Vistas de página en total

31 mar 2010

Colosenses 2:18-19

Así que no dejen que nadie los condene, y menos esa gente que adora a los ángeles y que aparenta ser humilde. Dicen que ven visiones, pero mienten. Sus pensamientos los llenan de orgullo, pero solo piensan cosas malas. Esa gente no está unida a Cristo, que es quien gobierna la iglesia y quien le da más y más fuerzas. Cristo le da a la iglesia todo lo que necesita, y une a todos sus miembros de acuerdo con el plan de Dios.


Cristo cubre todas las necesidades de la iglesia
Este es un principio que debes tener presente en todo momento. Cristo es el fundamento o la roca de la iglesia. La cabeza del cuerpo. Él dirige y guía. Como congregante, debes estar al pendiente y exigir que Cristo sea siempre quien llene cualquier necesidad en la iglesia. No permitas que los hombres comiencen a “meter su cuchara” y cambien lo que Jesús dice. Por ejemplo: Jesús nos dice claramente que Él es el único camino al Padre, pero otras personas se han dado a la tarea de hacernos creer que podemos llegar a Dios de diversas formas. Nos dan pequeñas estatuillas, amuletos, imágenes, incluso nos tratan de engañar con personas que tuvieron una vida ejemplar. ¡Cuidado! Cristo es el cien por ciento. No el 99.99, ¡el 100! No debemos “ayudarle”, debemos obedecerlo. No entiendo cómo pueden existir tantas denominaciones del cristianismo. ¿Qué acaso los líderes no han leído estos pasajes? Cristo y nada ni nadie más que Cristo. Seguimos a Jesús y a nadie más. ¿Por qué aumentar ritos y costumbres? Insisto, no te separes de las enseñanzas de Jesús. Cualquier duda, cualquier incertidumbre, acude a la Palabra de Dios y deja que sea ella quien responda.
Une a todos sus miembros
Si has tenido la oportunidad de asistir a diferentes congregaciones, probablemente has presenciado esta unidad. Personalmente recuerdo mucho a los hermanos en la fe del reclusorio sur. ¿Cómo era posible que saludara y pudiera incluso sentir afecto por gente que causó tanto daño? Cristo nos unió. Tenemos un mismo sentir. Nos une el arrepentimiento de nuestros pecados. Nos une nuestro amor y deseo de seguir a Jesús. No importa si eres rico o pobre, blanco, negro, amarillo o alguna combinación intermedia, Jesús como la cabeza nos une a todos por igual. Puedo decirte que fuera de México he encontrado hermanos que de igual forma nos une nuestro sentir por Cristo. No es una idea ni una ley, es una realidad. Aquellos que seguimos a Jesús, somos unidos a través de Él.
Por último, la primera parte del versículo nos advierte sobre aquellos que prefieren seguir sus caminos, exaltar a los ángeles, mentir sobre visiones y condenar a los que no los siguen. No te separes de Dios. Hay muchas ideas allá afuera que buscan distraerte. Todo lo que escuches, ponlo a la luz de la Biblia y sobre ello toma tus decisiones.

Oración
Señor: gracias por mantenernos unidos y por llenar todas nuestras necesidades como iglesia. Guíame y no permitas que me separe de Ti siendo engañado. Te lo pido en el nombre de Jesús.
Amén

30 mar 2010

Colosenses 2:16-17

No dejen que nadie los critique por lo que comen o beben, o porque no celebran ciertas fiestas ni respetan los días de luna nueva o de descanso. Todo eso no era más que la sombra engañosa de lo que estaba por venir. Lo real y verdadero es Cristo.



El seguir a Cristo me ha permitido dejar atrás malos hábitos y vicios. Ha transformado mi forma de pensar, mi forma de amar, mi forma de vivir. He aprendido a valorar lo importante y a despojarme día a día de lo no importante. En este camino de aprendizaje, me he topado con personas que no aprueban los cambios o “ajustes” que he realizado en mi vida. Por ejemplo: algunos piensan que soy muy exagerado porque decidí dejar de utilizar el alcohol como medio para emborracharme. ¿Irónico no crees? Si es un cambio bueno, ¿por qué encontré rechazo ante esta decisión?
Lo real y verdadero es Cristo. En Él está el camino correcto. El camino que tiene vida abundante y vida eterna. Un camino que reconcilia familias, que devuelve la vida a los perdidos, rescata a los adictos, da sentido a los que no quieren seguir viviendo. Estos son algunos ejemplos de lo que hace Cristo en nuestras vidas. Estoy seguro que tú podrás poner tus propias experiencias con Jesús. Insisto, ¡esto es real, esto es verdadero, esto es Cristo!
Al parecer, no todas las decisiones correctas son bien recibidas por la gente. Pablo lo advirtió hace varios cientos de años y hoy sigue siendo igual.
Pero no se trata solamente de comer o tomar algo, sino también de lo que festejas o a los eventos que acudes. En estos años he meditado sobre las celebraciones de halloween y el día de muertos. Al principio era fácil decir que estaban mal. Después pensé en mis hijos (que todavía no tengo). Serían rechazados y señalados. Probablemente me pedirían disfrazarse como todos sus amigos y yo tendría que decir que no. Incluso pienso que tal vez no estaría tan mal si los disfrazo de algo que no esté relacionado con espíritus o vampiros. Pero finalmente creo que este versículo trae luz a mi vida con respecto a las celebraciones que debemos y no debemos tener. Recibiremos críticas. Sí. Será difícil, también. ¿Lo podemos atravesar? Seguro, todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4:13).
Ir contra corriente es algo natural cuando sigues a Jesús. No significa que debas hacer tonteras o cosas sin sentido. Lo que debes entender es que habrá gente que no apoye tus ganas de ser transformado por Cristo. Criticarán tus decisiones. Criticarán tus actos. Criticarán todo aquello que es diferente, que no entienden y que probablemente exhibe su error. Cristo es lo real y verdadero. No permitas que las críticas te desalienten o te frenen en tu carrera espiritual. Te invito a que busquemos a Dios y no dejemos que nada ni nadie se oponga en nuestra relación con Él.

