Vistas de página en total

29 jun 2010

Mateo 17:20

Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará, y nada os será imposible.



Los discípulos habían intentado sacar un demonio y no habían podido. Llegan con Jesús y le piden su ayuda. Después de que Jesús saca al demonio, le preguntan por qué no habían podido y el verso 20 es la respuesta: por poca fe.
Muchas veces he escuchado sobre este pasaje. Se ha predicado mucho sobre el grano de mostaza y lo pequeño que es y la importancia de ser transformado a través del crecimiento en la fe. Recientemente estuve meditando en este pasaje después de una predicación. Para este entonces, Jesús ya había alimentado a miles y miles de personas con solo unos panes y unos peces. También sanó enfermos de lepra, ciegos, paralíticos, mudos entre otros. Había calmado tormentas y hecho milagros sobresalientes. Pero los discípulos no pudieron pasar la prueba y acudieron pidiendo auxilio a Jesús. ¡Cuántas veces nos ha pasado! Después de intentar por aquí y por allá. De buscar soluciones. De hablar con todos los que podamos. De meditar, preocuparnos y angustiarnos. Finalmente nos damos cuenta que ¡no se puede y necesitamos ayuda! Necesitamos a Jesús. ¿Cuánto tenemos que recorrer para darnos cuenta de que necesitamos de Cristo? ¿Cuántas veces tenemos que echar a perder algo para entender que lo estamos haciendo mal? ¿Cuántos divorcios para incluir a Dios en tu matrimonio? ¿Cuántas bancarrotas para incluirlo en tus finanzas? ¿Cuántas úlceras y gastritis para dejarlo que te llene de Su paz? Estoy convencido de que Dios ya ha hecho milagros en tu vida y te ha demostrado lo que es capaz de hacer. ¿Por qué se nos olvida tan rápido? ¿Por qué bajamos la mirada?
La respuesta es: fe.
Después de tanto darle vueltas a la fe y al grano de mostaza llegué a una conclusión: Jesús no nos está diciendo que la fe tiene tamaños o grados. ¡Nosotros somos los que le hemos puesto niveles! Pienso que Jesús está tratando de abrir nuestros ojos al ¡utilizar un granito de mostaza! Nos está diciendo: no se trata de tener mucha o poca, se trata de tener o no tener. El grano es diminuto pero muy significativo. Si realmente existieran grados de fe, ¿no te parecería increíble que con tan poca fe se pudiera hacer algo tan grande como mover montañas? Piensa en esto: Jesús nos está diciendo que con la fe del tamaño de un grano de mostaza ¡podemos hacer maravillas! Insisto, no se trata de mucha o poca sino de entender lo que es tener fe. No pienses que necesitas mucha fe para seguir adelante, tampoco pienses que tienes poca fe porque no ves resultados. Entiende que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no ves.

Oración
Padre Santo: a Ti sea la gloria. Ahora entiendo que no he tenido fe y te pido que me transformes. Dame entendimiento y permite que pueda vivir con fe en tu Hijo Jesús. Ayúdame y rompe cualquier barrera que yo ponga en contra de entregarte mi vida y mis problemas. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

28 jun 2010

Colosenses 4:17-18


Díganle a Arquipo que se ocupe de la tarea que recibió del Señor, y que la lleve a cabo. Yo Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Recuerden que estoy preso. Que la gracia sea con ustedes.


