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20 ene 2011

Hechos 5:29-31

“¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!” Respondieron Pedro y los demás apóstoles. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, a quién ustedes mataron colgándolo de un madero. Por su poder, Dios lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.



¿Cómo compartir la palabra de Dios? Anunciando el propósito al que vino Jesús: vino para darnos arrepentimiento y perdón de pecados; explicando que fue crucificado por nuestros pecados siendo libre de mancha; que vino para reconciliarnos con Dios Padre. Vuelve a leer los versículos y pon atención a la manera en que Pedro y los apóstoles hablan. Tenían muy claro el evangelio y su misión de compartir a Jesús. Hablaron con la verdad y no les importó incomodarlos: el Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús a quién ustedes mataron en una cruz. No los están criticando. No están haciendo alboroto con la gente sobre cómo fue posible que pasara esto. No hay chisme de por medio sino la verdad confrontando al Consejo. Ustedes aprobaron la crucifixión de Jesús mientras que el Dios de Abraham lo resucitó y lo sentó a su diestra. Cuando hablamos de Cristo no podemos ocultar nada. Por ejemplo, si alguien está engañando a su pareja y le platicamos del Señor sin decir que lo que está haciendo está mal, nosotros estamos peor. No podemos pasar por alto u omitir lo que la gente está haciendo por compartir un evangelio que no levante conflicto o incomode. Si bien Cristo nos ama y murió por nosotros, la palabra nos dice que Dios aborrece el pecado. ¿Cómo hablar del amor de Dios sin el arrepentimiento de pecados?
Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres…
Esta frase es peligrosa si la sacamos de contexto. Los discípulos están frente al Consejo que era un grupo de judíos que lideraban a los israelitas espiritualmente. Recuerda que Roma era la autoridad jurídica y le permitía a Israel tener una especie de sub gobierno espiritual. Entonces, cuando dicen que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres no implica que debamos faltar a las autoridades. De hecho, la palabra nos dice que debemos obedecerlas. ¿Qué querían decir entonces? Que Jehová es la autoridad máxima. Que no siguen a los hombres sino a Dios. ¿Cómo se aplica para nosotros? Que en nuestro día a día, siempre debemos actuar en obediencia a Dios por encima de lo que nuestro líder espiritual pueda decir. Los discípulos entendieron que Jesús era el Hijo de Dios y que las profecías se cumplieron en Él por lo que sería un error no seguirlo. Tú y yo debemos ser cuidadosos de nuestra congregación. Debemos buscar que Jehová sea siempre el centro de todo lo que se predica. No una persona o grupo sino Dios. No hagas nada que te pidan que no sea conforme a la voluntad de Dios pues tu deber es obedecerlo a Él antes que a los hombres.

Oración
Dios: me arrepiento de mis pecados y te pido perdón. Abre mis ojos y no permitas que siga escondiendo y justificando mis pecados. Te pido que siempre te siga y obedezca por encima de lo que digan los hombres. En Cristo Jesús.
Amén

19 ene 2011

Hechos 5:27-28

Los condujeron ante el Consejo, y el sumo sacerdote les reclamó: les hemos prohibido terminantemente enseñar en ese nombre. Sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y se han propuesto echarnos la culpa a nosotros de la muerte de ese hombre.


Ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas…
Recientemente escuché una noticia sobre la minoría cristiana en Irak y los ataques que recibían al ser perseguidos por algunos grupos. También escuché a un conductor-comediante (al parecer es muy famoso por criticar a los republicanos y exaltar a los demócratas) decir chistes sobre Jesús y ridiculizar su nacimiento. La gente va a cuestionar tu fe, principios y creencias. Algunos se burlarán y otros pueden incluso tomar acciones violentas. Considero que ésta es la principal causa que frena a las personas a comprometerse con el Señor. Preferimos estar “al margen”, seguir como todos los demás. No levantar miradas para que nadie nos comience a interrogar sobre lo que creemos, hacemos o dejamos de hacer. Qué triste es este estado de letargo. Vemos a los discípulos siendo cuestionados y puestos en la cárcel pero no fue suficiente para detenerlos y seguir compartiendo el evangelio. ¿Fanáticos? ¡Por supuesto! ¿Extremistas? ¡También! Cuando alguien admira a un artista, se le llama “fan” o fanático. De la misma manera cuando alguien toma medidas extremas se le llama extremista. Pero ¿qué es un fanático y un extremista en Cristo sino alguien que entrega su vida al Señor para obedecerlo y seguirlo en todo lo que hace? Cuando decimos fanático y extremista, inmediatamente nos viene a la mente aquellos que han tergiversado el evangelio y lo han convertido en otro tipo de culto o religión. Personas realizando actos sin sentido ni propósito. Aquí estamos presenciando un extremismo y fanatismo puro e inteligente de Pedro y los demás al entregarse a Cristo por completo y vivir su fe en plenitud. Lo mejor de todo es que esta entrega estaba dando frutos no de uno a uno sino de ciento por uno como lo promete la escritura. Nos dice la palabra que el consejo les reclama pues ¡han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas! No era un problema de una cuadra o dos manzanas a la redonda sino toda Jerusalén había sido inundada con el nombre del carpintero nacido en Belén.
No solo reclamaron a los discípulos el predicar a Jesús sino que negaron su participación en su muerte. Esto me hace pensar que no podemos desanimarnos con aquellos personajes que cruzan nuestra vida, cuestionan nuestra fe y nuestros deseos de cambiar. Estas personas, como el Consejo, se encuentran tan bloqueadas o ciegas que no pueden aceptar sus actos y solamente se dedican a criticar. ¡Ánimo! Estás en el camino correcto.

