamos es que esa persona no se vuelva a acercar a nosotros.  Algunos lo llevan más allá y comienzan a pensar en cómo vengarse.  Pero Pablo no hace lo lógico ni lo que probablemente cualquiera de nosotros haría.  ¿Por qué?  Porque buscó siempre la voluntad de Dios por encima de su voluntad.  ¿Los resultados?  Una vida excepcional que nos sirve como ejemplo y aliento para nuestro caminar con Jesús.  Lo habían golpeado y maltratado.  Se encontraba en el suelo y le habían cerrado las puertas del templo.  Los soldados tuvieron que protegerlo a tal grado que lo tuvieron que cargar para sacarlo de entre la multitud que lo quería matar.  ¿Qué hace él?  Pide permiso para que lo dejen hablar y dirigirse a la misma turba que buscaba asesinarlo.  ¿Cómo?  ¿Por qué mejor no acusa a sus transgresores con los soldados?  ¿Por qué no les dice que es ciudadano romano y que había sido sometido en contra de su voluntad?  ¿Por qué no utiliza ningún recurso para protegerse y para devolver algo del mal que le estaban causando?  La respuesta es muy sencilla: porque su principal objetivo en la vida era servir a Cristo.  Su prioridad era Jesús.  Lo material y físico vienen mucho después.  Mientras que Pablo muestra un nivel increíble de madurez espiritual, ¡nosotros seguimos luchando con cosas tan absurdas!  Seguimos sin confiar en que nuestro Señor nos va a proveer y preferimos confiar en nuestra cuenta de banco.  Pensamos que el Dios todopoderoso no tiene control sobre esto o aquello y preferimos tomar cartas en el asunto en lugar de dejarlo trabajar.  Imaginamos que Dios ve las cosas en nuestra misma perspectiva y nos olvidamos que para Él no hay imposibles.  Y así, en lugar de crecer y madurar espiritualmente, nos quedamos en pañales.  Es triste.  La misma palabra de Dios nos dice que es mejor que seamos fríos o calientes pero no tibios.  Al parecer nos estamos acostumbrando a estar así.  Tibios.  Al fin, no es muy muy ni tan tan.  Podemos llevar así nuestra vida y al parecer es socialmente aceptable.  Yo te digo lo siguiente: si realmente crees que Jesús es tu salvador, ¿cómo crees que se siente de verte tibio después de haber entregado su vida entera por ti?  Tenemos un compromiso con Él.  No necesitamos obras ni acciones buenas para ir al cielo.  Definitivamente Él se encargó de pagar por todos nuestros pecados y, al confesar nuestros pecados y arrepentirnos, Él nos limpia.  Pero después de semejante demostración de amor, ¿Vas a hacerla a un lado para seguir haciendo lo que tú quieras?  ¿No te interesa tu Dios?
Pablo reaccionó totalmente opuesto a lo que nuestra naturaleza carnal nos enseña.  Nosotros debemos crecer espiritualmente y comprender que nuestra naturaleza espiritual siempre estará llena de decisiones correctas y agradables al Señor mientras que nuestros deseos y naturaleza carnal, estarán en oposición a Él.  ¿Qué vas a decidir?  Pablo tenía todo el derecho de quejarse, de vengarse, de buscar que los judíos pagaran por lo que le habían hecho.  Pero ¿Qué decidió?  Pedir permiso para volverse a dirigir a ellos y seguir ofreciendo la reconciliación de Jesús.  ¿Sabes?  Tú y yo somos esos judíos y Pablo es Jesús.  Nosotros fallamos y fallamos.  Hacemos a Cristo a un lado.  Lo ignoramos.  Lo negamos.  Pero Él, en su amor, ahí está con los brazos extendidos una y otra vez queriendo reconciliarse con nosotros.  Es momento de cambiar.  
Oración
Señor: tu amor es tan incomprensible que no puedo dejar de pensar en que no lo merezco.  Gracias.  Gracias por estar ahí.  Gracias por buscarme.  Gracias por perdonarme.  Gracias por tu sacrificio.  Gracias por tu gracia y misericordia.  Padre, quiero aprender a reaccionar a través de tu palabra y no de mis impulsos y deseos.  Quiero llevar una vida que sea agradable a Ti y conforme a tu voluntad.  Transfórmame.  Renuévame.  Cambia mi corazón.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

16 abr 2012

Hechos 21:32-36


En seguida tomó algunos centuriones con sus tropas, y bajó corriendo hacia la multitud.  Al ver al comandante y a sus soldados, los amotinados dejaron de golpear a Pablo.  El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas.  Luego preguntó quién era y qué había hecho.  Entre la multitud cada uno gritaba una cosa distinta.  Como el comandante no pudo averiguar la verdad a causa del alboroto, mandó que condujeran a Pablo al cuartel.  Cuando Pablo llegó a las gradas, los soldados tuvieron que llevárselo en vilo debido a la violencia de la turba.  El pueblo en masa iba detrás gritando: ¡Que lo maten!


