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13 sept 2011

Hechos 13:44-45


El siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra del Señor.  Pero cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían con maldiciones lo que Pablo decía.



Cada vez que leo historias como esta, me pongo a pensar en las distintas estrategias que, como humanos, hubiéramos empleado para tratar de alcanzar el mismo resultado.  Nos dice la biblia que casi toda la ciudad se presentó para escuchar lo que Pablo y Bernabé tenían que decir acerca de Dios.  Algunas ideas que me llegan a la mente para juntar a tal cantidad de personas es utilizar a la mejor agencia de publicidad, estudiar los nichos de mercado, las edades en la población y demás variables.  No dejar que ni una sola persona esté enterada de que los discípulos hablarían el siguiente sábado.  Buscar a los mejores oradores.  Que sean famosos y que tuvieran mucha personalidad.  Además, regalaría comida o alguna playera por atender al evento.  ¿Crees que sería suficiente?  Aunque suene un poco tonto e irónico todo lo que acabo de escribir, es un simple ejemplo de cómo cuestionamos los planes del Señor porque no se adaptan a lo que tenemos en mente.  Dios nos muestra un camino y nosotros nos encargamos de llenarlo de cuestionamientos.  Queremos corregir esto y aquello.  Pensamos que a Dios se le olvidaron algunas cosas y ponemos más de “nuestra cosecha”.  Finalmente terminamos bloqueando los planes de Dios y los milagros que quiere hacer en nuestra vida.  Dios no necesita agencias de publicidad ni estudios de mercado.  Tampoco necesita que le ayudes.  Él tiene control pleno.  ¿Lo puedes entender?  Solamente con su palabra podemos llenar estadios.  ¡No necesitamos nada más porque su palabra es suficiente!  Ahora las iglesias buscan más entretener que llevar el mensaje de salvación.  Piensan que las congregaciones son más numerosas si el evangelio se diluye para no ser tan “estrictos”. 
Meditemos en esto por un momento.  Si quieres servir a Dios, debes ponerte a Su disposición.  Dejar que Él muestre el camino.  Es probable que no entiendas todo lo que suceda pero debes saber esto: Él está presente y Él sí sabe lo que está haciendo.  Así como utilizó a dos personas comunes para atraer a casi toda una ciudad, así quiere utilizarnos a ti y a mí el día de hoy.  Busquemos servir.  Busquemos compartir lo que Dios tiene para nosotros.  ¿Cómo podemos quedarnos tantas bendiciones para nosotros mismos y no compartirlas?  Pablo y Bernabé llevaron el mensaje de Jesús y dejaron que el Señor se encargara de los planes y del impacto que tendrían.  Por ello, tuvieron esos resultados.  ¡Deja que los planes de Dios te dirijan!  Ya no estorbes ni cuestiones.  ¿Crees en el Señor?  ¡Déjalo trabajar!  Date cuenta de los milagros que hizo y quiere hacer en tu vida.  Puede resultar difícil porque estás acostumbrado a hacer lo contrario pero créeme que no te vas a arrepentir.

Oración
Padre: Quiero pedirte perdón por cuestionar tanto tus planes y querer cambiar todo en lugar de dejarte trabajar.  Hoy te pido que pongas fe en mi corazón y paz para poder esperar en Tus tiempos.  Gracias por demostrarme que haces grandes cosas con personas comunes y gracias por recordarme que eres tú quien debe brillar siempre.   Gracias por tu amor.  En Cristo Jesús.  Amén 

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