Oración
Señor: es verdad que a veces las circunstancias o las personas me desaniman en mi intento por seguirte. Yo te pido que me fortalezcas y des entendimiento para discernir y entender de quién vienen esas críticas. Quiero vivir entregándote mi vida sin restricción siendo tu admirador y adorador. Ayúdame a seguirte siempre. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

6 ene 2011

Hechos 5:24-26

Al oírlo, el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello. En esto, se presentó alguien que les informó: “¡Miren!, los hombres que ustedes metieron en la cárcel están en el templo y siguen enseñando al pueblo”. Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente.


Pienso en el sentimiento de los apóstoles cuando son liberados por el ángel. ¡Qué sensación! ¡Qué momento tan grande y lleno de satisfacción! Personalmente estaban experimentando una pequeña muestra del poder de Dios. De igual forma, pienso en los momentos en que Dios ha hecho cosas extraordinarias en mi vida. Tienes una sonrisa constante y con gozo alabas al Señor por lo que ha hecho. Pero un día, hay alguien que dice: ¡miren! Ahí están los hombres que metieron a la cárcel, y regresamos a otra prueba…
Los apóstoles tuvieron su momento de “descanso” al ser rescatados y siguieron predicando conforme les habían pedido. Nosotros igualmente “respiramos” y “descansamos” cuando las circunstancias se calman. ¡Pero esto no quiere decir que todo terminó y de ahora en adelante las cosas serán maravillosas! De hecho en el caso de los apóstoles no les duró un solo día el poder disfrutar el milagro que habían presenciado. No habían pasado muchas horas en cuanto los guardias los volvieron a tomar presos y los llevaron ante el Consejo.
¿Lección? Dios nunca deja de trabajar con nosotros. Sería bueno pensar que llegará el momento en el que nos podamos sentar y disfrutar de lo que sigue sin más pruebas ni cambios. Pero debes saber que así no funcionan las cosas con Dios. Su palabra nos dice que seremos transformados hasta que Él venga. Ya sea que nos llame antes o Él venga, no habrá fin para nuestra transformación. Ahora, ¡esto es una bendición! Santiago nos dice que debemos gozarnos cuando nos encontremos en distintas pruebas pues el resultado que producen en nosotros es de bendición. Cuando dejas que Dios transforme tu vida, poco a poco tus intereses y prioridades se van alineando y ajustando a lo que Dios quiere. Comienzas a entender y valorar lo que antes despreciabas y por el contrario, como dice Pablo, tantas cosas que considerabas valiosas ahora las consideras como basura.
Hoy vemos a los discípulos obedeciendo y siendo llevados por segunda ocasión presos ante el consejo. Entendamos que el vivir es para Cristo y no para nosotros. Él vino a servir y nosotros debemos hacer lo mismo. Dejemos de buscar “estabilidad” en nuestra vida y busquemos el reino de Dios en todo lo que hagamos. Sí. Vendrán momentos difíciles, descansos y nuevamente otras pruebas. Pero confiemos en Aquél que ha vencido al mundo…

Oración
Padre: a veces no entiendo lo que sucede a mi alrededor pero hoy aprendí que tienes un propósito en mi vida. Quiero buscarte y gozarme en las pruebas como lo dice tu palabra. Guíame en tu camino y sepárame de lo que me aleje de Ti. No permitas que me desanime por lo que venga en contra sino que pueda permanecer a tus pies. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén

5 ene 2011

Hechos 5:21-23

Conforme a lo que habían oído, al amanecer entraron en el templo y se pusieron a enseñar. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus partidarios, convocaron al Consejo, es decir, a la asamblea general de los ancianos de Israel y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. Pero al llegar los guardias a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con el siguiente informe: Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro.


