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29 sept 2011

Hechos 14:21-23


Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.  Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.



Pablo se encuentra tirado, como muerto.  Vuelve en sí y los discípulos lo ayudan a pararse.  Busquemos un lugar donde esconderte” habrá propuesto uno.  “Es necesario salir de esta ciudad lo antes posible”, pensó otro.  “A dónde iremos ahora?” se cuestionó alguien más.  “Regresemos a la ciudad, anunciemos el evangelio una vez más y luego vayamos a confirmar los ánimos de los discípulos que están en las ciudades que acabamos de visitar” dijo Pablo sin mucha fuerza por su situación.  Cualquiera que tenga un poco de sentido común sabría que lo que Pablo está proponiendo es totalmente ilógico y suicida.  Ya no estaban recibiendo abucheos y gritos de la gente sino piedras estaban siendo lanzadas para matarlos.  Su vida estaba de por medio. 
Como humanos nos gusta evitar el conflicto y los problemas.  Cuando algo se complica estamos pensando en cómo hacer para que se resuelva.  Cuando hay enfermedad pensamos en la salud y cuando hay hambre pensamos en comida pero rara vez es al revés.  Pablo nos está dejando una gran enseñanza al pararse después de haber sido apedreado y regresar a las ciudades en las que había predicado.  La vida no gira alrededor de nosotros sino de Jesucristo.  ¿Lo puedes entender?  Te lo digo otra vez: tú no eres el centro de tu vida sino el Señor Jesús.  ¡Esta es la mejor forma de darte cuenta si en verdad has creído en el evangelio!  Cristo se dedicó a anunciarnos que el seguirlo sería sumamente difícil.  Frenó a aquél que quiso enterrar a su padre antes de seguirlo y de igual forma a aquellos que no quieren entregar sus riquezas por seguir su nombre.  Familias serán separadas a causa de mi nombre nos anunció y para rematar nos dice que todo aquél que quiera salvar su vida la perderá.  Pablo lo entendió.  No se trataba ya de él sino de servir a Dios.  Si había podido sobrevivir, su deber era seguir adelante hasta que el Señor decidiera cuándo llamarlo al reino.
No sé cual sea tu estado actual.  No sé si algo está robando tu paz ni cuáles son tus planes.  Lo que hoy quiero compartirte es que no se trata de ti sino de Cristo.  Piensa en esto: si servir al Señor no fuera lo mejor que podemos hacer, ¿crees que Pablo hubiera hecho lo que hizo?  Anunciaron a los discípulos que tendrían que atravesar tribulación pero los encomendaron al Señor para que pudieran seguir adelante.  Dejemos de ser las víctimas.  Dejemos de ser mártires.  Nos gusta que todo gire a nuestro alrededor pero el camino que dejó Jesús es el opuesto.  Él fue la víctima.  Él fue el verdadero mártir.  Por ti y por mí.  Es hora de servirle y agradecerle por lo que hizo.

Oración
Padre Santo: no merezco tu amor ni tu sacrificio y por ello te doy gracias con un corazón humillado.  Quiero vivir como Pablo y tus discípulos.  Quiero vivir contigo dirigiendo mi vida e instruyéndome.  Perdona mis pecados.  En el nombre de Jesús.  Amén 

28 sept 2011

Hechos 14:19-20


En eso llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la multitud.  Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto.  Pero cuando lo rodearon los discípulos, él se levantó y volvió a entrar en la ciudad.  Al día siguiente, partió para Derbe en compañía de Bernabé.



Y yo me quejo de lo que me pasa día a día…  Definitivamente no sabemos lo que tenemos hasta que lo hemos perdido.  ¡Qué fácil es olvidarnos que abrimos los ojos por la misericordia de Dios!  Es necesario que aprendamos a vivir agradecidos sin tener que llegar a estos extremos.  Personalmente se me facilita envolverme en mi trabajo y mi “éxito” laboral y concentrarme más en las metas profesionales que en las espirituales.  Escribí éxito entre comillas porque cada vez me surgen más y más dudas con respecto a lo que significa tener éxito o ser exitoso pero eso lo hablaremos en otra ocasión.
Pablo estaba predicando.  Trataba de convencer junto con Bernabé a los licaónicos que no eran dioses sino humanos como ellos.  No buscaba la gloria para él sino para el Señor.  Un día, aquellos que lo habían perseguido en Antioquía e Iconio vuelven a aparecer en la escena y continúan alborotando al pueblo en su contra.  Lo apedrean y dejan de hacerlo porque pensaron que estaba muerto.  ¿Qué podemos pensar de todo esto?  ¿El que hace bien recibe una golpiza?  ¿Los malos siempre ganan?  Honestamente, a veces parece que así funciona.  Aquellos que se aprovechan, que tranzan, que mienten, que engañan salen adelante y el indefenso queda a la deriva.  Déjame decirte algo, el que sigue a Cristo no es el pequeño e indefenso sino al contrario, somos victoriosos en Él.  Hemos recibido corona de justicia e incorruptible (1Cor 9:25, 2Tim 4:8).  Tenemos el derecho de ser llamados sus hijos, linaje y pueblo escogido.  Si Él es con nosotros ¿quién contra nosotros?  ¿Lo puedes ver?  Si nos dejamos llevar por lo que vemos y escuchamos, por todo aquello a lo que estamos acostumbrados, fácilmente nos perdemos.  Pero cuando acudimos a la palabra de Dios y ponemos atención al cuidado tan especial que tiene de nosotros nos regocijamos y alabamos al Señor.      Ahí está Pablo.  Tirado.  Casi muerto.  Con momentos como éste, pienso en Juan 3:30 cuando dice que es necesario que Dios crezca y nosotros disminuyamos (mengüemos).  ¡Definitivamente Pablo no estaba creciendo con todo lo que le estaba pasando!  Cuando atravesamos situaciones difíciles, que parecen imposibles, Dios está acabando con nuestro orgullo y preparando el terreno para poder comenzar a construir.  No podemos renovar nuestro corazón y pensamientos partiendo de lo que hemos aprendido y guardado.  Debemos comenzar de cero.  Todas esas mañas que has ido desarrollando, todo ese “colmillo” que presumes, a Dios le estorba y es necesario removerlo.