Oración
Señor: no permitas que las críticas me desanimen. Dame fortaleza y sabiduría para seguir tu camino con paso firme. Pon en mi el discernimiento correcto para comer, beber y celebrar las cosas correctas, las que son agradables a ti. No permitas que me separe de Ti, en el nombre de Jesús
Amén

29 mar 2010

Colosenses 2:15

(Cristo) desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio de Él los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal.




Como ser humano, no dejo de sorprenderme de la grandeza y perfección de Dios. Su forma de enseñarnos. Su planeación. Al leer estos pasajes y tratar de entender lo que estaba pasando en ese entonces, trasladarlo a hoy y aprender sobre un principio que Dios tiene para mí, simplemente me deja atónito. Es demasiada perfección en un libro escrito hace tanto tiempo. ¡Tenía que ser Dios!
En la versión Reina Valera describe este desfile triunfal como la crucifixión.
¿Cómo es posible que se pueda entender el sacrificio de Jesús, su sufrimiento, su desfiguración, su humillación, todo lo que atravesó en ese calvario como un desfile triunfal? Insisto, Dios nos enseña de formas muy distintas a las que estamos acostumbrados, pero más precisas no podrían ser.
Nuestra tendencia como personas, es relacionar todo con aquello que percibimos. Hacemos relación de lo que escuchamos en la Palabra junto con lo que aprendemos en la calle. Resultado: choque sin sentido. En la calle o en el mundo, aprendes que una entrada o desfile triunfal se da con un rey o una celebridad. Vestida de ropas finas y hermosas. Probablemente no camine sino esté siendo llevada por un transporte lujoso. La gente alrededor se empuja por poder ver siquiera un instante a este personaje. Todos ven con admiración y probablemente respeto. Otro tipo de desfile triunfal sería el de un ejército entrando en alguna ciudad después de haber acabado con sus enemigos. Todos contentos y orgullosos. Muy distinta concepción a la de un ser humano caminando con una cruz encima, recibiendo golpes, insultos, escupitajos, etc.
Pero Jesús no es como nosotros. Sus planes son distintos y llenos de sabiduría. Quizás, este “desfile triunfal” fue lo que desanimó a muchos o la mayoría de sus seguidores. Jesús no estaba pensando en ser una celebridad, en cambiar al gobierno Romano y liberar a los judíos. Los principados y potestades son traducidos en la Biblia de lenguaje sencillo como aquellos espíritus con autoridad. Pero muchos se fueron con la idea de que la libertad que traería el Mesías, vendría sobre la opresión física que estaban sufriendo.
El día de ayer se celebró la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén. Lo exaltaban y adoraban. Unos días después lo insultarían y abandonarían.
No es fácil entender a Jesús. Hoy quiero animarte a meditar sobre tu concepción de Él y tu relación con Él. ¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué significa su muerte? ¿Es el que se encarga de realizar los milagros que necesitas? ¿Es una fuerza o energía que se mueve en el universo? ¿Un gran hombre?
Cristo cumplió la voluntad de Dios al realizar su “desfile triunfal” en la cruz. Logró que el pecado y todo espíritu ajeno a él dejaran de tener cualquier tipo de potestad y nos dio la oportunidad de ser libres y vivir en comunión con Él.
¿De qué lado quieres estar?

Oración
Padre: yo quiero estar de Tu lado. Perdona mis pecados y ayúdame a entender lo que has hecho por mí. Te doy gracias por quitarme las cadenas del pecado y librarme de todo aquello que me oprimía. Te pido que me escuches en Cristo Jesús.
Amén

25 mar 2010

Colosenses 2:13-14

Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz.


¿Quién está muerto en sus pecados? Aquellos que no han aceptado a Cristo y pedido por que su sacrificio los limpie de sus pecados. Si tú ya te has arrepentido y pedido perdón, Dios te ha dado nueva vida y tu deuda ha quedado clavada en la cruz.
Lo que más me impacta de este hecho es que ninguno de los que hemos aceptado a Cristo hemos hecho algo para merecerlo. Nuestros pecados ofendieron y entristecieron a Dios. Nuestras faltas nunca fueron agradables a Él. Nuestro orgullo y rebeldía en su contra probablemente le preocupaban como Padre. Pero su amor y misericordia fueron mayores para permitir que nuestra relación con Él pudiera ser restaurada. ¡Cómo puede existir este amor incondicional! Me pierdo al intentar comprenderlo. Me sorprendo al saber que es para mí y me preocupo al no aplicarlo con las personas que me rodean. La gran salvación que Dios Padre nos da a través de Jesús llega a través del perdón. El castigo definitivamente fue la muerte a través de la crucifixión, pero ésta nunca hubiera llegado si la misericordia y gracia no se hubieran impuesto. ¿Lo puedes ver? Todo está basado en el perdón. Pero ese perdón es inmerecido. Tú y yo no pudimos haber hecho nada para que Dios nos amara más o menos. Simplemente nos amó en gran manera y puso el perdón disponible para nosotros. Ahora nos corresponde disfrutar ese perdón, de la nueva vida que tenemos en unión con Cristo y agradecer que nuestra deuda haya sido clavada en la cruz.
Como seguidores de Jesús es necesario imitar sus pasos. Por esta razón el perdón debe ser algo de todos los días en tu vida. Debe surgir de manera natural y en abundancia. El perdón debe ser incondicional.
Es probable que te hayan lastimado varias veces y por ello ya no quieras perdonar. Hoy quiero decirte que el perdón incondicional es parte elemental si quieres seguir a Jesús. No tienen que venir a pedirte perdón o si quiera merecer lo. Tampoco tienen que reconocer que ha sido su falta y no la tuya. Simplemente debes perdonar. Esto es lo que Dios hizo por ti y lo que tú debes hacer por los demás. ¿Cómo se perdona cuando hay tanto odio y coraje? En esta nueva vida espiritual que has empezado como seguidor de Cristo, debes saber que todos tus sentimientos se entregan a Dios. Debes orar a Jehová y entregar tu falta de perdón y pedir que la llene Él. Suena ilógico si nunca lo has hecho. Es increíble cuando lo vives por primera vez y nunca quieres dejar de hacerlo.

