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28 oct 2010

Hechos 3:24-26

En efecto, a partir de Samuel todos los profetas han anunciado estos días. Ustedes pues, son herederos de los profetas y del pacto que Dios estableció con nuestros antepasados al decirle a Abraham: por medio de tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos del mundo. Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a ustedes para darles la bendición de que cada uno se convierta de sus maldades.



Jesús no se apareció en el mundo de un día para otro. De la misma manera que los israelitas no salieron de la esclavitud de Egipto de la noche a la mañana ni David fue rey en un instante. Todo está bajo pleno control de Dios. Él establece los tiempos y las formas. Él nos anuncia cómo se desarrollarán las cosas. Nos advierte de los peligros que encontramos todos los días y nos guía para no perdernos. Por otro lado, Cristo no fue un gran hombre. Es Dios mismo hecho hombre. Nació de una virgen y llevó una vida perfecta. Fue crucificado siendo inocente muriendo por nosotros los culpables. Dios lo planeó. En repetidas ocasiones vemos a Jesús orando por lo que habría de acontecerle. Dios no cambia sus planes de un momento a otro porque salió un imprevisto. Desde nuestros antepasados. Muchos años atrás Dios anunció que vendría un Mesías para reconciliar al mundo con Él. Así fue. En el libro de Génesis vemos a un Dios anunciando el diluvio. Una persona escuchó y obedeció, posteriormente el diluvió tuvo lugar. Dos ciudades con gran movimiento pero apartadas de Dios fueron sentenciadas. Prefirieron su pecado. Dejaron de existir. Todos estos ejemplos son para que abras los ojos y te des cuenta que Dios no solamente controla y sabe lo que acontecerá sino que también cumple con su palabra. Si nos habla de que debemos arrepentirnos de nuestros pecados y que habrá condenación para el que no lo haga, quiere decir que ¡llegará ese momento! Nadie había visto la lluvia antes del diluvio así como ahora nadie ha muerto y regresado para contarnos cómo es y si en verdad hay un juicio, pero si Dios lo dice, yo lo creo. ¿Y tú lo crees?

Pedro les está recordando lo que ya habían aprendido. Sabían que vendría un Mesías. Sabían de Moisés y de la promesa de Abraham pero en lugar de poner atención a las escrituras ellos hicieron su propia imagen de cómo serían las cosas en lugar de abrir los ojos y ver cómo las desarrollaba Dios. Hoy hacemos lo mismo. Escuchamos de Dios, entendemos algunos principios, pero queremos seguir acomodando su palabra conforme nos convenga o simplemente como pensamos que sería mejor. Error. Dios resucitó a su siervo (Jesús) y lo envió a ti y a mí para darnos la bendición de que cada uno de nosotros se convierta de su maldad. ¿Qué vas a decidir?

Oración

Señor: perdóname. Quiero recibir la bendición que es el poder cambiar de dirección y dejar mi pecado atrás siguiendo tu camino a través de Jesús. Perdona que haya acomodado tu palabra a mi conveniencia y mi obediencia haya sido tan escaza. Transforma mi vida, mi corazón y mi mente. Te lo pido en Cristo Jesús

Amén

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