La biblia nos dice que seremos perfeccionados en Cristo.  No algunos días ni la mayoría, sino todos los días nuestro Dios buscará purificar nuestro corazón.  Nuestro corazón, como el oro, debe ser fundido para encontrar las impurezas.  El proceso lleva tiempo.  No se da de un día para otro.  Pero los resultados son extraordinarios.  Tú y yo dudo mucho que nos topemos con multitudes que busquen aplastarnos y golpeándonos griten que nos maten.  Lo que sí podemos vivir, son momentos en los que tengamos una espada de un lado y una pared del otro.  Momentos en los que ya no sabemos qué hacer.  Momentos en los que no sabemos hacia dónde girar.  Momentos en los que no sabemos cómo solucionar nuestros problemas.  La desesperación, la angustia, el temor y la incertidumbre se adueñan de nosotros.  Finalmente, te puedes identificar con Pablo porque de una forma u otra, también te sientes golpeado, lastimado y tirado sin poderte mover sintiendo que todo está en tu contra.  ¿Te ha pasado?  Estos no son los únicos ejemplos para sentirnos como Pablo.  Piensa en cada momento de tu vida que has encontrado dificultad a tal grado que no te ha dejado seguir adelante.  Pienso en aquellos que han perdido seres queridos, aquellos que viven en adicción, aquellos que se sienten solos y sin poderse identificar con nadie, y pienso en cada persona que no conoce a Dios y anda sin rumbo y perdido.  Lo que sea que te esté pasando, te haya pasado o te vaya a pasar, Dios lo va a utilizar para dos cosas: perfeccionarte y dar testimonio.  La primera se basa en lo personal.  Tu vida cambia.  Tu forma de pensar cambia.  Tu forma de ver las cosas cambia.  La segunda es en lo social.  Lo que haces tiene un impacto en la vida de los que te rodean y a veces llega más allá.  Aunque no lo creas, esto que lees, llega a países como Colombia, México, Estados Unidos, Italia, Canadá, Alemania, Argentina entre otros.  Un solo deseo de servir y el Señor se encargó de llevarlo a todos estos lugares.  ¿Qué tiene que ver esto con la historia de hoy?  Que Pablo estaba siendo purificado por el Señor y utilizado para dejarnos un gran testimonio.  Su vida habla hoy a millones de personas por todo el mundo.  En su momento, estoy seguro que nunca imaginó el impacto que tendría todo lo que atravesaba.  Probablemente sabía que Dios haría milagros, pero nunca le pasó por su mente que dos mil años después, su ejemplo seguiría presente y nos enseñaría mucho sobre cómo seguir y servir a Cristo.  Tal vez hoy no puedas entender lo que te sucede, pero debes tener fe en que tu corazón debe ser renovado y que tu ejemplo impactará la vida de los que te rodean.  De hecho, quieras o no, la gente te está mirando.  Piensa bien qué testimonio estás dando.  Piensa si estás tan enfocado en tus problemas y en tus cosas que no te has percatado de lo que tu vida habla a los demás.
Oración
Padre Santo: quiero pedirte perdón por mis pecados y perdón por no dejarte renovar mi vida y purificar mi corazón.  Perdona que sea tan terco y tan egocéntrico al no preocuparme por dar testimonio de Ti.  Hoy entiendo que tienes un propósito para mí así como lo tuviste con Pablo y que, a pesar de que pueda no entenderlo o ver la foto completa, si te obedezco, será de gran bendición no solo para mí sino para los que me rodean.  Quiero seguirte mi Señor.  Guíame en el nombre de Jesús.  Amén 

13 abr 2012

Hechos 21:30-31


Toda la ciudad se alborotó.  La gente se precipitó en masa, agarró a Pablo y lo sacó del templo a rastras, e inmediatamente se cerraron las puertas.  Estaban por matarlo, cuando se le informó al comandante del batallón romano que toda la ciudad de Jerusalén estaba amotinada.  