Recuerden que estoy preso…
Muy pocas veces escuchamos a Pablo compartiendo su situación como algo difícil. En general parece siempre el hombre de hierro que atraviesa todo tipo de incertidumbres y no deja de caminar hacia adelante. Redactó toda una carta a los colosenses enfocando toda su atención al Señor y no a su situación de preso. Sufriendo físicamente. Probablemente tuvo momentos en los que pedía porque terminara su martirio injustificado igual que tú y yo cuando nos desesperamos por lo que nos acontece. Pide a los colosenses que oren por él. Que le den ánimo y lo apoyen. Somos humanos. Si bien, estoy convencido que Dios nos llena plenamente, creo que como hermanos jugamos un papel sumamente importante en transmitir el amor y consuelo de Dios entre nosotros. Unas palabras de aliento, un tiempo escuchando a alguien triste, una ayuda financiera o cualquier otra cosa. Con estas actitudes damos vida al amor de Cristo en nuestro hogar y medio que nos rodea.
Conforme pasa el tiempo y atravieso distintas pruebas o momentos difíciles, comprendo más el éxito y fortaleza que tuvo Pablo en compartir la palabra de Dios y atravesar tantas dificultades. Sus cartas están llenas de instrucciones para sobrevivir momentos así. Pero él tuvo que atravesarlos primero para poder decir que el vivir es en Cristo y el morir es ganancia. Siempre se mantuvo con la mirada fija en el Señor. No la movió ni un instante y por ello siempre dio la gloria a Dios sin importar su estado.
No sé si estás atravesando una etapa difícil. Tal vez te encuentras cansado, desgastado y sin ánimo. Pablo dijo: recuerden que estoy preso, recuerden mi situación. Tú también puedes abrir tu corazón a Jesús y decirle que estás cansado, sin fuerzas y derrotado. Acude a la fuente donde brota vida en abundancia: el Señor Jesús.
También quiero escribir sobre la instrucción que da Pablo a Arquipo. No necesariamente significa que no estaba cumpliendo con su trabajo, pero me hace pensar en que a veces nos cuesta trabajo recibir instrucciones y aún más los regaños o correcciones. Como fieles en Cristo debemos aprender a escuchar y entender que no todo lo hacemos bien y que habrá gente que nos muestre nuestro error. Aprendamos a escuchar y recibir consejos.
Por último, me encanta que cuando terminan las cartas siempre comparten la gracia de Dios para aquellos que están escuchando. Hoy hago lo mismo: que Dios los bendiga y llene de su gracia.

Oración
Padre: a veces es difícil entender lo que pasa en mi vida, pero con el ejemplo de Pablo entiendo que debo siempre buscar darte la gloria y que Tú estás siempre al control de todo. Te pido pongas paz en mi corazón. gracias en el nombre de Jesús
Amén

25 jun 2010

Colosenses 4:14-16

Los saludan Lucas, el querido médico, y Demas. Saluden a los hermanos que están en Laodicea, como también a Ninfas y a la iglesia que se reúne en su casa. Una vez que se les haya leído a ustedes esta carta, que se lea también en la iglesia de Laodicea y ustedes lean la carta dirigida a esa iglesia.



Quiero seguir hablando del impacto que tienen aquellas personas que no vemos inmediatamente. Ahora aparece Ninfas. ¿Quién es y que hizo? ¿Qué crees? No sabemos. Ni siquiera estamos seguros si era hombre o mujer. Pero lo que sí podemos estar seguros es que tenía gran disposición para las cosas de Dios pues abría las puertas de su casa para recibir creyentes y estudiar la Palabra. Tal y como lo escribí, no es necesario ser el centro de atención ni el más conocido por la congregación para ser un buen siervo de Dios. Aquellos que están cumpliendo con trabajos menos vistos, tal vez menos llamativos, son también parte esencial del ministerio de Dios. Esto nos llama a buscar nuevas formas de trabajar para nuestro Dios. ¿No puedes hablar en público? ¿Qué tal si abres las puertas de tu casa para que se predique a Dios? ¿Eres muy ordenado? Apoya en la organización de las actividades y ministerios. No dejemos a un lado el servicio al Señor porque no vemos una actividad inmediata o llamativa en la que podamos servir. Ninfas prestó su casa a la iglesia, no sabemos si hizo más, pero eso bastó para que fuera recordado siempre en la Palabra de Dios como un ejemplo para nosotros, como una motivación para seguir trabajando sin importar lo grande o pequeña que sea nuestra aportación.
En estos pasajes salen nuevos personajes como Lucas y Demas. Más creyentes que apoyaban a Pablo mientras se encontraba preso. ¡Qué importante es el apoyo entre hermanos! Ya he mencionado mi asombro por culturas como la judía en la que el apoyo entre ellos es asombroso. Me encantaría a la iglesia del Señor que sobresalga por su entrega a los demás. Que la gente se sorprenda de que no solo en una comunidad seamos así sino en todo el mundo nos comportamos igual.
Por último, quiero hacer énfasis en la importancia de compartir a Dios. La carta que escribe Pablo, no está llena de buenas ideas para que después de leerla sea guardarla en un cajón. Está hecha para compartirse entre los que creemos en Jesús. Así como cada libro que tenemos en la Biblia. Pablo pide a los colosenses que por favor lean la carta en la casa de Ninfas y también a la iglesia de Laodicea. Probablemente no se leyó unas cuantas veces sino muchas.
Hoy quiero invitarte a meditar en tu servicio y entrega a Dios. ¿Qué estás haciendo para servir? ¿Qué estás esperando para hacerlo? ¿Qué te frena a hacerlo? Busquemos ser transformados por Dios para servirlo en todo lo que hagamos.