Oración
Señor: gracias por enseñarme que para ser renovado, debes remover todo aquello de mi vida que te estorba.  Entiendo que mi orgullo es uno de los principales estorbos y te pido que me enseñes a ser humilde y agradecido dejándote la gloria siempre a Ti.  Perdona que cuestione lo que me sucede y me queje tanto.  Quiero vivir dándote gracias sin importar mi situación.  En Cristo Jesús.  Amén 

27 sept 2011

Hechos 14:16-18


En las edades pasadas Él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.  Y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio. 



Increíble pero cierto.  Simplemente no escucharon sus explicaciones y continuaron con los sacrificios.  ¿Por qué?  ¿Por qué no escucharon?  ¿Qué no fueron claros rasgando sus vestiduras y anunciando que eran hombres como ellos?  Visto desde nuestra perspectiva, definitivamente fue claro.  Para ellos no fue tan fácil discernirlo.  Esto pasa constantemente en nuestro tiempo con la palabra de Dios.  Anunciamos el evangelio.  Traemos palabra de bendición y esperanza.  Hablamos de la oportunidad que Dios nos da de nacer nuevamente y poder ser llamados sus hijos.  A pesar de todo esto, personas deciden seguir su propio camino.  “Así estoy bien”.  “No necesito de un dios que me diga qué hacer”.  “Creo en un ser supremo pero distinto”.  “No necesito pedir perdón”.
Personalmente he compartido a Cristo con personas que sé que están atravesando momentos difíciles y que si pudieran ver la escena como nosotros vemos a los licaónicos y los discípulos, se darían cuenta que decidir por Jesús sería lo mejor.  Tristemente, están tan inmiscuidos en sus asuntos y su corazón se ha vuelto tan egocéntrico, que no comprenden lo que se les está ofreciendo.  “No quiero cambiar de religión”  “No me vas a convertir”.  ¿Quién habló de religiones o conversiones?  Lo que una persona que sirve a Dios ofrece es el poder reconciliarse con Dios Padre y tener comunión con Él a través de su palabra.  Y parafraseando el versículo 18, y diciendo estas cosas, difícilmente lograron impedir que la multitud siguiera su camino…  Ahora, también debemos recordar que la palabra de Dios nunca regresa vacía.  Una semilla fue plantada en esas personas y nuestro Señor se encargará de hacer el resto.
Por otro lado, hay una lección para nosotros.  No debemos dejar de compartir a Cristo porque pensamos que tal o cual persona no nos hará caso.  El Señor nos pidió que fuéramos e hiciéramos discípulos enseñándoles a obedecer lo que Él nos ha mandado.  Si dices que crees en Dios y que lo amas entonces el obedecer debe ser parte de tu vida diaria.  Porque aquél que no obedece no ama al Señor nos dice la biblia.  Tiene sentido.  ¿Cómo decir que sigo a Cristo si realmente no actúo como él?
Anunciemos a Cristo.  Compartamos lo que ha hecho en nuestra vida.  Llevemos esperanza a la gente.  Dejemos que sus bendiciones no se estanquen en nosotros sino que lleguen a todos aquellos que nos rodean.  Hagámoslo sin estar esperando ver el resultado inmediato sino por el gozo que es trabajar para el Señor.

Oración
Señor: no quiero seguir mi camino dándote la espalda y habiendo escuchado que quieres reconciliarme contigo.  Te pido perdón.  Límpiame.  Renueva mi vida y mis pensamientos.  Te pido que pueda vivir en obediencia y que mi vida lleve bendición a los que me rodean.  Ayúdame a pensar menos en mí y más en Ti.  Te lo pido en el nombre de Cristo.  Amén 

26 sept 2011

Hechos 14:14-15



Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas y se lanzaron entre la multitud dando voces y diciendo: Varones ¿por qué hacéis esto?  Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.