Oración
Dios Padre: gracias por mostrarme ese amor y perdón que están disponibles para que pueda reconciliarme contigo. Permite que así sea. Que Cristo sea mi señor y salvador y que pueda dejar de vivir muerto por causa de mis pecados. Te pido que el perdón pueda fluir en mi vida y ser testimonio de Ti a través de él. Gracias por tu Palabra. Gracias en el nombre de Jesús
Amén

24 mar 2010

Colosenses 2:11-12

Además en Él fueron circuncidados, no por mano humana sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo. Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En Él también fueron resucitados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos.


Si ponemos otras palabras a los versículos de hoy, podemos decirlo de la siguiente manera: cuando recibieron a Cristo, Él se encargó de separar su cuerpo pecaminoso de ustedes y enterrarlo para que no estorbara más en su relación con Él, además, han sido resucitados pues su cuerpo que estaba muerto, fue sepultado mas su alma ha sido liberada de él.
Pablo nos está enseñando en estos versículos la transformación que sucede en nosotros al aceptar a Cristo. No eres ya la misma persona. La Palabra misma dice que “todas las cosas son hechas nuevas”. ¿Qué es lo nuevo? Que tu cuerpo, tus deseos carnales, tus ganas de imponer tu voluntad siempre, quedan separadas, cortadas, circuncidadas y no tienen más lugar en ti. Cristo corta esas cadenas que nos tenían atados al pecado, atados a nosotros mismos y ciegos ante el amor de Dios. Es tu propio cuerpo, tu orgullo, tus enojos, celos, amarguras, rencores y odios lo que te impide escuchar al Señor. Nos guste aceptarlo o no, somos pecadores. Merecemos estar sepultados junto con nuestro cuerpo pecaminoso. Si bien el cuerpo humano es increíble y digno de estudiarse y admirarse, debes saber que ese cuerpo es carnal y pecaminoso. No le des más vueltas. Tu cuerpo te lleva a pecar. Por esta razón, Dios nos demuestra su gran amor a través de Cristo y la salvación que recibimos a través de Él. Cristo nos permite tener una vida distinta a la anterior. Una vida con propósito. Una vida libre y sin esclavitud al pecado sin ataduras a tu cuerpo carnal. Poco a poco me he ido dado cuenta de la realidad de esta esclavitud. Lo veo en gente que no puede dejar de mentir, no pueden dejar de ser infieles, no pueden dejar de robar, no pueden o no quieren perdonar, no quieren compartir, no quieren reconocer sus errores, etc. ¿Te suena familiar? Tú y yo estamos metidos en todo esto. Nuestro cuerpo nos arrastra a estas cosas. Pero ahora sabemos que hay un camino distinto que se puede tomar llamado Cristo Jesús. Él se encarga de mostrarnos el daño que nos hace obedecer a nuestro cuerpo. Nos enseña lo que es vivir en su amor, en su perdón, en su gozo, en su gracia, en su misericordia y en su abundancia. Hay tantas caras tristes allá afuera porque no conocen a Jesús. Hoy tú tienes la oportunidad de vivir distinto al aceptarlo. Hoy tienes la oportunidad de sepultar ese cuerpo carnal que tanto daño te hace, tan pesado que solamente lo puedes arrastrar. Acepta a Jesús y corta esas cadenas y resucita a la vida en Él, a una vida abundante, a una vida plena. ¿La quieres?

Oración
Señor: perdona mis pecados. Entiendo que mi ser necesita ser restaurado por Cristo y te pido que así sea. Te pido que quites las cadenas que hay en mí y me permitas resucitar pues estaba muerto. Guíame para vivir en tu gozo, en tu amor, en tu camino. Dale sentido a mi vida y lléname de Ti, en el nombre de Jesús te lo pido
Amén

18 mar 2010

Colosenses 2:9-10

Toda plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo; y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud.



Dentro de las pocas cosas que puedes creer en lo que escuchas a tu alrededor, es que estás conformado por dos partes: cuerpo y alma. Tienes tu parte carnal y tu parte espiritual. Hoy debemos aprender sobre esa parte espiritual, en la cual, a través de Jesucristo, recibimos la plenitud de Dios.
Primero, es necesario entender que se recibe y no se gana. Es un regalo, no un premio. Es la consecuencia de aceptar tus pecados, arrepentirte y reconocer tu necesidad de un salvador plasmándola en Cristo Jesús. Cuando tú tomas esta decisión, la Biblia explica que “naces de nuevo”. Sabemos perfectamente que ningún ser humano al haber aceptado a Jesús, regresó a su primer mes de nacimiento, por lo tanto, podemos entender que se refiere al nacimiento espiritual y no corporal. Este don o regalo que recibimos de Dios, cuesta mucho trabajo de entender. Tal vez a ti también te pasa el creer que debes hacer algo para merecer lo que estás recibiendo. La respuesta es que Jesús se encargó de absolutamente todo. A ti te corresponde bajarte del trono de tu vida y cederlo a Jesús.
Segundo. Debemos comprender cuáles son nuestros “derechos y obligaciones” al recibir tan grandiosa dádiva. Los primeros incluyen el poder ser llamado hijo de Dios, tener comunión con Él y poder ir a su presencia para la vida eterna. Las segundas, están ligadas a tu nuevo nacimiento espiritual. En éste, entiendes que como cualquier bebé, es necesario que te alimentes constantemente (los recién nacidos lo hacen cada dos horas) de la Palabra y comiences a crecer en conocimiento y sobre todo en entrega o acción.
En el versículo 6 de este capítulo, aprendimos que al haber recibido a Cristo, ahora es necesario vivir como Él. Si omitiéramos el versículo 9 en el que nos enseña que nuestra vida espiritual está totalmente equipada con lo necesario para poder estudiar la palabra de Dios y actuar conforme a ella, nos quedaríamos estancados y frustrados al no ver ningún avance. Vivir en Cristo significa morir a ti. No es fácil. De hecho, probablemente vaya en contra de lo que tu mente dice. Pero si realmente quieres cumplir con tus obligaciones como seguidor de Jesús, es necesario que aprendas a sacrificar tu parte carnal, para que la espiritual comience a tomar cada día más y más fuerza en. Poco a poco irás viendo los grandes cambios que esta pequeña decisión puede traer a tu vida.
Finalmente quiero decirte que esto es personal. Tú eres quien debe recibir a Jesús y el regalo de la plenitud divina.