Oración
Padre: gracias por tu amor tan grande. Gracias por guiarme y mostrarme un camino distinto y lleno de bendición. Te pido sabiduría para encontrar nuevas formas de servirte y entregarme a ti. Permite que mi vida te de gloria en todo lo que hago. En Cristo Jesús te lo pido
Amén

23 jun 2010

Colosenses 4:11

También los saluda Jesús, llamado el Justo. Éstos son los únicos judíos que colaboran conmigo en pro del reino de Dios, y me han sido de mucho consuelo. Les manda saludos Epafras, que es uno de ustedes. Este siervo de Cristo Jesús está siempre luchando en oración por ustedes, para que, plenamente convencidos, se mantengan firmes, cumpliendo en todo la voluntad de Dios.


… y me han sido de mucho consuelo.
No sé si te ha pasado pero a veces pienso que dentro de una congregación hay personas más importantes que otras, que aquél que predica está por encima del que ayuda con la organización o simplemente es un hermano que siempre está dispuesto a ayudar pero no lo vemos porque está “tras bambalinas”. Cuando leo pasajes como este, me doy cuenta que hemos tergiversado el principio del evangelio y hemos construido estructuras (en nuestra mente o en la congregación) que se parecen más a las humanas que a las de Dios. Me explico mejor. Pablo comparte el gran apoyo y consuelo que han sido para su vida personas como Tíquico, Onésimo y Jesús el Justo. Cada uno de ellos estuvo ahí para fortalecerlo, escucharlo, animarlo, orar por él y ver por su bienestar. Pero como ni Tuíquico ni Jesús el Justo tienen cartas a los colosenses o alguna otra iglesia, los tomamos como personajes menores dentro de la iglesia. El problema no termina ahí. Esta idea la trasladamos a nuestros tiempos y comenzamos a encasillar a los miembros de la congregación entre “mayores” y “menores”, aquellos que figuran vs los que no aparecen tanto. ¡Error! Dios no quiere que todos sean iguales. Para ello nos hizo distintos y únicos. Tampoco busca que tengamos organigramas en la iglesia y que uno o unos manden por encima de los demás. Para que esto no sucediera, Cristo se encargó de darnos el ejemplo perfecto cuando lava los pies de sus discípulos. He venido a servir, dijo. Ese es nuestro compromiso: servir a Dios sirviendo a los demás. Hoy quiero que entendamos que cada uno de nosotros podemos ser de gran apoyo y utilizados grandemente en la obra del Señor. Ya sea para orar, para consolar, para escuchar, para predicar, para organizar, para cualquier actividad que realices en servicio al Señor, es un granito de arena que ayuda a construir montañas. No dejemos que nuestra costumbre al mundo sea trasladada a nuestra iglesia. No hay rangos ni distinciones. Todos somos siervos y como dice Pablo, podemos ser de gran consuelo los unos con los otros.
Por último quiero comentar sobre Epafras que dedicaba mucho tiempo a la oración por los colosenses. Se preocupaba porque mantuvieran una actitud firme en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Me hace reflexionar en lo poco que oro por los demás. Pablo describe las oraciones de Epafras como una lucha. Definitivamente un gran ejemplo a seguir: orar constantemente, buscando conseguir una victoria por nuestros hermanos para que no pierdan el camino y se mantengan firmes en la fe.

Oración
Padre: perdona mis pecados. Pon en mí un corazón humilde que busque estar siempre sirviendo y que no busque ser servido. Ayúdame a orar siempre por mis hermanos y hacerlo con amor y pasión como si fuera por mí mismo. te lo pido en el nombre de Jesús.
Amén

22 jun 2010

Colosenses 4:10

Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien.