Los apóstoles no dejaron pasar tiempo e inmediatamente comenzaron a trabajar enseñando en el templo. Este es nuestro ejemplo a seguir. ¿Cómo funcionamos nosotros? A la inversa. Cuando Dios nos ha sacado adelante a partir de circunstancias en nuestra contra, en lugar de salir y compartir su evangelio, nos sentamos, meditamos, damos gracias a Dios y pensamos en nuestros errores. Nos llenamos de buenas intenciones, entendemos que debemos hacer esto o aquello, pero conforme pasan los días, vamos poco a poco olvidando lo que sucedió hasta regresar al punto inicial. Tristemente no estoy exagerando. He presenciado esto en repetidas ocasiones. El Señor hace un milagro, nos sorprendemos y emocionamos para posteriormente olvidarnos de Él nuevamente. ¿La causa? Nuestro egoísmo. ¿La solución? La tienen los discípulos con su ejemplo: al amanecer entraron en el templo y se pusieron a enseñar. No se pusieron a discutir sobre lo que había acontecido, ni tampoco pensaron en estrategias para que no volvieran a ser aprehendidos. Salieron de mañana al templo e hicieron conforme habían escuchado. Si Dios ha hecho un milagro en tu vida (además del milagro de estar vivo el día de hoy) te pido que recuerdes el momento de tu angustia y temor. Regresa a ese día en el que no podías más. Ahora recuerda cómo Jehová abrió caminos donde no los había. ¿No es lo mejor que puede pasar en tu vida? No dejes pasar más tiempo y corrige tu vida. Obedece al Señor y entrégate a Él.
Por otro lado, los ancianos de Israel tenían sus planes para que los seguidores de Jesús no siguieran adelante: meterlos a la cárcel e intimidarlos. Dios en su misericordia y amor, también tenía planes para con ellos. Cuando piden que traigan a los apóstoles les informan que todo está como la noche anterior pero las celdas están vacías. ¡Qué momento! ¿Qué pudieron haber pensado? Dos posibles causas se me ocurren: sobornaron a los guardias o un evento sobrenatural. Dios los estaba buscando. Quería que meditaran sobre lo acontecido y aceptaran que no había otra explicación sino que Jehová había actuado. Hoy el Señor quiere lo mismo de ti. Quiere que dejemos nuestras justificaciones a un lado y reconozcamos que es Dios trabajando a nuestro alrededor. No son coincidencias. No es casualidad. Es nuestro Señor buscándote. ¿Qué vas a hacer?

Oración
Padre: hoy entiendo que debo obedecer sin dejar que pase más el tiempo. También entiendo que me estás llamando y yo he bloqueado tus llamados. Perdóname Señor. Te pido que transformes mi vida por una de servicio a Ti. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén

4 ene 2011

Hechos 5:19-20

Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó. “Vayan” les dijo, “preséntense en el templo y comuniquen al pueblo todo este mensaje de vida”.



Recuerdo (vagamente) un “chiste” que hablaba de una persona que terminaba en medio del mar, flotando y conforme pasa el tiempo, pasan barcos, lanchas, helicópteros y niega que lo rescaten pues está convencido que Dios lo va a salvar. Obviamente muere. Cuando se encuentra con Dios le pregunta por qué no acudió a rescatarlo y le contesta preguntando por qué no tomó ninguno de los barcos o rescates que mandó. ¿La relación con este pasaje? En ocasiones queremos que Dios actúe conforme a nuestra voluntad. Queremos que nos rescate a nuestra manera. Queremos que resuelva las cosas como nosotros consideramos mejor. Si leímos en la Biblia que mandó un ángel a abrir las puertas de la cárcel, pensamos que de igual forma enviará a otro para abrirnos aquellas que están cerradas. Error. Si bien, el Señor es capaz de hacer cualquier cosa, no quiere decir que siempre actuará de la misma manera. ¿Cómo lo sé? Porque cada uno de nosotros somos únicos y necesitamos aprendizajes distintos.
Un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó…
Se llama milagro. Poder sobrenatural. Poder de Dios. Recuerdo que el apóstol Pablo pudo salir de una aprehensión porque su ciudadanía era romana. En otras ocasiones hubo terremotos y se abrieron las puertas de la cárcel. En esta ocasión Pedro estaba siendo rescatado por un ángel. ¿Cómo nos rescatan ahora? De mil y un formas distintas. Sería mentira si te dijera que Dios siempre mandará a un ángel para abrir puertas. Puede ser que lo que necesites sea lo contrario y las puertas deban permanecer cerradas por un tiempo. No podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor. Solo Dios lo puede hacer. Tenemos dos opciones: luchar y tratar de cambiar nuestro entorno o vivir entendiendo que lo que sucede a nuestro alrededor es para bien propio y para que seamos transformados.
Vayan, preséntense ante el pueblo y comuniquen el mensaje de vida…
El que salieran de la cárcel tenía un propósito: seguir compartiendo el evangelio. Tal vez has atravesado situaciones muy difíciles como la pérdida de un ser querido, tu hijo, tus padres, tu cónyuge. Tal vez atraviesas enfermedades que no comprendes y son duras de tratar. No te voy a decir que entiendo el por qué de las cosas. Lo que entiendo es que Dios quiere que, a pesar de las circunstancias, salgamos “al pueblo” y comuniquemos el mensaje de vida. ¿Lo puedes ver? Puedes utilizar tu vida y circunstancias como historias reales que contar sobre lo que Dios ha hecho y hace en ti. Comparte cómo puedes tener paz, gozo y paciencia cuando todo está de cabeza. Eres, como los apóstoles, un ejemplo viviente que a pesar de las circunstancias, ¡sales a compartir el mensaje de vida!

