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27 oct 2010

Hechos 3:17-19

Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes y sus dirigentes actuaron así por ignorancia. Pero de este modo Dios cumplió lo que de antemano había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios.

Pedro, después de haber expuesto la verdad sobre quién era Jesús y cómo habían evidenciado el milagro frente a sus ojos, le dice al pueblo de Israel que es necesario cambiar el rumbo que han tomado: arrepiéntanse y vuélvanse a Dios.

Hoy en día caemos en situaciones similares. Hacemos a Jesús a un lado. Pensamos que no lo necesitamos. Que solamente es para aquellos que son ignorantes o los muy religiosos. Terminamos clavando a Jesús en una cruz sin darnos cuenta que quiere tener comunión con nosotros. Nos enfocamos tanto en lo que tenemos que hacer hoy, en los planes que tenemos para mañana y todo lo que nos falta para lograr lo de pasado mañana que obviamente Dios queda en último lugar. Pero tenemos un consuelo. Pensamos que podemos ser buenos. Pensamos que si somos buenos padres, si no robamos, si no le hacemos un mal a nadie, todo está bien. Yo puedo tener una relación con Dios a mí manera. Dejamos de congregarnos porque pensamos que nosotros decidimos mejor y no necesitamos a nadie más. Y así, pasa el tiempo y poco a poco le vamos clavando a Jesús sus brazos al madero y prefiriendo lo que el mundo nos da tal y como el pueblo de Israel prefirió la vida de un asesino sobre la de Jesús. El tomar esta decisión no llega de un día para otro. Es fácil para nosotros pensar en el gran error que cometieron, pero el pecado no es así de claro y fácil de evadir. Poco a poco se permea. Con ideas. Costumbres. Modas y estilos de vida. Pienso en la homosexualidad o las relaciones sexuales premaritales hace cincuenta años. Todo un tabú. Una plática secreta que nadie aceptaba. El día de hoy la televisión nos enseña que es normal tener dos padres del mismo sexo y que la virginidad vale solamente un instante (muy emocionante que recordarás de por vida, pero no vale más). Así es como nos alejamos de Jesús y cada día nos cuesta más trabajo entenderlo hasta que llegamos a un punto en el que nos damos cuenta que le hemos crucificado y hemos preferido seguir nuestro camino…

Pedro le abrió los ojos al pueblo de Israel. Espero que hoy pueda abrir los tuyos. Arrepiéntanse y vuélvanse a Dios. No dijo, sigan siendo buenas personas ni traten de ayudar a su prójimo. Arrepiéntanse y vuélvanse a Dios. Por más que te guste pensar que puedes tener comunión con Dios a tu manera, es un error. Necesitas arrepentirte de tus pecados y volver tu mirada y camino a Él. Si tu orgullo no te deja darte cuenta que es necesario arrepentirte, estarás clavando aún más a Jesús en el madero… No dejes que pase más tiempo. Reconcíliate con Dios y reconoce tus errores.

Oración

Padre: me arrepiento de mis pecados y quiero volver a Ti. Sé que he querido vivir a mi manera y te he hecho a un lado. Entiendo que Jesús vino para reconciliarme contigo y que Tú has establecido las pautas para esa reconciliación. Quiero seguirte y corregir mis pasos. Te entrego mi vida y te pido que me perdones en el nombre de Cristo Jesús

Amén.

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