En mi día a día tengo mucho contacto con mis clientes.  Siempre trato de explicarles lo que hago y sobre todo, lo que puede pasar en un futuro.  No sabemos exactamente cómo vaya a desarrollarse esto o aquello pero lo que sí sabemos es que eventualmente las cosas se comportan relativamente similar al pasado y a pesar de los tiempos de incertidumbre las cosas vuelven a la “normalidad”.  Como seguidores de Jesús, debemos tener muy en claro que vendrán muchas pruebas a nuestra vida.  Debemos prepararnos para cada instante que Dios quiera purificar nuestro corazón.  Si recuerdas, Pablo fue advertido en repetidas ocasiones que su visita a Jerusalén sería su última.  A pesar de esto, siguió el camino de Cristo y preparando su corazón para esos momentos.  Cristo, la noche en que fue aprehendido, estuvo orando sin cesar pues sabía lo que vendría y pidió al Padre que, de ser posible, evitara lo que vendría, pero que se hiciera Su voluntad por encima de todo.  Esto lo traigo a meditar porque estamos mal acostumbrados como creyentes.  Queremos que todo sea bonito y sin problemas.  Queremos que las cosas se acomoden a nuestra manera y que nada salga mal.  ¿Quién dijo que así debe ser?  Pablo fue aprehendido y arrastrado fuera del templo.  Muy probablemente fue golpeado y se encontraba en el suelo abatido.  Tal vez hoy estás así.  En el suelo.  Abatido.  Golpeado.  Sin saber qué dirección tomar ni cómo enmendar tus errores.  Este sentimiento no es ajeno ni esporádico para los que queremos seguir a Cristo.  Muchas veces nos enfrentamos con vientos y tormentas que simplemente nos tiran y nos dejan sin fuerzas para seguir.  Pero, como Jesús y Pablo, debemos acudir al Señor y pedir que se haga su voluntad por la nuestra y nos llene de esa paz que solamente Él puede dar.  Que nos renueve.  Que nos llene de esperanza.  Que nos llene de fe.  Que nos llene de su misericordia.  Que no llene de su amor.  ¿No podemos seguir adelante una vez que recibimos todo esto?  ¡Por supuesto que sí!  De hecho, no solo puedes librar la batalla de tu día a día sino que el Señor da en tal cantidad, que podrás ser vehículo para llevar ese amor, misericordia, paz y consuelo a tu prójimo que está necesitado.  No se trata más de ti sino de Cristo.  No se trata más de ti sino de amar a tu prójimo.  No se trata más de ti sino de buscar el reino de Dios.  ¿Lo puedes entender?  Es un cambio radical en nuestra forma de pensar y de comportarnos.  Si crees en Jesús y lo has hecho tu Salvador y Señor, debes esperar que Él, a través de su palabra y el Espíritu Santo que ahora vive en ti, vayan transformándote.  Es un proceso que durará toda tu vida.  Habrá momentos y pruebas duras y difíciles, así también habrán bendiciones.  De mi experiencia personal, te puedo decir que las bendiciones siempre han sido muy superiores y me ayudan a darme cuenta que me estaba ahogando en un vaso de agua pues mi Dios todo lo puede.  Poco a poco, debemos aprender que la voluntad de Dios es la mejor para nuestra vida.  En su momento puede parecer sin sentido o difícil de llevar a cabo, pero créeme, ¡es lo mejor!  ¿Crees que los discípulos como Pablo hubieran atravesado todas esas injusticias y golpizas si no hubiera mayor bendición que el trabajar para nuestro Señor?  Pon a prueba al Señor.  Su misma palabra nos dice que lo hagamos.  Ponlo a prueba y observa lo que pasa en tu vida cuando decides humillar tu corazón y dejar que Él guíe mientras tú sirves y obedeces.  ¡Será increíble!
Oración
Padre: me resulta difícil entender que hay bendiciones en la mitad de un sufrimiento.  No puedo entender cómo había gozo en Pablo si estaba siendo maltratado por la multitud.  No puedo entender cómo Cristo prefirió tu voluntad sabiendo lo que vendría.  Te pido que abras mis ojos y mi corazón para que pueda comprender que tu camino está lleno de bendición y por el cual vale la pena vivir y morir.  Hoy aprendí que no se trata más de mi sino de Ti y por ello te pido que tomes mi corazón y me digas por dónde caminar.  Quiero seguirte y servirte.  Heme aquí mi Dios.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

11 abr 2012

Hechos 21:27-29


Cuando estaban a punto de cumplirse los siete días, unos judíos de la provincia de Asia vieron a Pablo en el templo.  Alborotaron a toda la multitud y le echaron mano gritando: ¡Israelitas!  ¡Ayúdenos!  Éste es el individuo que anda por todas partes enseñando a toda la gente contra nuestro pueblo, nuestra ley y este lugar.  Además, hasta ha metido a unos griegos en el templo, y ha profanado este lugar santo.  Ya antes habían visto en la ciudad a Trófimo el efesio en compañía de Pablo y suponían que Pablo lo había metido en el templo.