Oración
Señor: gracias por tus enseñanzas y por recordarme que no hay nada que salga de tu control. Te pido que me des paciencia y paz para poder soportar todo lo que hay a mi alrededor y sobretodo que pueda salir y compartir tu mensaje de vida. Perdona si te he pedio que soluciones todo a mi manera. En Cristo Jesús, Amén

3 ene 2011

Hechos 5:17-18

El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia. Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel común.



¿Quién nos metió en la cabeza la idea que la vida es fácil? Personas se han enriquecido por vendernos la idea de que hay una manera distinta de vivir que no trae problemas sino paz y abundancia. A veces utilizan a Jesús y sus enseñanzas y nos confunden haciéndonos creer que Jesús busca que en nuestra vida no haya contratiempos sino sea llena de pastos verdes y bendiciones. Error. El mismo Jesús nos dice en el evangelio de Mateo que en el mundo tendremos aflicción. ¡Los apóstoles estaban siendo arrestados por envidias de los saduceos! ¿Dónde está la bendición o la buena vida en esto? En que los apóstoles conocían la segunda parte del versículo donde Jesús nos dice: pero no teman porque Yo he vencido al mundo. Nuestra paz como seguidores de Cristo no llega porque las circunstancias nos son favorables o adversas sino porque confiamos en Aquél que está allá arriba, en nuestro Creador que es Todopoderoso y sabemos que sus planes son mejores que los nuestros. Sí, definitivamente no siempre es fácil entender lo que estamos atravesando, pero aún así, sabemos que los que obedecen a Dios todas las cosas les son para bien.
La respuesta a la pregunta que hice es: el mundo. La gente en general. Aquellos que no les interesa seguir a Cristo ni aceptar su necesidad de un Salvador. ¿Qué hacen? Buscan formas de satisfacer esa necesidad e intentan influenciarnos a que sigamos su mismo camino. Lo triste es que lo estamos siguiendo dejando atrás el que ya trazó Jesús. ¿Cuál es ese camino? Tenemos jóvenes con problemas de bulimia, anorexia y drogadicción. Adolescentes queriendo abortar porque no querían embarazarse. Matrimonios separándose y engañándose. Una sociedad que acepta todo porque eso es lo que debemos hacer “respetar” y “tolerar”. Mentiras, engaños, envidias, corajes, amargura y así la lista continúa pero creo que el punto principal ya está en la mesa.
Seguir a Cristo no significa decir adiós a los problemas. Al contrario, significa enfrentarte a tu peor pesadilla: tu mismo. Significa quitarte tu corona de rey y dársela al verdadero Rey de reyes. Los apóstoles lo entendieron y lo hicieron. Por eso, a pesar de las amenazas que recibieron, continuaron predicando la palabra de Dios. Terminaron en una cárcel común. ¿Dónde quieres terminar? El mundo a nuestro alrededor quiere convencernos de que “terminar en una cárcel” es para fanáticos mientras nuestro Dios por el otro lado tiene sus brazos extendidos y llenos de amor esperando a que volteemos y nos demos cuenta de cuál es el sentido de nuestra vida y el camino correcto que debemos caminar.

Oración
Señor: quiero corregir mis pasos y dirigirlos hacia ti. Te pido perdón porque sé que yo he querido gobernar mi vida. Toma mi vida y permite que te sirva. Ayúdame a entender lo que realmente tiene valor y que no me distraiga con lo que veo a mi alrededor. Gracias Señor en el nombre de Cristo Jesús
Amén