Oración
Padre: a veces tu palabra es complicada pero te pido porque siempre me des la sabiduría para poder escucharte y entender tu mensaje. Hoy entiendo que mi parte carnal estorba mi crecimiento espiritual y no quiero que siga así. Te pido que pueda comprender la necesidad de alimentarme de tu palabra y que pueda entregarte cada área de mi vida conforme a tu voluntad. En el nombre de Jesús te lo pido.
Amén

12 mar 2010

Colosenses 2:8

Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo.



En otra traducción dice por medio de filosofías y huecas sutilezas. ¿Cuáles son esas filosofías engañosas? ¿Cómo puedo darme cuenta entre una y otra? ¿Estoy involucrado en alguna? Estas preguntas debes cuestionártelas y meditarlas
¿Cómo darse cuenta?
Lo primero que debes hacer es contrastar lo que estás escuchando y aprendiendo contra lo que enseña la Biblia. ¿Se contradicen? Por ejemplo: a la gente de hoy en día le gusta pensar que todos los caminos conducen a Dios. Este es una clara contradicción a lo que Jesús nos enseña cuando nos dice que Él es el camino la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí (Jn14:6). ¿Qué hay de la homosexualidad? Igualmente debes acudir a la Palabra y en 1Cor6:9 nos dice que no solamente los homosexuales sino los adúlteros, fornicarios e idólatras no entrarán en el reino de Dios. No soy yo el que exagera. No soy yo el extremista. Es el Señor mismo quien nos pone las reglas y los estándares. El problema es que nos hemos concentrado en deshacer esos principios. Hemos canalizado toda nuestra energía en desobedecer y justificarnos en lugar de obedecer y gozarnos con el Señor. Ahora, es muy importante que entiendas esto: a pesar de su pecado, Dios sigue poniendo a su disposición el perdón a través del arrepentimiento y aceptación de Cristo Jesús. Tú y yo no somos nadie para decidir o juzgar quién va o no va al cielo. Este es otro tipo de filosofía y sutileza hueca: pensar que por estar pegados o tener conocimiento de Dios, podemos jugar a ser sus “pequeños jueces”. No lo eres y nunca lo serás. No juzgues. No critiques. Tampoco mientas o te emborraches. No engañes. La verdad y la santidad son más difíciles de seguir, pero recuerda que no eres tú el motor que las hecha andar sino Cristo en quien todo lo podemos.
Hace algunos meses, la persona que estaba sentada a mi lado en el avión, traía un libro llamado “el código de Moisés”. Le pregunté sobre él y tristemente no tenía nada que ver con la vida de Moisés descrita en la Biblia, ni estaba enfocada a Dios sino a las personas. En otra ocasión comencé a leer un libro que ponía como ejemplo el éxodo y en específico la separación de las aguas en el mar muerto. Según este autor, los israelitas entraron en el agua y éstas no se abrieron sino hasta que les llegaba hasta el cuello a punto de ahogarse. ¡Mentira! La biblia no solo nos dice que las aguas se dividieron sino que cruzaron ¡por tierra seca! Imagina si no hubiera sido así. Hubieran cruzado por puro lodo y pantano. ¡No hubiera sido posible!
Ten cuidado. El mundo nos quiere envolver. Nos quieren quitar nuestro amor por Cristo y distraernos de Él. Nos quieren hacer pensar que está bien buscar por otros lados. Escucha esto: el mundo está en contra de tu relación con Jesús (Jn15:19). Como dijo Pablo: ¡Cuídate de las filosofías engañosas!

Oración
Padre: gracias por amarme sin merecerlo, te pido que perdones mis pecados y me reconcilies contigo. Te pido que vivas en mi corazón y pueda vivir como Cristo enseña. Ayúdame a discernir entre las filosofías del mundo y la tuya. No permitas que me aparte de Ti. En Cristo Jesús te lo pido
Amén

11 mar 2010

Colosenses 2:6-7

Por eso , de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en Él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud.



¿De qué sirve estudiar la carrera de arquitectura si finalmente te dedicas a la medicina? ¿De qué sirve prepararte para un maratón si no lo corres? Probablemente ya has escuchado estos ejemplos, ¡pero son ciertos! No sirve de nada llenarte de sabiduría y conocimiento de Cristo si no vives en Él y eres edificado en Él. Todo ese aprendizaje debe ser trasladado a la acción, al cambio, a la transformación de tu vida. Recuerdo que un hermano en Cristo que se encuentra en el reclusorio sur, nos platicó una anécdota sobre una prisión de máxima seguridad en la cual, pudieron obtener una hoja de los evangelios. Una sola hoja permitió que varias vidas fueran transformadas. ¿Te das cuenta? No necesitas conocer toda la biblia ni haber memorizado cincuenta versículos a la perfección para poder compartir de Dios. A veces las congregaciones caen en el error de utilizar el servicio al Señor como un premio. Si fuera así ¿quién sería realmente digno? ¡Ninguno! Por esta razón, no debes frenar tu entrega y compromiso con Dios por la falta de dominio sobre la Biblia. Cuando te encuentres en alguna situación que tengas dudas sobre cómo reaccionar, pide consejo a aquellos que tengan más conocimiento que tú.
Vivir en Cristo, arraigado y edificado en Él significa morir a ti, a tus deseos a tus ideas y poner primero las suyas por encima de las tuyas. ¿Difícil? Mucho. Pero solamente de esta manera puedes darte cuenta de lo que una relación con Dios significa. A través de tu entrega a Él puedes darte cuenta del amor tan grande que tiene para ti. Personalmente he podido experimentar cómo el seguir los principios de Dios por encima de mis ganas y deseos de reaccionar diferente, traen bendición a mi vida. Vivir arraigado y entregado a Cristo necesita de mucho valor, de mucho coraje y decisión. Estos atributos se juntan para que puedas decir: no puedo yo solo; he fallado y he pecado contra el Dios Todopoderoso, necesito ser perdonado y reconciliado con Él.
Busca a Cristo. Apégate a sus mandamientos. Cambia tu vida conforme Él instruye. Perdona. Ama. Comparte. Deja de pensar en ti y entrégate por los demás. Esto es lo que hizo Jesús. Nos amó, nos perdonó, nos enseñó y entregó su vida por nosotros. Hagamos lo mismo. No estudiemos carreras en teología sin permitir que Cristo realmente reine nuestras vidas. No dejemos de trabajar para el Señor por pensar que no tenemos el conocimiento suficiente. Entrega tu vida a Él; vive en Él; arráigate a Él y crece en Él. Por último, no dejes de vivir agradecido de todas sus bendiciones.