En el libro de Génesis en el capítulo 3 vemos un ejemplo extraordinario del daño que causa la verdad mezclada con mentiras.  La serpiente era astuta y supo utilizar extractos de lo que Dios había dicho y cambiando algunos detalles confunde a la mujer y la seduce para que tome el fruto prohibido y lo coma.  De la misma manera, la multitud estaba siendo alborotada.  Era una suposición el que Trófimo, había entrado al templo con Pablo, era verdad el que estaba enseñando algo distinto, era mentira que estaba enseñando en contra del pueblo.  Unas cuantas chispas lograron prender un bosque y la multitud fue alborotada.  
¿Por qué Dios permite esto?  ¿Por qué tenemos que atravesar falsas acusaciones?  ¿Por qué tenemos que vivir con injusticias?  ¿Por qué hay tanta gente tan perversa?  La verdad, resulta muy difícil contestar estas preguntas, pero me parece que la mejor forma de hacerlo es leyendo Romanos 5:20 que dice: mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia.  Si bien, el hombre se separa de Dios y le da la espalda cometiendo atrocidades, nuestro Señor se encarga de ofrecer en cada rincón de sufrimiento, en cada esquina llena de soledad y angustia unos brazos abiertos llenos de amor y consuelo.  Pablo podía acudir a esta fuente inagotable de amor cada vez que atravesaba momentos como este.  Así tú también puedes acudir al Señor y pedir que llene tu corazón de paz, que te llene de amor y que ponga consuelo para que puedas seguir adelante.  Hay gente que se pierde de esta bendición y se quita la vida al no saber cómo seguir.  Hay tanta soledad allá afuera.  Tanta falta de identidad.  Tanta necesidad de Jesús.  Es nuestro deber llevar a aquellos que están en necesidad la abundancia de bendiciones que ofrece Jehová.  Donde abunde el pecado, debemos llevar la palabra de Dios y demostrar que sobreabunda la gracia.  ¡Eso es lo que hacía Pablo!  ¡Eso es lo que hizo Jesús!  ¡Eso es lo que tenemos que hacer!  Pablo estaba siendo acusado falsamente.  Pablo había sido golpeado por los judíos injustamente.  De todas formas, siguió llevando el evangelio y exponiendo su vida para ofrecer a cada uno de los que escuchaban, una reconciliación con Dios Padre.  
Es triste, pero muy probablemente atravesarás injusticias.  Hoy, el Señor te está mostrando cómo comportarte ante ellas.  Acude a Él y descarga tus sentimientos.  Acude a Él y pide que te llene de paz.  Acude a Él y pide que en tu corazón no haya resentimientos ni odios sino amor para tu prójimo.  Recuerda que si abunda el pecado, tú eres el vehículo mediante el cual, puede sobreabundar la gracia de nuestro Señor.
Oración
Padre: te necesito.  Lléname de tu paz, de tu amor y de tu consuelo.  Ayúdame a buscar tu reino y no dejarme llevar por lo que me distrae de mi relación contigo.  Permite que pueda llevar tu gracia a cada rincón donde se necesita y pueda ser testimonio de que vives y reinas.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén 

10 abr 2012

Hechos 21:20-26


Al oírlo, alabaron a Dios.  Luego le dijeron a Pablo: ya ves, hermano, cuántos miles de judíos han creído, y todos ellos siguen aferrados a la ley.  Ahora bien, han oído decir que tú enseñas que se aparten de Moisés todos los judíos que viven entre los gentiles.  Les recomiendas que no circunciden a sus hijos ni vivan según nuestras costumbres.  ¿Qué vamos a hacer?  Sin duda se van a enterar de que has llegado.  Por eso, será mejor que sigas nuestro consejo.  Hay aquí entre nosotros cuatro hombres que tienen que cumplir un voto.  Llévatelos, toma parte en sus ritos de purificación y paga los gastos que corresponden al voto de rasurarse la cabeza.  Así todos sabrán que no son ciertos esos informes acerca de ti, sino que tú también vives en obediencia a la ley.    En cuanto a los creyentes gentiles, ya les hemos comunicado por escrito nuestra decisión de que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual.  Al día siguiente Pablo se llevó a los hombres y se purificó con ellos.  Luego entró en el templo para dar aviso de la fecha en que vencería el plazo de la purificación y se haría la ofrenda por cada uno de ellos.