Tristemente existen personas que utilizan el nombre de Dios para enriquecerse aprovechándose de los demás.  Una manera muy sencilla y eficaz para poder discernir entre aquellos que son un “fiasco-fraude” de los que quieren servir al Señor es poniendo atención a quién dirigen la mirada de sus predicaciones.  He visto programas en los que se habla de Dios pero la atención está siempre enfocada en el interlocutor.  Este tipo de personas buscan influenciar a los demás por el lado sentimental y la enseñanza de la biblia es muy pobre.  Utilizan unos cuantos versículos y muchas veces ni siquiera los aplican al contexto.  Ten cuidado de los que hablan de Dios pero quieren que las luces apunten a su propia persona.  Fíjate cómo los discípulos reaccionan al saber  que lo que habían predicado estaba siendo mal enfocado.  La gente los estaba viendo a ellos en lugar de a Jesús y por ello rasgan sus vestiduras en señal de indignación.  Busca y promueve que en tu congregación siempre se de la gloria al Señor y no se enaltezca a aquellos que sirven.  “Somos hombres semejantes a ustedes” dijeron los discípulos.  Asimismo, aquellos cristianos que admiras, son como tú y como yo, la única diferencia es que han decidido no solo aceptar a Cristo sino servirlo y obedecerlo con su vida entera.  
¿A quién no le gusta que le digan que hizo algo bien?  ¿Cómo negar el que reconozcan algún don que el Señor nos ha dado?  Claro que es fácil quererle robar un poquito de la gloria a Dios y quedárnosla nosotros.  Recuerda que como humanos el reconocimiento siempre resulta tentador y en el lado espiritual no estamos exentos.  Debemos tener cuidado y ser autocríticos.  ¡Qué increíble es cuando alguien te agradece por compartir la palabra de Dios!  Disfrútalo.  Goza ese momento.  Pero sobre todo, da gracias al Señor por permitirte ser un pequeño granito de arena en Su mar.  Se humilde.  Se sencillo de corazón.  Recuerda que es por la misericordia de Dios que puedes ser parte de su obra.
Tengamos cuidado como líderes o congregación, de que nuestra atención siempre esté enfocada en dar gloria al Dios vivo que creó el cielo y la tierra, los mares y todo lo que en ellos hay.
Por último, si aun no has comprendido que tu deber es servir al Señor, te animo a que pongas a Su servicio los dones que te ha dado.  Estoy seguro que puedes hacer algo mejor que los demás.  Pon esa virtud a los pies del Señor y deja que Él dirija y haga milagros.

Oración
Señor: pongo mi vida a tu servicio y te pido que Tú reines sobre ella.  Dame sabiduría para no caer con aquellos que buscan fama y utilizan tu nombre.  Te pido que mi vida siempre pueda dirigir la mirada a Ti.  Te pido que mantenga un corazón sencillo y agradable a Ti y que reconozca que Tú eres el Señor y que solo Tú mereces alabanzas.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén 

23 sept 2011

Hechos 14:11-13


Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz diciendo en lengua licaónica: dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros.  Y a Bernabé llamaban Júpiter y a Pablo, Mercurio porque éste llevaba la palabra.  Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo oros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios.



¿Cómo se les pudo haber ocurrido que eran dioses?  ¿Qué no habían escuchado que estaban hablando de Jesús y de Jehová?  Creo que a veces la gente solamente escucha lo que quiere escuchar y ve lo que quiere ver.  En esta ocasión se enfocaron en el milagro y se olvidaron de lo que habían escuchado.  Seguramente son Júpiter y Mercurio.  Dijeron.
Todo esto pasa por una sencilla razón.  De la abundancia del corazón habla la boca (Lc 6:45).  Lo que esa sociedad tenía en sus corazones era adoración a cualquier dios que le pusieran enfrente.  Si les decían izquierda o derecha les daba lo mismo.  Simplemente irían.  Hoy en día nos pasa algo similar.  Estamos tan metidos en nuestras vidas que no entendemos lo que está pasando ni lo que Dios nos está mostrando.  Hemos llenado nuestro corazón de todo menos de la palabra del Señor.  Guardamos corajes, rencores, odios, orgullo, celos, envidias, críticas, juicios y señalamientos, hipocresías y de esta manera nuestro corazón ha quedado totalmente invadido.  Se nos promueve amar la fama, el dinero, el poder, el desarrollo profesional, etc. y así le damos la espalda al evangelio de Cristo.  Ocurren milagros que no podemos explicar y en lugar de darle la gloria a Dios, cambiamos la dirección del milagro y pensamos en que la “buena vibra” o la “madre naturaleza” o los “chacras” o “la ley de la atracción” y cantidad de pensamientos que hay, fueron los responsables.  La realidad es que Dios fue, es y será el autor de lo que sucede.  Pero si en nuestro corazón no damos espacio para escuchar de su palabra, nunca podremos entenderlo. 
La sociedad confundió a los discípulos con dioses.  Incluso el mismo sacerdote de Júpiter decide ir y hacer sacrificios en su nombre.  ¡Qué ironía!  Tristemente, hoy en día tenemos a muchas personas igual de perdidas.  No estoy juzgando ni diciendo que somos mejores por seguir a Cristo.  Al contrario.  Siendo honestos, la gloria es para Dios pues nos rescató sin merecerlo.  Lo que busco es recordar que nosotros también estábamos perdidos y que de no ser por Su misericordia podríamos estar envueltos en “las mil y un religiones”.  Hay gente a tu alrededor que no conoce a Jesús.  Hay gente a tu alrededor que necesita que Dios transforme sus vidas.  ¿Qué estás esperando para dar testimonio de que Jesús renueva vidas?