Oración
Padre: Tú que estás en el cielo y eres Santo, te doy gracias por venir a mí y permitirme conocerte. Gracias por proveerme de lo necesario. Te pido perdón por mis pecados y porque pongas en mí el perdón hacia mi prójimo. Ayúdame a entregarte mi vida, a morir a mi mismo para vivir en Ti y crecer en Ti. Quiero vivir agradecido. En el nombre de Cristo te lo pido.
Amén

10 mar 2010

Colosenses 2:4-5

Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.



Hay gran cantidad de “nuevas religiones” que se agregan además de las preexistentes. Todas comienzan de una idea, de un nuevo pensamiento y de una nueva forma de entender el mundo que nos rodea. Las que más me preocupan o sorprenden, son aquellas que utilizan a Cristo y la Biblia en general para ciertos principios y complementan así su nueva base dogmática. ¡Qué peligroso! Si lees Mateo 7:21-23 te puedes dar cuenta que habrán personas que clamen a Dios, utilicen su nombre e incluso digan que hagan milagros en su nombre pero Él les responderá que se aparten pues nunca los ha conocido. No te dejes llevar solamente porque escuchas el nombre de Jesús ser mencionado o porque hay Biblias alrededor. Recuerda esto: por sus frutos los conoceréis (Mt 7:20).
Satanás existe y busca frenar nuestro conocimiento de Dios y comunión con Él. Como ya he escrito, no se acerca con bombos y platillos anunciando su llegada junto con sus planes. Se aproxima lentamente. Sutil. Trata de ser imperceptible. Busca poner en duda tus principios. Comienza a persuadirte de que probablemente puedan existir otros caminos además de Jesús. Se vuelve común el que los adolecentes utilicen drogas, tengan relaciones sexuales y no se involucren con sus padres. Empieza a ser normal el que las parejas se divorcien. Se vuelve común el que los homosexuales adopten niños, pues ya nadie cuestiona su orientación sexual, y además se ve como un logro de la humanidad. Cada vez hay menos ricos y más pobres. Más miseria. Más guerra. Más tristeza. ¿No está la familia destrozada? ¿No hay gente sin rumbo? ¿No te has sentido así?
Este es el mundo sin Jesús.
Escuchamos palabras persuasivas y ¡las creímos! Pensamos que podíamos estar mejor si agregábamos nuestras ideas y nuevas formas de pensar a los principios de Dios. Creímos que Jesús exageraba al pedirnos que perdonáramos hasta 70 veces 7, que no se podía orar por nuestros enemigos, que no podemos dejar de codiciar lo que no tenemos y que una mentira pequeña siempre nos ayuda para salir de un problema sin causar mucho daño. Pensamos que si tenemos dos abrigos es mejor guardar uno y utilizar el otro en lugar de darlo al necesitado.
¿Te das cuenta?
¡Estas son las palabras persuasivas! Esto es lo que se ha permeado en el mundo y ¡lo hemos creído! Pero no todo es tristeza y decepción. Tú y yo podemos hacer un cambio. ¡Un gran cambio! Debemos permanecer en orden y con firmeza en Cristo Jesús. No te apartes de Él. Estúdialo. Conócelo cada día más. Que tu vida y principios estén basados en lo que Él enseña y no lo que los hombres nos enseñan. Tú y yo podemos hacer esa diferencia e impactar el mundo que nos rodea. ¡Hagámoslo!

Oración
Señor: me he dejado persuadir por palabras y principios que no provienen de ti. Me he alejado tanto que algunas cosas ni siquiera pensaba que pudieran estar mal. Hoy quiero regresar a Ti, quiero apegarme a tu palabra y estar firme en mi fe y en obediencia. Te pido que me perdones y me lleves por tu camino. En el nombre de Jesús
Amén

9 mar 2010

Colosenses 2:2-3

Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.