Pablo acaba de contarles los milagros que Dios hizo en sus viajes y cómo los gentiles (no judíos) estaban hambrientos de conocer el evangelio.  Los ancianos escucharon y dieron gloria a Dios pero poco tiempo después informan a Pablo de un problema que no los deja tranquilos.  Pablo: están hablando mal de ti y promoviendo que eres un apóstata.  Tenemos un plan para que esos rumores no sigan.  Esto es lo que debemos hacer...  La biblia no nos explica claramente cuáles eran los rumores además de ser poco probable el hecho de que Pablo estuviera creando confusiones de este tipo.
Independientemente de que los rumores fueran ciertos o no, eso no resulta interesante para reflexionar el día de hoy.  Lo que debemos ver y sobre todo, estar alerta es en el hecho de que los rumores pueden llevarnos a tomar muy malas decisiones.  ¿Cuál es el principal objetivo que tenían los ancianos y discípulos?  ¿Aclarar rumores?  ¿Convencer a la gente?  O ¿Compartir el evangelio de Cristo?  Nuestro deber es llevar la palabra de Dios a las personas.  Ir y haced discípulos nos dice Jehová.  No nos dice ir y preocuparse por lo que los demás digan.  O ir y no dejar que haya rumores y mentiras sobre lo que dicen.  Nos dice que anunciemos su palabra y que hagamos discípulos.  Un discípulo depende de aquél que le enseña y sigue a su líder.  Si un líder está preocupado y entregado a su discípulo, en el momento que se levanta un rumor, éste va y aclara lo que es necesario a la luz de la palabra de Dios.  Un líder no debe ir y armar planes para contraatacar.  Un líder se toma el tiempo de explicar a sus ovejas lo que está ocurriendo.  Un líder se preocupa porque sus ovejas estén protegidas e instruidas en la palabra de Dios.  Piensa en esto: si los ancianos hubieran dedicado su esfuerzo en instruir a los creyentes e informarles del plan de Dios, no habría existido la necesidad de que Pablo hiciera lo que hizo.
En mi opinión, Pablo cometió un error al realizar ese voto y buscar apacentar a los demás.  Sí, es un hecho que había confusión sobre las costumbres que habría que seguir y las que no.  Pero al realizar este voto, ahora los gentiles se confundirían y pensarían que ellos también lo tendrían que hacer.  ¿Te das cuenta?  Todo se originó de rumores.  Ni siquiera se preguntaron quién los comenzó o si tenían fundamento.    Imagina que Pablo les hubiera dicho: muy bien, vayamos con aquellos que dicen esto y aclaremos la situación.  Debemos ser cuidadosos e inteligentes en nuestras acciones.  Debemos permanecer en Cristo y no dejar que lo externo entre en nosotros y nos aparte de nuestro principal objetivo que es servir al Señor.  Antes de actuar y tomar decisiones te recomiendo que ores a Dios y pidas por sabiduría.  Pon a la luz de la palabra tus pensamientos y deseos.  Así podrás darte cuenta cuál será la mejor decisión.
Oración
Señor: perdona mis pecados.  He actuado basado en rumores o incluso en ocasiones yo he creado rumores pues sin estar seguro he hecho comentarios.  Te pido me saques de estos conflictos y permitas que tenga sabiduría para buscarte y servirte y no caer en los revoltijos que ocasionan los rumores.  Abre mi entendimiento y reina sobre mis pensamientos y sobre todo sobre mis palabras.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amen.

9 abr 2012

Marcos 16:6


Mas él (ángel) les dijo: no os asustéis; buscáis a Jesús el nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí, mirad el lugar en donde le pusieron.   


La semana pasada se celebró a un hombre que fue crucificado hace más de dos mil años.  El tiempo se dividió y ahora se habla de antes y después de que existiera.  Muchos lo consideran un hombre maravilloso.  Muchos tienen imágenes de él y las adoran.  Pero hoy quiero recordarte exactamente lo que la biblia nos dice que pasó.  Que Dios, no aferrándose a ser Dios, se hizo hombre.  Para demostrarnos su amor incondicional, misericordia y gracia, envió a su Unigénito para que sufriera en nuestro lugar, el castigo y la paga de nuestros pecados a través de su muerte.  Y al hacerse hombre venció al pecado y a la muerte pues fue crucificado para posteriormente resucitar al tercer día tal y como lo había dicho.  Si hay algo que diferencia a los seguidores de Jesús de cualquier otra creencia, es este principio.  Jesús resucitó.  Jesús no está en su tumba.  Él está a la diestra del Padre y reina.  
Ahora, ¿De qué te sirve este evento?  ¿Por qué debes celebrarlo?  ¿Qué impacto tiene en tu vida?  Tristemente, la resurrección de Jesús se ha desviado de su propósito original.  Hoy en día, tenemos personas que continúan golpeando sus cuerpos y buscando ser perdonados de sus pecados a través de sus sacrificios y “buenas obras” y todo esto lo realizan para agradar a Dios y se dicen seguidores de Cristo.  El sacrificio de Dios sirvió para limpiar todos tus pecados al momento en que te declaras culpable y aceptas a Cristo como tu Salvador y Señor.  No necesitas más sacrificios.  No necesitas realizar buenas obras.  Necesitas la sangre de Jesús para ser limpiado y perdonado.  Por otro lado, la resurrección, lo que el día de ayer muchos de nosotros celebramos, sirvió para recordarnos que nuestro Dios no solo ha vencido a la muerte, sino que nos espera una vida eterna a su lado después de pasar por esta vida terrenal.  Nos recuerda que hay esperanza.  Nos recuerda que no todo está en este mundo.  Nos recuerda que algún día moriremos y estaremos en su presencia.  La resurrección de Cristo es la culminación de su mensaje.  El punto máximo donde envuelve cada detalle de lo que vino a hacer.  Sin ella, tu relación con Dios no está completa.  No puedes creer y seguir a Jesús si no has aceptado su resurrección.  Asimismo, no puedes solamente aceptar la resurrección brincándote la crucifixión.  Gracias a la resurrección podemos tener un panorama completo de nuestro paso por la tierra.  Aunque nacimos aquí, no pertenecemos a este mundo pues, nuestro Dios, nos ha adoptado y hecho linaje suyo.  Ahora pertenecemos a Él y su reino no está aquí sino en los cielos.  Gracias a la resurrección podemos entender el por qué Jesús nació en un pesebre.  En la ciudad más pequeña e insignificante.  Por qué tuvo la profesión considerada de menor prestigio.  Por qué entró en un burro y no un caballo a Jerusalén.  Por qué sufrió la muerte más baja y cruel.  Para demostrarnos que en esta vida, nuestro principal objetivo es servir al Dios Todopoderoso.  A Dios Padre.  Para enseñarnos que Él era, es y será.  Para enseñarnos que no debemos estar afligidos por lo que pueda suceder sino que podemos vivir confiados en Él.  Para mostrarnos que hay otra forma de vivir.  Para mostrarnos que Él es Dios, que Él reina, que Él vive y que servirle, es la mejor decisión que puedes tomar.
Oración
Padre: hoy entiendo que has venido al mundo para tomar mi cruz y morir por mí.  Te doy gracias por darme este regalo tan impresionante que no merezco.  Hoy entiendo y pido que Jesús me limpie y sea mi Señor y Salvador.  Hoy entiendo y reconozco que no solo murió por mí sino que se levantó de los muertos al tercer día de haber sido crucificado venciendo a la muerte.  Padre, hoy entiendo que hay una mejor manera de vivir al servirte y buscarte y así quiero vivir.  Te pido transformes mi vida.  Gracias.  Gracias por tu sacrificio.  Gracias por no dejarme caer más y rescatarme.  Gracias en el nombre de Jesucristo.  Amén 