Oración
Señor: definitivamente en mi corazón hay abundancia de todo menos de Ti y no quiero seguir así.  Te pido perdones mis pecados y limpies mi corazón para llenarlo ahora de tu amor, tu paz, tu gracia y tu misericordia.  Quiero aprender de Ti y caminar en tu palabra.  Te agradezco por mostrarme que mi corazón necesitaba ser transformado.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén 

22 sept 2011

Hechos 14:8-10

Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado.  Éste oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies.  Y él saltó y anduvo.




Aunque puedo caminar, en repetidas ocasiones me identifico con el paralítico pues no sé hacia dónde ir.  Todo se vuelve confuso o incierto.  No hay una señal que diga por aquí o por allá.  Tampoco hay una decisión que grite “yo soy la correcta”.  Finalmente termino sin moverme.  Parado.  Nada.  Veo cómo la gente sigue y va en ciertas direcciones pero yo no sé qué hacer.  Así veía el cojo a los demás.  Yendo y viniendo.  Iban a sus trabajos, visitaban la ciudad, salían a jugar o simplemente a dar la vuelta y ahí estaba él sin poderse mover.  Pero al escuchar el mensaje de Dios entendió que su vida podía ser diferente.  No sabía que harían un milagro en él.  Simplemente sabía que Dios ofrecía un camino distinto que irónicamente sí podría tomar a pesar de su incapacidad.  Al ver Pablo la fe de este hombre no duda en decirle “levántate” y él no solo se levantó sino que saltó y anduvo.  De repente su vida se transformó.
¿No te gustaría dejar que Dios transforme tu vida?  Esto no significa que ya no tendrás momentos de incertidumbre.  Dejar que Dios dirija tu vida significa poder caminar cuando antes no podías dar un solo paso.  Cuando todo está negro y oscuro, cuando el viento está en tu contra, cuando no sabes qué hacer, en ese preciso momento puedes ponerte de rodillas y decirle al Señor lo que sientes, tus miedos, tus preocupaciones y tu desesperación.  Él traerá paz a tu vida y podrás recordar que el Rey de reyes te ama, te cuida y no te desamparará.  Ahora puedes estar pensando en mil y un “peros”.  “Pero tú no entiendes” “pero tú no sabes” “pero no sé cómo” “pero cómo se va a arreglar”.  Todas estas inquietudes son normales.  Para ello, debes estudiar la biblia y dejar que el Señor te muestre cómo tiene un especial cuidado de ti y que a pesar de las circunstancias, siempre se encargará de cumplir su promesa de darte techo, sustento y abrigo.  Dios se encargó de que los israelitas vivieran en el desierto por 40 años.  Piénsalo.  No había cosechas.  No había ríos para beber agua.  Calor y frío insoportable.  Aún así, el puso una nube en el cielo que disminuía la intensidad del sol y una lumbrera en la noche para que guiara su camino.  Dio maná para que se alimentaran todos los días e incluso agua de las rocas salió para que bebieran.  Hoy leemos el ejemplo de un paralítico que fue sanado y pudo caminar por tener fe en el Señor.  ¿Qué vas a hacer tú?  ¿Seguir quejándote?  ¿Seguir preocupándote?  Si estás contra la espada y la pared es por tu culpa y solamente tuya.  Dobla tu orgullo.  Reconoce tu necesidad de Dios.  Recuerda su amor por ti y pide perdón.

Oración
Señor: perdóname.  He querido vivir y decidir sin preguntarte y ahora me encuentro sin saber qué hacer o cómo decidir.  Hoy entiendo que puedes transformar mi vida y te pido que así lo hagas.  Quiero vivir confiado en Ti y sabiendo que a pesar de que yo no pueda caminar, Tú te encargarás de mostrarme y darme los elementos necesario para poder seguir adelante.  Gracias mi Dios y oro a Ti en el nombre de Jesús.  Amén

20 sept 2011

Hechos 14:4-7


Y la gente estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles.  Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina y allí predicaban el evangelio.