La Biblia no está llena de buenos deseos. No es un libro de historia aunque nos ayuda a conocer mucho de ella. Tampoco es una novela, aunque muchas historias podrían realizarse en película. Es una guía perfecta para vivir en obediencia a Dios.
Independientemente de que los años pasan y así las generaciones van cambiando, el hombre en su esencia no ha cambiado desde su creación y Dios lo sabe perfectamente. Por esta razón, no tiene relevancia el que la Palabra de Dios se haya escrito hace tanto tiempo. Siempre será aplicable a tu vida. Piensa en esto: los hijos deben seguir honrando a sus padres, los padres no deben provocar a sus hijos, los esposos deben amar y entregarse por sus esposas, las esposas deben sujetarse y ser la ayuda perfecta, ahora vemos los resultados de no llevar a cabo estos principios…
Es por esto que cuando la Biblia nos dice que en Dios y en Cristo se encuentran los tesoros de sabiduría y conocimiento es porque ¡no están en ningún otro lado! Ahora, no quiere decir que no debes leer ningún otro libro. Debes saber, que el mejor consejo y la mejor opción para tomar decisiones en tu vida será aquel o aquella que tenga a la Biblia como fundamento. Si lees o escuchas algo que contradiga la palabra de Dios, ahora ya tienes conocimiento de que no tiene sentido tomar ese camino.
Mi intención en haber creado el Blog y utilizar el correo electrónico es compartir a Cristo. Compartir la sabiduría y el conocimiento que he adquirido no por mi gran dedicación ni por algún otro mérito personal sino por la gran misericordia y gracia de mi Señor. Quiero llevarte en ese mismo camino. Quiero presentarte a Cristo y que te sorprendas todos los días al descubrir cada misterio de los que habla Pablo en estos pasajes.
Finalmente quiero recalcar la preocupación de Pablo al escribir esta carta buscando que nadie se pierda en el camino y conozcan a Cristo, además, que aprendamos a mantenernos unidos en amor teniendo como objetivo las riquezas del entendimiento de Dios y Cristo. Nos guste o no, habrán pruebas. En tu vida, en la de tu familia, en la congregación. Pablo nos muestra que podemos seguir nuestra travesía en Jesús con corazones unidos y fortalecidos, aprendiendo y ejerciendo los principios de Cristo. Siempre siguiendo sus pasos. Estoy convencido que si nos preocupamos por dedicar nuestro esfuerzo a esto, nuestras pruebas pasarán y nuestro entendimiento y amor crecerán.

Oración
Padre: eres tan Perfecto. Gracias por mostrarnos parte de tu reino y de tu perfección. gracias por mostrarnos cómo seguir adelante en tu perfección y atravesar dificultades que no sabríamos cómo resolverlas sin Ti. Ayúdame a entender que tu palabra contiene todo el conocimiento y la sabiduría y que haya en mí el deseo de estudiarla y sobre todo de aplicarla. En Cristo Jesús te lo pido
Amén

5 mar 2010

Colosenses 2:1

Quiero que sepan qué gran lucha sostengo por el bien de ustedes y de los que están en Laodicea, y de tantos que no me conocen personalmente.



Existe una peculiaridad que he notado en las grandes ciudades que no se da en la misma proporción que en las pequeñas: la gente no se preocupa por el de enfrente. En una ciudad, hay tantas personas, tanta escasez, tanto apuro que no podemos detenernos a escuchar las necesidades de algún otro. Todo va muy rápido y además, si hay carencia en esta esquina y luego en la siguiente y así sucesivamente nos volvemos “inmunes” a la carestía. Por el contrario, en ciudades pequeñas, es más probable no solo que conozcan a sus vecinos sino que sean considerados sus amigos. Escuché a un amigo decir que le gustaba la ciudad en la que había nacido porque todos se ayudaban entre sí.
¿Qué nos ha pasado? Al parecer Satanás va ganando esta carrera. Nos involucramos en tantas cosas que no vemos lo que hay frente a nosotros.
Pablo nos está compartiendo el sufrimiento y la carga que llevaba por aquellos que querían seguir a Cristo. Se preocupaba porque no fueran engañados, porque pudieran crecer en el conocimiento de Jesús y siguieran sus pasos. No le importaba si los conocía personalmente o no, él se angustiaba ya fuera por unos o por otros.
¿Qué hay de nosotros? ¿Por quién te preocupas? ¿Solamente por tus hijos o tu familia? ¿Por aquellos que estimas? ¿Por los que conoces?
No está bien que pasen los días, las semanas y los meses sin que pienses en los demás y sobre todo, que te preocupes por ellos y trates de ayudar. En las ciudades (y en las familias) no solo hay hambre física, también hay mucha hambre espiritual y ahí es donde tú entras en acción. No podemos estar viendo solo por nuestros intereses. Es necesario abrir los ojos y ver lo que hay a nuestro alrededor, preocuparnos por los demás y en especial por los hermanos en la fe. Los judíos hacen esto a la perfección y admiro lo que han logrado con Israel y sus comunidades en cualquier parte del mundo.
Tenemos una responsabilidad de compartir el evangelio. Pero no termina ahí. Cuando alguien responde al llamado de Cristo, es nuestro deber el velar por su crecimiento espiritual. Es nuestro deber orar por los líderes en la congregación y por sus integrantes. Pablo llevaba una carga sobre todos los seguidores de Cristo en Colosas muy especial. Hoy quiero animarte a que lleves la misma carga por tu congregación y por aquellas de las que tienes conocimiento. Que ores por ellas. Que te preocupes porque siempre se comparta a Cristo como la Roca. Que Su palabra sea siempre el centro de todos los sermones. Te invito a parecerte más a Jesús haciendo tu YO a un lado y preocupándote por los demás.

Oración
Señor: perdona que no me preocupe más que por mis propios problemas y de los que están cerca de mí. Hoy aprendí que debo cuidar y preocuparme por mis hermanos en la fe, no solo por sus necesidades físicas sino principalmente por las espirituales. Te pido que haya humildad en mi corazón para poder salir y servir. Te lo pido en el nombre de Jesús.
Amén

4 mar 2010

Colosenses 1:28-29

A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en Él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.