4 abr 2012

Hechos 21:18-19


Al día siguiente Pablo fue con nosotros a ver a Jacobo, y todos los ancianos estaban presentes.  Después de saludarlos, Pablo les relató detalladamente lo que Dios había hecho entre los gentiles por medio de su ministerio.  


Comunicación.  ¡Hay tantos libros que escriben sobre este tema!  Hay seminarios y oradores que se dedican exclusivamente a la comunicación.  Puede ser en el sector empresarial, de pareja o motivacional, pero finalmente lo que buscan es enseñarnos a comunicar algo.  Todos sabemos hablar pero no todos sabemos comunicarnos.  ¿Lo entendiste bien?  Te lo repito.  Todos sabemos hablar pero no todos sabemos comunicarnos.  La comunicación se realiza cuando la contraparte recibe y comprende lo que le están informando.  Irónicamente, esto no pasa tan seguido como pensaríamos.  Me da mucha risa el libro (que nunca he leído) llamado las mujeres son de Venus y los hombres de Marte haciendo alusión a que simplemente pareciera que no podemos comunicarnos y entendernos.  
Nos dice el pasaje de hoy que Pablo relató detalladamente lo que había vivido en su ministerio y lo que Dios estaba haciendo.  Cada una de las cosas que vivió la compartió.  Con detalle.  De manera minuciosa.  Que no se le escapara nada para poder llevar el mensaje en su plenitud.   En otras palabras para poder comunicar lo que Dios, el Señor, estaba haciendo.
¿Qué tiene que ver esto conmigo?  Tres puntos principalmente.  El primero.  Debemos aprender a comunicarnos.  Debemos aprender a detallar las cosas y no dejar lugar para posibles mal entendidos.  Es importante buscar que la otra persona realmente reciba la noticia que le estamos dando y ser sensibles para percatarnos si no está siendo de esta manera.  Esto se aplica con cualquier persona.  Puede ser tu jefe, compañero de trabajo, tus hijos o tu pareja.  ¡Debes aprender a comunicarte!
El segundo tiene que ver con la iglesia del Señor.  Es de suma importancia el estar bien comunicados.  No inventando, no hablando mal los unos de los otros y no creando chismes.  La lengua, nos dice Santiago, es pequeña pero sumamente peligrosa.  El tercero lo llamo, evitando ser el “llanero solitario”.  ¿Qué es esto?  Bien.  El llanero solitario es aquél que no comparte absolutamente nada de lo que el Señor está haciendo en su vida.  Por miedo, pena, orgullo o alguna otra razón que considera suficiente para guardarse todo.  Si bien, tu vida es privada y es tu vida, debes saber que puedes servir de ejemplo y testimonio para los demás.  El testimonio no viene solamente de los que han transformado su vida y parece que todo está bien.  Los testimonios más impactantes son de aquellos que abren su corazón a los demás y  comparten su lucha constante con lo que quieren dejar atrás por perseguir ahora el camino del Señor.  Abre tu vida a los demás.  No tengas miedo.  No seas orgulloso.  Todos tenemos “cola que nos pisen”.  Por eso acudimos al Señor.  Necesitamos ser perdonados y limpiados de todas nuestras faltas.  Habla detalladamente de tu vida.  Comunica con los demás lo que Dios está haciendo.  Comunica con tu pastor o con tu hermano lo que te sucede.  No te imaginas el impacto que puede causar este acto tan sencillo.Pablo comunicó a los ancianos lo que el Señor estaba haciendo y todos se maravillaron y alabaron a Dios.  Aprendamos a comunicar lo que nos sucede.  Aprendamos que el impacto que causamos puede servir para dar gloria a Dios cuando abrimos nuestro corazón  compartimos nuestras batallas con los demás.
Oración
Señor: Gracias por tus bendiciones.  Gracias por tu misericordia y amor infinito.  Te pido perdón por mis pecados.  Te pido que me enseñes a comunicarme con los demás.  Que aprenda a hablar de lo que haces en mi vida y que el miedo, orgullo o timidez no me frenen.  Te pido que aprenda a controlar mi lengua y entienda que así como puede causar gran bendición también puede ser sumamente destructiva.  Gracias Señor por tu dirección.  No permitas que me aparte de ti.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén.