Finalmente Dios les mostró que ya no debían permanecer ahí.  La gente se levantó en su contra y era necesario que huyeran.  ¿No te parece sorprendente su facilidad para poder “mudarse” de ciudad en ciudad?  ¡Cuánto trabajo cuesta el moverse de una colonia a otra y no se diga a otra ciudad o país!  Se nos dificulta en gran manera el dejar alguna comodidad y fácilmente hacemos énfasis en aquello que nos molesta.  Los discípulos salieron de Antioquía y llegaron a Iconio.  En Iconio no los vemos quejándose por el clima de la ciudad.  Tampoco hay quejas sobre la comida o si la gente es amigable o no.  Después salieron a Licaonia y las quejas no aparecen.  Pero nosotros sí nos quejamos.  A nosotros nos gusta recordar los lugares que hemos visitado y que han tenido algo mágico.  Pensamos que todo es bueno y no tienen fallas.  Vemos todo aquello que no tenemos en donde vivimos y lo añoramos.  ¿Te ha pasado?  No solo pasa con lugares sino con todo aquello que vemos a nuestro alrededor y que nos parece mejor de lo que nosotros tenemos.  Hace varios años viví en Paris.   Un lugar fascinante y sumamente hermoso.  ¿Su gran defecto?  El clima.  Ese año que estuve ahí el sol decidió salir muy, pero muy, pocas veces y la lluvia parecía que no se cansaba.  Recuerdo que para no dejar de disfrutar el lugar en el que me encontraba, me repetía constantemente que mi estancia terminaría algún día y solamente tendría el recuerdo.
Bueno, pues me parece que los discípulos tenían muy presente un pensamiento similar.  La biblia nos dice que somos extranjeros en este mundo y que debemos trabajar como embajadores llevando el evangelio de Cristo.  Con esta mentalidad, y con la fuerza que solamente Cristo da, los discípulos pudieron mantenerse enfocados sin importar que sus vidas corrían peligro.  Pensarás que los discípulos son algo especial o que la biblia no revelaría sus quejas.  En el libro del Éxodo tenemos un gran ejemplo de cómo el pueblo de Israel se quejaba (irónicamente) por haber sido liberados de la opresión y ahora se encontraban en el desierto.  Todo el pueblo se quejó contra Moisés una y otra vez.
¿Te das cuenta?  Resulta más fácil quejarnos que vivir agradecidos y por ello debemos hacerlo consciente en nuestras oraciones para no seguir así.  Los discípulos iban de ciudad en ciudad.  Probablemente llegaron a desear quedarse más tiempo en una que en otra o les hubiera gustado no tener que salir huyendo.  Pero cuando el Señor mostraba que era tiempo de irse se iban.  ¿Cuál era su prioridad?  Servir a Jehová.  ¿Cuál es la tuya?  ¿Servir a tu familia?  ¿A ti mismo?
La vida está llena de altas y bajas pero Dios permanece constante.  No desvíes tu mirada de Él.  Permanece en Él.

Oración
Señor: quiero pedirte perdón porque sé que me he quejado mucho.  Perdona que no busque servirte sino que he buscado servir a los míos y a mí sin entender que al servirte, Tú te encargas de esto también.  Ayúdame a no aferrarme a lo que tengo y a poderte entregar mi vida y lo material que me rodea.  Quiero vivir como embajador agradecido por lo que hoy tengo y compartiendo tu evangelio a donde sea que Tú decidas mandarme.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

19 sept 2011

Hechos 14:3-4


Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos señales y prodigios.



Si en versículos anteriores los discípulos sacudieron el polvo de sus pies y salieron de Antioquía, por qué en esta ocasión deciden quedarse mucho tiempo, predicar e incluso hacer señales y prodigios.  ¿Por qué no salieron también de esa ciudad?  Me encantaría poder tener la respuesta exacta y concreta pero la verdad es que no lo sé.  A veces nos resulta imposible entender los planes de Dios y el por qué de sus decisiones.  Pensemos esto por un momento, Él es Dios.  Nosotros no tenemos el mismo conocimiento ni capacidad.  Por esta razón, no siempre vamos a entender lo que está haciendo a nuestro alrededor.  Dios en su misericordia nos ha dejado promesas en su palabra para que podamos vivir tranquilos y confiados a pesar de que todo parezca incierto y sin sentido.
Dios muestra por dónde debes caminar.  Dónde debes estar y por cuánto tiempo debes permanecer ahí.  Sin embargo, nosotros tenemos tendencia a hacer las cosas de otra manera.  Nos encanta “experimentar” por otros caminos porque pensamos que son más atractivos, nos encanta quedarnos más tiempo en donde estamos porque pensamos que estamos bien o por el contrario, deseamos irnos porque pensamos que estaremos mejor en otro lado.  Dios le mostró a Elías que debía ir y anunciar al rey que vendría una sequía.  Irónicamente, su siguiente instrucción no fue decirle cómo hacer para que el pueblo pudiera sobrevivirla como en el caso de José al revelar el sueño de Nabucodonosor.  En esta ocasión, Dios le dice a Elías, debes irte y esconderte.  Por la comida no te preocupes, yo enviaré cuervos que te alimenten.  Dios da instrucciones y nuestro deber es escucharlas y obedecerlas.  ¿Cómo sé si debo hacer esto o aquello?  Preguntarás.  La respuesta es sencilla: Dios nos dice en su palabra que nuestra prioridad es buscar su reino, hacer discípulos y amar a nuestro prójimo.  Él se encarga de lo demás.  Si mantienes tu mirada en las cosas del cielo, no tendrás preocupación por entender o decidir hacia un lado u otro.  Simplemente llegará un día en el que Dios te dice, es necesario ir aquí o allá y lo harás.
Los discípulos nos dan un gran ejemplo de sintonía con Dios.  Además de estar compartiendo el evangelio, siempre buscaron estar en el lugar que Jehová les mostraba.  Si Dios decía salgan de esa ciudad, ellos salían y si por el contrario decía permanezcan, ellos permanecían hasta recibir nuevas instrucciones.  El hecho de que los discípulos se quedaran en Iconio a pesar de que un grupo de personas comenzaba a organizarse en su contra, nos enseña que es necesario soportar las pruebas con el fin de servir a Dios y esperar por nuevas instrucciones.  No te desesperes.  No te desanimes.  No te preocupes.  Pon tu mirada en las cosas del Señor.  Busca su reino, busca obedecerlo y Él se encargará de todo lo demás.  Créelo.  Vívelo.