Aquellos que son número uno en lo que hacen tienen una cualidad muy especial: el deseo de ser el mejor. Todos los golfistas desearían ser Tiger Woods, los nadadores Michael Phelps, los futbolistas (hay muchos posibles) pero tal vez Cristiano Ronaldo y así los empresarios les gustaría ser Carlos Slim o Bill Gates. Todos ellos buscaron la perfección y la lograron en aquello que desempeñan. No se dio de un día para otro ni tampoco tomó semanas. Varios años de gran trabajo y esfuerzo. Todo con un propósito por cumplir.
Esta es la imagen que tenemos de la perfección: trabajar arduamente para poder lograrla. Si bien, en el cristianismo encontramos el trabajo y la entrega constante, la perfección nunca llega a través de esos dos elementos. Llega gracias a Cristo Jesús. Gracias a Él y por medio de Él podemos ser presentados santos y perfectos ante Dios. No por sus enseñanzas, no por la sabiduría que nos da, tampoco por nuestro gran esfuerzo ni la dedicación que tengamos, solamente por medio de su sacrificio podemos llegar a tal perfección. Ésta es imposible de adquirir por más ganas y energía. No hay un manual de actividades para poder ser presentado santo y sin mancha. Tu pecado tiene un precio muy grande. Cristo ya hizo el sacrificio por ti y por mí. Ahora te corresponde reconocer tus errores y aceptarlo. Puedes ser el mejor en muchas actividades y áreas de tu vida, pero solamente a través de Jesús puedes ser el “mejor” ante Dios Padre. Necesitas del sacrificio del Hijo de Dios para llegar a ella.
Muchas personas quieren trasladar sus ideas y principios a la biblia y por ello les cuesta trabajo el entender la misericordia de Dios. Buscan que Dios se comporte como humano y nos haga trabajar y pagar por nuestros pecados. ¡Gracias al Señor que no es así! Sí que lo merecemos, pero el amor de Cristo es más grande.
Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí
Pablo se dedicaba a enseñar y aconsejar a todos los que pudiera para encaminarlos en una vida dedicada a Jesús. Estoy seguro que tuvo momentos de desesperación y falta de entendimiento. Se topó con personas necias y orgullosas, probablemente varias que le faltaron al respeto, otras más lo apedrearon y buscaron quitarle la vida. ¿Podemos hacer este tipo de trabajo? La respuesta es NO. Necesitas ser fortalecido en Cristo para poder llevarlo a cabo y justamente eso es lo que entendió Pablo con el paso de los años. Seguramente se cansó de lo que estaba atravesando, así como tú y yo nos cansamos muchas veces de lo que acontece en nuestras vidas. Pero él volteó su mirada al cielo y recordó que es Cristo quien nos da la fortaleza para continuar. Recordó que no son nuestras fuerzas, nuestras ganas o nuestros deseos de seguir adelante buscando la “perfección”.
Hoy te digo que te vas a cansar. Que vas a tener errores. Probablemente ya has estado cansado y te has equivocado varias veces. Te cansarás más y te equivocarás más. Tendrás incertidumbre, temores, tristezas entre otros. No lleves todas esas cargas tú solo. Te animo a que aprendas y escuches consejo de la Palabra de Dios y permitas ser “perfeccionado” en Él.
Señor: no merezco tu misericordia. Cuántas gracias te doy por amarme así. Hoy quiero pedirte que perdones mis pecados y que Cristo pueda presentarme perfecto ante Ti. Gracias por enseñarme que a través de Él puedo seguir adelante y tener fortaleza. Ayúdame a vivirlo siempre. Te lo pido en su nombre
Amén

3 mar 2010

Colosenses 1:27

A éstos (a los santos) Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.



Estoy viendo una serie de televisión que trata de la vida del rey Enrique VIII de Inglaterra. Es sorprendente la manera en que el poder puede corromper a cualquier hombre. En ese entonces, y como actualmente sucede, existían hombre entregados a Dios fielmente y otros cuantos que utilizaban ese “disfraz” para poder satisfacer sus deseos personales. Dependiendo del estado del rey, cambiaban principios bíblicos e interpretaciones a su conveniencia.
Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio que es Cristo…
Cristo es nuestro ejemplo. La biblia es nuestro manual y fiel consejero. No otro humano, no un representante máximo o varios representantes. Cristo. Nuestro deber es compartir a Cristo y hacernos a un lado para que sea Él quien brille y quien lleve siempre la gloria, no nosotros. ¡Qué fácil es querer quedarse con un “pedazo del pastel” de la gloria que le pertenece a Jesús! ¡Qué fácil comenzar a flexibilizar los principios de Dios conforme a lo que la gente piensa que está bien o mal! ¡Qué triste ver que una persona con principios firmes y convicciones sólidas en Cristo, ahora es un extremista o exagerado! Tú deber y el mío es seguir el misterio que nos fue entregado: Cristo Jesús.
Quiero hacer mucho énfasis en la importancia de apegarse al cien por ciento a Jesús. Pablo está anunciando el evangelio de Cristo y nos recuerda que es Él quien merece toda la atención, que es Él quien nos rescata de la esclavitud del pecado, que es Él quien nos reconcilia con el Padre, que es Él quien nos dejó un ejemplo de cómo vivir agradando a Dios Padre.
Trabajo en el medio financiero. Como bien saben, los últimos años han sido de mucha incertidumbre. Cuando se presentan estas situaciones, hay una forma de analizar los sucesos y se dice que hay que ir a las raíces o a las bases fundamentales. Aquellos elementos que constituyen a la economía en general. Así pienso que podemos llevar nuestra vida en Cristo. Cada vez que te encuentres sin saber qué hacer o sientas miedo o preocupación, vuelve a las raíces y a las bases de la vida espiritual: seguir a Jesús. ¿Qué haría Jesús en mi situación?
Es una gran bendición lo que hizo Dios por nosotros al enviar a Cristo. Es increíble poder entender el misterio que nos fue entregado y más aún el poder vivirlo. Hoy quiero animarte a reconciliarte con Dios. A corregir tu camino y tomar la dirección que Cristo muestra y no tú dirección con algunos consejos de la Biblia. ¿Notas la diferencia en los caminos? Busco que en tu vida Dios sea el centro de todo lo que hay. Que Cristo sea tu ejemplo a seguir. Como dice el versículo, la riqueza está en Él. Deja de buscar en el mundo. Él es el lugar correcto donde debes buscar.

Oración
Señor: quiero reconciliarme contigo y pedirte que perdones mis ofensas. Te quiero agradecer por enseñarme lo que es Cristo y lo que ha hecho por mí. Quiero ser tu seguidor y siervo. Ayúdame a no confundirme ni perderme en mi camino hacia Ti, te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

2 mar 2010

Colosenses 1:25-26

De ésta (la iglesia) llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para ustedes: el dar cumplimiento a la palabra de Dios, anunciando el misterio que se ha mantenido oculto por los siglos y generaciones pero que ahora se ha manifestado a sus santos.