3 abr 2012

Hechos 21:15-17


Después de esto, acabamos los preparativos y subimos a Jerusalén.  Algunos de los discípulos de Cesarea nos acompañaron y nos llevaron a la casa de Mnasón, donde íbamos a alojarnos.  Este era de Chipre, y uno de los primeros discípulos.  Cuando llegamos a Jerusalén los creyentes nos recibieron calurosamente.  


Poco a poco he ido aprendiendo a abrir mis ojos y darme cuenta de la cantidad de bendiciones con las que me ha llenado el Señor.  Cada día le pido que pueda ser agradecido y que mi corazón no esté buscando lo que no tengo sino que aproveche y disfrute lo que sí.  Te voy a confesar algo.  Tristemente, mi corazón y mis deseos no están siempre alineados con los del Señor y comienzo a desviarme.  Me gustaría poder tener más.  ¿De qué?  No lo sé, varía.  A veces de esto o aquello, cambiar tal o cual cosa, vivir en alguna otra ciudad y así, empiezo a fantasear y pienso si mi vida no estaría mejor de otra manera.  Ojo, no está mal el querer o desear algo.  Lo que está mal es que ese deseo nos limite y no nos deje ver lo que hoy sí tenemos.  Está mal que no vivamos agradecidos y disfrutando lo que el Señor nos ha dado hoy.  No queremos caer en el error que cometió el pueblo de Israel durante el éxodo que, teniendo comida y agua de manera milagrosa en el desierto, comenzaron a quejarse  pidiendo carne para comer pues se habían cansado del maná.  Suena ilógico pero así somos.  Primero nos sorprendemos y gozamos por el milagro que Dios ha hecho y luego ponemos nuestra mirada en algo más.  Debemos ser cuidadosos.  A veces nuestros deseos nos hacen pensar que el Señor no ha bendecido nuestro hogar.  A veces pensamos que si hay enfermedad o sufrimiento, significa que Dios debe estar apartado de nosotros.  Debemos tener cuidado en que nuestros deseos estén alineados con los del Señor y comprender que lo que hoy vivimos y tenemos es lo mejor que podemos tener.  ¿Cómo saberlo?  Dios es perfecto.  ¿No crees que se ha encargado de darte justo lo que necesitas?  Ni más ni menos.  De hecho, ¡es muy probable que te ha dado de más!  Debemos mantenernos pegados a Él para no caer en estas situaciones.  Pero sobre todo, debemos aprender a dar.  Aprender a despojarnos de lo nuestro y compartirlo.  Aprender a servir con lo que el Señor nos ha dado.  El pasaje de hoy nos dice que Pablo y sus acompañantes fueron recibidos por hermanos en Cesarea y pasaron la noche en casa de uno de ellos para posteriormente llegar a Jerusalén y nuevamente ser recibidos calurosamente.  ¡Esto es a lo que me refiero con servir!  Poner a disposición de los demás lo que el Señor nos ha dado.  No querer aferrarnos a lo que tenemos.  No querer tener más y más.  Así tengas uno o dos, debes reconocer que el Señor te da y el Señor te quita.  Hoy que te ha dado, aprovecha y comparte tus bendiciones con los hermanos en la fe.  Piensa cómo puedes dar a los demás.  Medítalo y dedícale tiempo.  El Señor nos dice que quiere abrir las bóvedas del cielo y derramar bendiciones mientras que nosotros aprendemos a ser un medio para llevarlas a los demás y no una pared que estanca lo que recibe y deja que se eche a perder.  Hay mucha necesidad hoy en día.  No tienes que ir lejos para encontrarla.  Sirvamos a nuestros hermanos.  Sirvamos a nuestro prójimo.  Da.  Comparte.  Lleva a los demás tus bendiciones. 
Oración
Señor: gracias por enseñarme a vivir agradecido y recordarme que tengo lo suficiente y mucho más.  Quiero aprender a compartir y poner al servicio de mi prójimo lo que tú me has dado.  Permite que mi vida sea de bendición para los demás y que esté llena de testimonio.  Te pido que deje de afanarme por lo que no tengo y viva agradecido con lo que hoy pones en la mesa.  En Cristo Jesús te lo pido.  Amén 

2 abr 2012

Hechos 21:10-14


Llevábamos allí varios días, cuando bajó de Judea un profeta llamado Ágabo.  Éste vino a vernos y, tomando el cinturón de Pablo, se ató con él los pies y manos y dijo: Así dice el Espíritu Santo: de esta manera atarán los judíos de Jerusalén al dueño de este cinturón, y lo entregarán en manos de los gentiles.  Al oír esto, nosotros y los de aquel lugar le rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén.  ¿Por qué lloran?  ¡Me parten el alma! Respondió Pablo.  Por el nombre del Señor Jesús estoy dispuesto no sólo a ser atado sino también a morir en Jerusalén.  Como no se dejaba convencer, desistimos exclamando: ¡Que se haga la voluntad del Señor!