Oración
Señor: Me resulta difícil no preocuparme por lo que debo o no hacer.  Hoy entiendo que debo buscar tu reino y que Tú te encargas de lo demás.  Ayúdame a creerlo y a vivirlo.  No permitas que mis dudas bloqueen nuestra relación.  Permite que tenga paz y fe en que Tú tienes cuidado de mí y que tus planes son mejores que los míos.  Gracias por tus enseñanzas.  Gracias por tu amor.  En el nombre de Jesús oro a Ti, amén. 

15 sept 2011

Hechos 14:1-2


Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos y asimismo de griegos.  Mas los judíos que no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.



¿No sería increíble que todo nos saliera bien?  Pienso en los discípulos reunidos en la noche platicando sobre lo que había acontecido.  Habían tenido una semana espectacular compartiendo a Cristo y tuvieron que salir de la ciudad porque algunos judíos crearon conflicto para que no estuvieran allí.  Posteriormente, llegan a Iconio y la gente sigue amontonándose para escuchar de las buenas nuevas.  Después de la gran respuesta, nos dice la biblia que hubo ciertas personas que no estaban contentas con lo que estaba pasando y decidieron tomar cartas en el asunto.  Ahí estaban ellos, platicando sobre lo ocurrido y meditando sobre sus siguientes pasos debido a que se estaba formando un grupo de gente en su contra.  ¿No sería bueno que no tuviéramos este tipo de problemas?  Alguno habrá pensado.  ¿No sería bueno que tu vida fuera un poco más sencilla?  ¿No sería bueno que las cosas fueran distintas?  ¿No sería más fácil si no hubiera pasado esto o aquello?  La respuesta a todas estas preguntas es sencilla: probablemente sí.  Entonces ¿para qué permite Dios todo esto?  La respuesta es todavía más sencilla: para que aprendamos a depender de Él.  Si los discípulos no hubieran enfrentado ninguna dificultad, muy probablemente se hubieran olvidado que el Señor es quien abre caminos.  Es nuestra naturaleza.  Piénsalo.  ¿Cuántas veces te has olvidado de orar y estudiar la palabra por que las cosas van avanzando sin problema?  Irónicamente, cuando todo va al revés es cuando más oramos y más queremos escuchar de Dios, pero al terminar la prueba, comenzamos a “bajar la intensidad”.  
Estoy convencido que Dios quiere transformarnos y moldear nuestro carácter y para ello necesita dar unos cuantos golpes aquí y allá.  Unos martillazos al orgullo, otros cuantos más al carácter y muchos más a nuestra falta de perdón.  Todo lo que sucede a tu alrededor sirve para este propósito.  Por esta razón, los discípulos enfrentaron oposición.  Para forjar su carácter e incrementar su dependencia al Señor.
¿Qué está robando tu paz?  ¿Qué te quita el sueño?  ¿Qué te preocupa o angustia?  ¿Has pensado que todo esto está dentro del plan de Dios y que necesitas recibir unos cuantos “martillazos”?  Seguro que no es fácil atravesar una situación complicada pero el Señor sabe perfectamente lo que necesitamos y es justamente ahí donde está trabajando.  Tal vez no lo entiendas y parezca sin sentido pero recuerda que Dios sí sabe lo que está haciendo.  Piénsalo.

Oración
Señor: definitivamente no entiendo el por qué de lo que me acontece pero hoy aprendí que tú tienes un propósito y quiero que lo cumplas en mi vida.  Pon paz en mi corazón y ayúdame a depender más de Ti y seguirte sin restricción.  Perdona mis pecados Padre y no permitas que me aparte de Ti.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

14 sept 2011

Hechos 13:49-52


Y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia.  Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas y a los principales de la ciudad y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites.  Ellos entonces, sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio.  Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.