En la versión Reina Valera 1960 se entiende un poco mejor pues está redactado de la siguiente manera: … para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos que ahora ha sido manifestado a sus santos. Entonces, al misterio al que se refiere (y como confirma en unos versos más) es Cristo; abrir los evangelios, compartirlos, aprenderlos y enseñarlos. ¿Qué hizo Pablo sino compartir de lo que enseñó Jesús? Vivimos en una etapa (a mi parecer) privilegiada. Ahora tenemos a nuestro alcance toda la palabra de Dios. Ya sea en libros o de manera electrónica, podemos acceder en pocos segundos a cualquier pasaje, podemos conseguir comentarios, referencias e incluso ligarlos con el idioma original. Además, contamos con el Espíritu Santo que al aceptar a Cristo, mora en nosotros. Todo esto que hemos recibido, lleva un precio de vuelta, o mejor dicho, una responsabilidad u obligación: compartir a Jesús. Llevar su palabra por el mundo, predicar con el ejemplo y ser servidores suyos.
Anunciar a Jesús es nuestra obligación. Es tú obligación. No la de aquellos que predican y pueden hablar en público. No. Tuya. Ahora, muchas personas piensan que el ir y compartir de Jesús es proselitismo y que buscamos “convertir” a todas las personas. ¡Qué equivocada concepción! Cuando compartimos a Cristo, yo me imagino que es como cuando platicas de una experiencia increíble que tuviste. Algunos cuentan sobre sus vacaciones y el lugar tan hermoso que visitaron, o piensa en algún restaurante que te encantó su comida, ¿no lo recomiendas con entusiasmo? Un buen mecánico, un buen médico y un buen abogado también son recomendados como “pan caliente”. Bueno, ¿por qué no compartir a Jesús con ese mismo entusiasmo, con esa misma energía y con esa misma dedicación? ¿No ha hecho Jesús maravillas en tu vida? ¿No ha restaurado tu matrimonio, tu relación familiar, tu vida, tu trabajo, el sentido de vivir? ¿No te ha convertido en una mejor persona? Ser seguidor de Jesús es lo mejor que me pudo haber pasado y por esa razón estoy escribiendo el día de hoy. Porque quiero compartirlo y que más personas puedan disfrutar de lo que yo tanto he gozado. Esto mismo es lo que hizo Pablo: ser servidor de la iglesia para llevar a las personas el evangelio y mostrarles el camino al Padre a través de Jesús. ¿Qué vas a hacer tú? ¿Quedarte sentado?

Oración
Dios: no puedo dejar de agradecerte por dejar tu palabra para guiarme, consolarme y mostrarme siempre tu amor incondicional. Quiero pedirte que mi vida siempre te sirva, y que esté buscando compartir a Cristo con las demás personas. Te pido que nunca pierda el enfoque y la mirada en Jesús y que mis palabras siempre estén buscando que la atención sea para Él. Te lo pido en su nombre.
Amén

1 mar 2010

Colosenses 1:24

Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por ustedes, y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo, a favor de su cuerpo, que es la iglesia.




El día de ayer estuve viendo algunas competencias del último día de las olimpiadas de invierno. Prácticamente a todos se les veía una cara de alivio después de tanto trabajo. Algunos, después de terminar los 50km esquiando, simplemente se tiraron al suelo al cruzar la meta. Pienso en sus años previos a ese momento. Llenos de pruebas, dificultades, lesiones, momentos en los que disfrutaron calificar a las pruebas regionales, luego las nacionales para poder representar a su país. ¡Qué esfuerzo tan impresionante! Desde pequeños estuvieron entrenando, con un sueño, con un deseo: llegar a las olimpiadas y ganar una medalla siendo el mejor. Al lograrlo, todo ese dolor muscular, todo ese nerviosismo, todo ese “sufrimiento” que tuvieron que atravesar, todo lo que tuvieron que dejar por estar entrenando, toma sentido en un instante cuando ven los frutos de lo que han hecho y se dan cuenta que han sido el primer lugar.
Pablo estaba percatándose de lo mismo. Estaba meditando en la vida de Cristo, en sus milagros, pero sobre todo en su sacrificio. ¿Cómo puede ser posible que alguien se sacrifique por otra persona? Conforme fue trabajando para el evangelio, siendo un gran siervo de Dios, comenzó a experimentar ese proceso de “entrenamiento” para poder llegar a una meta y comprender lo que Cristo hizo por nosotros. Su entrega fue tan grande, que no solamente terminó su carrera sino que estoy seguro que ha ganado sus medallas. A pesar de estar en medio de sufrimientos, pudo darse cuenta de que sin importar las circunstancias, sin importar que las cosas no se acomodaran como él quisiera ni pasaran en los tiempos que él pensaba, ni la gente reaccionara o se entregara a Cristo como él quería, todo terminaba en gozo por poder experimentar los resultados, el llegar a la “meta” de ver y escuchar sobre personas (como los colosenses) que estaban entregando su vida a Dios.
El “entrenamiento” de Pablo duró toda su vida incluyendo el tiempo en que persiguió a la iglesia. Cuando llegó a la “meta”, pudo comprender que el entregarse a los demás como lo hizo Jesús causa gozo y alegría que se disfrutan por encima de los sufrimientos. En otras palabras, ser parte del trabajo que Dios hace es increíble. Nada puede quitarte el gozo de ver los resultados o de simplemente aceptar el honor de poder trabajar para el Señor de todas las cosas. Tal vez nos involucramos tanto en nuestro día a día, que permitimos que nos llenen la cabeza con problemas y pendientes que tenemos y entonces hacemos a un lado a Dios, pues no se encuentra en la lista de “urgentes” y pensamos que puede esperar.

Oración
Padre Santo: ayúdame a entender tu voluntad en mi vida. Guíame para poder vivir sirviéndote en todo lo que haga. Enséñame a vivir con alegría y gozo siendo un siervo tuyo y que las circunstancias no influyan en mi sentir. Muéstrame cómo compartir y llevar el evangelio a más personas. No permitas que me aleje de ti.
Te lo pido en Cristo Jesús.
Amén