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11 oct 2010

Hechos 2:39-40

En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar. Y con muchas razones les exhortaba insistentemente: ¡sálvense de esta generación perversa!



Cambia una sola palabra para que puedas entender el versículo 39, en efecto, la promesa es para TI. Para ti. Para ti y para ti. No es para tu familiar, tu vecino o alguien más. La promesa de Dios es exclusiva para ti. En versículos como este, nos podemos dar cuenta del amor de Dios y su constante acercamiento a nosotros. Nos confirma que no está en algún lugar de la galaxia vagando y echando un vistazo de cuando en cuando a la tierra para ver cómo nos está yendo. No. Aunque a veces parezca que no nos escucha o que no somos dignos de que nos “tome la llamada”, Él está ahí. Con toda su atención a ti y a mí. Llamándonos.
Dios nos llama. ¿Qué nos dice? ¡Sálvense de esta generación perversa! Suena un poco exagerado ¿no crees? Me hace pensar que toda la gente está mal. Pareciera que nos está diciendo que debemos recluirnos a algún lugar lejano y no tener contacto con nadie para poder mantenernos santos para Él. La verdad es otra. No está buscando que nos apartemos del mundo sino del pecado que hay en él. Recuerda cuando alguien te dice: lleva un paraguas pues está lloviendo; ponte un abrigo pues hace mucho frío; no vayas a este taller pues tienen muy mal servicio; te recomiendo este sitio para vacacionar; te recomiendo leer tal o cual versículo. Todas estas recomendaciones tienen como objetivo el traerte un bien o evitarte un mal rato ¿cierto? Con Dios pasa algo similar. Él está buscando mantenernos cerca de su voluntad. Nos da instrucciones y precauciones pues conoce perfectamente lo que hay allá afuera que quitará nuestra mirada de Él y podrá distraernos. Él sabe cuánto luchamos. Él sabe cómo nos cuesta trabajo el salir a la calle y amar a nuestro prójimo. Por eso nos da dirección diciendo: mantente alejado de esta generación perversa. Pero como buenos humanos que somos, en lugar de entender el amor de Dios y su acercamiento a nosotros, pensamos que estas palabras ya no se aplican hoy en día. Pensamos que es de fanáticos el separarse de la gente o pensar que hay perversión. Nos gusta pensar que no pasa nada si nuestras amistades y personas cercanas son de una u otra manera. ¡Falso! Hay mucha perversidad. ¡Dios nos está alertando! Depende de ti el abrir los ojos y reconocer lo que hay a tu alrededor. Ojo, debes amar a tu prójimo y dar siempre testimonio de Dios. Pero también debes estar en alerta para prevenir que un día despiertes y te des cuenta que has convivido tanto con lo perverso y apartado de Dios que te resulta más fácil convivir con el pecado que con la santidad.

Oración
Señor: gracias por prevenirme de lo que hay a mi alrededor. Ayúdame a tener mejor discernimiento y tomar mejores decisiones. Te pido que me des amor para con mi prójimo y fuerza para separarme de esta generación perversa. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

4 comentarios:

Viviane dijo...

Hermosa reflexión. Estaba estudiando el capítulo 2 de Hechos y quise buscar en internet por q me llamo la atención que la promesa del verso 38 es para nosotros y nuestros hijos.... y para cuantos el llamaré.... Bendiciones

Viviane dijo...

Bendiciones y ruego que el Señor los llene de sabiduría para que seguir haciendo estas publicaciones.

Viviane dijo...

Bendiciones y ruego que el Señor los llene de sabiduría para que seguir haciendo estas publicaciones.

Viviane dijo...

Bendiciones y ruego que el Señor los llene de sabiduría para que seguir haciendo estas publicaciones.