Nunca falta el que se opone a una bendición o recibir una buena noticia.  El egoísmo y el orgullo son causantes de miopía y astigmatismo.  Nos dejan completamente ciegos.  No entendemos hacia dónde vamos, no controlamos lo que hacemos pero según nuestro orgullo y nuestra falta de cuidado por las cosas de los demás, estamos convencidos que vamos por el camino correcto.  Así estaban actuando los judíos que inventando argumentos y alborotando a la gente, sacaron a los discípulos de la ciudad.  Se dice que, conforme crecemos, nos va costando cada vez más y más trabajo el adaptarnos al cambio.  Imagino a estos judíos acostumbrados a vivir a su manera y teniendo control sobre todo lo que acontecía a su alrededor siendo ellos la autoridad espiritual.  Un día, llegan unos extranjeros anunciando que las profecías que estudian y predican han sido cumplidas en la persona de Jesús y que trae un mensaje de reconciliación.  Las personas se amontonan para escuchar más y los líderes solamente ven con desdén lo que hacen los discípulos.  No están dispuestos a cambiar.  A pesar de que con gran perfección, Pablo y Bernabé demostraron que el Cristo era Jesús, prefirieron tener oídos necios y bloquear lo que estaban escuchando.
Debes tener cuidado con tus reacciones.  Debes analizar cómo eres cuando algo viene a tu vida.  No puedes escudarte en la costumbre ni en la forma en que creciste.  Debes ser moldeado conforme a la imagen de Dios y no a la tuya o la de tu familia.  Pienso que lo que más estorba al Señor para trabajar con nuestras vidas somos nosotros mismos.  Somos los que más resistencia ponemos para que destruya nuestro orgullo, desplace nuestro egoísmo y promueva el amor a nuestro prójimo.
Finalmente vemos un excelente ejemplo de cómo reaccionar cuando el viento está en nuestra contra.  Los discípulos son expulsados sin razón y en lugar de pelear y tratar de convencer, simplemente sacuden el polvo de sus pies y siguen su camino.  No debemos entrar en confrontaciones que no tienen sentido ni tendrán resultados favorables.  Hay que ser sabios y entender que nuestra labor es compartir a Cristo.  Esto hicieron los discípulos.  En el momento en que fueron agredidos, se marchan y siguen su camino.  Comparte a Jesús con amor y misericordia.  Si los que escuchan quieren debatir de manera orgullosa y necia, no des espacio para ese tipo de discusiones.  Abre la puerta para hablar más del evangelio y ciérrala para cualquier tipo de altercado.  Sé sabio.  Sé humilde.  Sé amoroso.

Oración
Señor: me cuesta trabajo ser humilde y amoroso, te pido que trabajes en mi corazón y me transformes.  A veces prefiero discutir que dejarte las riendas.  Te pido perdón porque sé que soy el principal estorbo para tu obra en mi vida.  Cámbiame Señor.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén 

13 sept 2011

Hechos 13:44-45


El siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra del Señor.  Pero cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían con maldiciones lo que Pablo decía.



Cada vez que leo historias como esta, me pongo a pensar en las distintas estrategias que, como humanos, hubiéramos empleado para tratar de alcanzar el mismo resultado.  Nos dice la biblia que casi toda la ciudad se presentó para escuchar lo que Pablo y Bernabé tenían que decir acerca de Dios.  Algunas ideas que me llegan a la mente para juntar a tal cantidad de personas es utilizar a la mejor agencia de publicidad, estudiar los nichos de mercado, las edades en la población y demás variables.  No dejar que ni una sola persona esté enterada de que los discípulos hablarían el siguiente sábado.  Buscar a los mejores oradores.  Que sean famosos y que tuvieran mucha personalidad.  Además, regalaría comida o alguna playera por atender al evento.  ¿Crees que sería suficiente?  Aunque suene un poco tonto e irónico todo lo que acabo de escribir, es un simple ejemplo de cómo cuestionamos los planes del Señor porque no se adaptan a lo que tenemos en mente.  Dios nos muestra un camino y nosotros nos encargamos de llenarlo de cuestionamientos.  Queremos corregir esto y aquello.  Pensamos que a Dios se le olvidaron algunas cosas y ponemos más de “nuestra cosecha”.  Finalmente terminamos bloqueando los planes de Dios y los milagros que quiere hacer en nuestra vida.  Dios no necesita agencias de publicidad ni estudios de mercado.  Tampoco necesita que le ayudes.  Él tiene control pleno.  ¿Lo puedes entender?  Solamente con su palabra podemos llenar estadios.  ¡No necesitamos nada más porque su palabra es suficiente!  Ahora las iglesias buscan más entretener que llevar el mensaje de salvación.  Piensan que las congregaciones son más numerosas si el evangelio se diluye para no ser tan “estrictos”. 
Meditemos en esto por un momento.  Si quieres servir a Dios, debes ponerte a Su disposición.  Dejar que Él muestre el camino.  Es probable que no entiendas todo lo que suceda pero debes saber esto: Él está presente y Él sí sabe lo que está haciendo.  Así como utilizó a dos personas comunes para atraer a casi toda una ciudad, así quiere utilizarnos a ti y a mí el día de hoy.  Busquemos servir.  Busquemos compartir lo que Dios tiene para nosotros.  ¿Cómo podemos quedarnos tantas bendiciones para nosotros mismos y no compartirlas?  Pablo y Bernabé llevaron el mensaje de Jesús y dejaron que el Señor se encargara de los planes y del impacto que tendrían.  Por ello, tuvieron esos resultados.  ¡Deja que los planes de Dios te dirijan!  Ya no estorbes ni cuestiones.  ¿Crees en el Señor?  ¡Déjalo trabajar!  Date cuenta de los milagros que hizo y quiere hacer en tu vida.  Puede resultar difícil porque estás acostumbrado a hacer lo contrario pero créeme que no te vas a arrepentir.