Estoy convencido que el Señor prueba y pule nuestros corazones.  Cuando escuchas su palabra, cuando te convences que necesitas de Él, cuando quieres que tu vida cambie y le pides que te transforme pues quieres obedecerlo, Él dice: muy bien, es hora de empezar a trabajar con tu corazón y quitar todo lo que estorba en nuestra comunión.  De repente, perdemos nuestro trabajo.  Caemos en alguna enfermedad.  Fallece algún ser querido.  Tenemos problemas con nuestra pareja o hijos.  En general, las cosas se empiezan a complicar.  ¿Qué pasa?  Te preguntas.  ¿Seguir a Cristo no es vivir mejor o más fácil?  La respuesta es: no como tú pensabas.  Cuando Pablo decidió en su corazón que quería agradar y servir al Señor, Él se encargó de pulir su corazón quitando absolutamente cada fragmento que estorbara en su comunión.  Tuvo que atravesar tantas cosas para llegar a decir, por el Señor no solamente estoy dispuesto a ser atado sino a morir...  En su encuentro con Cristo, al instante perdió la vista.  Al poco tiempo de empezar a predicar, recibió tal cantidad de pedradas que lo dieron por muerto.  Estuvo en la cárcel.  Fue golpeado.  Náufrago.  Humillado.  Azotado.  ¿Qué más podría pasarle?  Faltaba la muerte.  Y para este entonces, él estaba preparado para cumplir con su propósito y caminar por donde mostrara el Señor.  ¿En dónde estás tú?  ¿Solamente crees en Dios pero no quieres que se ponga a prueba tu fe y tu corazón?  ¿Quieres creer pero que todo siga igual?  ¿Te da miedo lo que pueda suceder?
Tristemente, muchos de nosotros nos espantamos cuando algo malo nos sucede y pensamos que debemos volver a lo que hacíamos antes en lugar de dejar atrás esa forma de pensar y caminar hacia adelante donde nuestro Señor está mostrando el nuevo camino.  Creímos en su palabra.  Pensamos que queremos seguirlo.  Pero cuando llega la prueba y el momento de comenzar nuestra transformación nos “echamos para atrás”.  Mejor no.  Todavía no estoy preparado.  Esto es demasiado para mí.  ¡Por supuesto que es demasiado para ti!  Justamente es lo que el Señor quiere enseñarte.  Debes aprender a entregarte y depender de Él.  ¿Se enfermó tu hijo?  Sabes, realmente no te pertenece.  El Señor te lo ha dado por un tiempo y quiere que lo instruyas en Su palabra.  ¿Perdiste tu empleo?  Tal vez tienes que aprender que el Señor es quien nos da el sustento que necesitamos.  No el dinero ni tu habilidad para generarlo.  Dios.  ¿No alimentó Dios a su pueblo de maná?  ¡Ni siquiera existía esa comida en el desierto!  ¿Te han vuelto a lastimar?  Debes seguir perdonando y amando a tu prójimo como a ti mismo.
Los discípulos se espantaron al escuchar lo que le acontecería a Pablo y, en sus buenas intenciones intentaron convencerlo de que no fuera a Jerusalén.  Así también podrás recibir consejos bien intencionados pero al final, el mejor consejo es el seguir el camino del Señor.  ¿Qué estás dispuesto a entregar por Él?  ¿Qué estás dispuesto a hacer por el nombre de Jesús?  Él te pide que entregues tu vida.  ¿Se la vas a dar o preferirás seguir por tu camino?  Sé que será difícil.  Dejarnos transformar no resulta nada fácil.  ¡Tenemos tantas cosas que estorban a nuestro Dios!  Pero sí sé que es lo mejor que puedes hacer.  Si no, no estaría aquí escribiendo esto.  No dedicaría ni un segundo de mi tiempo si no estuviera seguro que vivir para el Señor es la mejor decisión que puedes tomar.  No dejes que el miedo y la incertidumbre frenen tus deseos de servir.  Da ese paso de fe.  Dile al Señor que tienes miedo pero que primero quieres servirle.  Abre tu corazón y realmente descubre lo que hay en él.  Finalmente, deja que el Señor le de forma y trabaje para que sea similar al corazón de Cristo.
Oración
Padre Santo: tengo miedo.  Sé que debo cambiar muchas cosas pero no sé cómo ni qué sucederá si las cambio.  Sé que te necesito.  Sé que quiero obedecerte.  Yo te pido que me des fortaleza para seguirte y humildad para abrirte mi corazón y reconocer cuánta necesidad tengo de Ti y cuánto hay en mí que estorba en nuestra comunión.  Ayúdame a permanecer en Ti y a no volver atrás.  Te lo pido en Cristo Jesús.  Amén