Oración
Padre: Quiero pedirte perdón por cuestionar tanto tus planes y querer cambiar todo en lugar de dejarte trabajar.  Hoy te pido que pongas fe en mi corazón y paz para poder esperar en Tus tiempos.  Gracias por demostrarme que haces grandes cosas con personas comunes y gracias por recordarme que eres tú quien debe brillar siempre.   Gracias por tu amor.  En Cristo Jesús.  Amén 

12 sept 2011

Hechos 13:40-43


Tengan cuidado, no sea que les suceda lo que han dicho los profetas:
Miren, burlones, asómbrense y desaparezcan, porque yo estoy realizando en sus días una obra que ustedes nunca creerán aunque alguien se las explique.  Al salir ellos de la sinagoga, los invitaron a que el siguiente sábado les hablaran más de estas cosas.  Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos fieles acompañaron a Pablo y a Bernabé, los cuales en su conversación con ellos les instaron a perseverar en la gracia de Dios.



¿Qué quiere decir todo esto?  Una vez que tú y yo hemos escuchado de Dios se nos presenta una disyuntiva: Pedir perdón y reconocer a Cristo o seguir con nuestra vida dándole la espalda.  La biblia nos dice que habrá personas que prefieran seguir con su camino y no creerán en lo que Jesús hizo.  Se les podrá compartir de milagros asombrosos y de vidas transformadas pero no aceptarán ni creerán en Cristo.  Por otro lado, tenemos a aquellos que deciden realizar un cambio en su vida.  Reconocen que necesitan ayuda.  Que no pueden más.  Que están cansados.  Que están confundidos.  Que están angustiados.  Que están perdidos.  ¿Te sientes así?  ¿Te has sentido así?  Yo sí.  Muchas veces.  Resulta sumamente sencillo caer en el círculo de lo que tenemos a nuestro alrededor y olvidarnos de mirar al cielo y recordar lo que es importante y lo que no.  Estoy convencido que aquellos que decidieron seguir a Pablo y a Bernabé después de la asamblea, eran personas que estaban experimentando sentimientos similares pero que estaban dispuestos a probar una nueva estrategia.  Fueron honestos consigo mismos.  Se dieron cuenta que ya habían intentado varias veces vivir conforme a su voluntad, deseos y pensamientos pero sobre todo, conocían perfectamente el resultado.  Ahora era tiempo de hacer las cosas diferente y no dejan que los discípulos se vayan sin la oportunidad de escuchar más.  
Recuerdo muy bien cuando tuve la entrevista de mi trabajo actual.  Realmente lo deseaba.  Quería, a como diera lugar, hacerle ver a mi entrevistador que podía con el trabajo.  Terminó la entrevista y salimos de la sala.  Nos dirigimos hacia un lobby y yo seguí a esta persona por todo el camino.  Prácticamente no la dejé ir hasta el último momento.  Imagino que así estaban estos judíos y prosélitos con los discípulos.  El mensaje de Dios es tan increíble que deseas más y más.  Por ello deciden seguirlos y siguen pidiendo instrucciones.  “Anden en la gracia de Dios”  les dijeron.  ¡Qué excelente instrucción!  ¿Quieres seguir a Cristo?  ¿Quieres transformar tu vida?  Vive en la gracia de Dios.  ¿Cuál es esta gracia?  Significa recibir algo que no mereces de manera gratuita.  Significa que no eres tan grande como pensabas sino al contrario, te das cuenta de lo pequeño y frágil que eres.  Entiendes que tu orgullo está en servir al Señor por lo que hizo por ti.  Esa gracia transforma tu vida dándote la perspectiva correcta: Dios primero, tú después.
Si has dudado en aceptar a Cristo, te animo a que lo pongas a prueba.  Pide que te demuestre que existe y que quiere reconciliarse contigo.  Permite que entre a tu vida y lleve aquellas cargas que tanto te han aplastado.  Te invito a que seamos como aquellos que querían escuchar más de Jesús.  Te invito a que aprendamos a vivir en la gracia.

Oración
Señor: te pido perdón por mis pecados y por no reconocer mi necesidad de Ti.  Hoy entiendo que he sido necio y sobre todo veo que los resultados de mis decisiones no han sido buenos.  Hoy te pido porque pueda ver tu amor en mí.  Porque pueda ver tu gracia en mi vida.  Te pido que pueda tener paz.  Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.  Amén