Te voy a platicar lo que pasó con Marcos. Pablo y Marcos trabajaban juntos en el ministerio del Señor. Como sabemos, Pablo fue fuerte y soportó cualquier tipo de adversidad como el estar preso y aún así continuar compartiendo a Jesús. El caso de Marcos no fue igual. No tenía la misma entereza. No tenía el mismo carácter. Pablo se enoja fuertemente con él y se separan. Algunas iglesias toman estos pasajes para justificar separaciones de sus miembros o incluso para promover la destitución de algunos. Pero si leemos detenidamente el pasaje, nos muestra que Pablo pide a los colosenses que, a pesar de su desacuerdo, lo reciban bien, es decir como de la familia. Pienso que Pablo meditó y recapacitó su desacuerdo con Marcos. Probablemente entendió que Dios es soberano y utiliza distintas personalidades para compartir de su palabra, así que no todos debían ser como él. Es fácil criticar y juzgar los defectos de los demás. Es fácil enojarse cuando ponemos el cien por ciento o más y vemos que otros no hacen lo mismo. Puede ser en tu lugar de trabajo, en un equipo en tu escuela o incluso en tu familia. El punto es que consideramos que, por realizar un mayor esfuerzo y soportar más que los demás, tenemos el derecho de juzgar. Falso. Cada persona es un mundo distinto y solamente Dios es quien tiene el derecho de llamar a cuentas. ¿Quién eres tú para juzgar? Tal vez aquellos que no tienen la misma fuerza han llevado una vida más difícil que la tuya. Y aunque no fuera así, no nos corresponde juzgar. Pabló juzgó a Marcos. Lo rechazó. Pensó que no era útil para el ministerio y prefirió seguir sin él. Algunas veces he estado a favor de Pablo. ¿Cómo trabajar con alguien que no es confiable al cien por ciento? Pero ahora me contesto reconociendo que es en Dios en quien confiamos.
También quiero resaltar la importancia de la unidad en la iglesia de Dios y cómo Pablo buscó fortalecerla al incluir a los discípulos que se encontraban con él y promover la oración entre los unos y los otros haciéndonos entender que somos un solo cuerpo.
Por último, quiero hacer énfasis en la petición de Pablo hacia Marcos: recíbanlo bien. A pesar de nuestros problemas, debemos perdonar. Debemos amar. Debemos entregar nuestros corajes al Señor y no permitir que echen raíces en nuestro corazón. A mi parecer, Pablo lo entendió y por ello pide que reciban a Marcos así. Ahora medita en esto ¿cómo tratas a la gente? ¿Perdonas? ¿Amas? ¿O solamente juzgas y criticas? Sigamos el ejemplo de Pablo con Marcos y reconciliémonos con aquellos que hemos tenido nuestros altercados.

Oración
Padre: te pido que pongas humildad y perdón en mi corazón. Perdóname porque no he buscado tu gloria sino la mía cuando no perdono y prefiero guardar mi orgullo. Te pido que pongas amor en mi para con mi prójimo. En Cristo Jesús te lo pido.
Amén

21 jun 2010

Colosenses 4:7-9

Nuestro querido hermano Tíquico, fiel servidor y colaborador en el Señor, les contará en detalle cómo me va. Lo envío a ustedes precisamente para que tengan noticias de nosotros, y así cobren ánimo. Va con Onésimo querido y fiel hermano que es uno de ustedes. Ellos les pondrán al tanto de todo lo que sucede aquí.


¿Quiénes son Tíquico y Onésimo?
Dos seres humanos como tú y yo. Tenían hambre, preocupaciones y problemas como los que enfrentas cada día. ¿Qué hizo que su vida fuera diferente? Fieles servidores y colaboradores en el Señor. La iglesia (o el cuerpo) de Dios no está formada por personajes célebres y exclusivos. No necesitas cumplir con años y años de estudio para poder formar parte de ella. Tampoco es necesario realizar retiros y vivir aislado para ser considerado un santo y por lo tanto ser digno de poder trabajar para Dios. La iglesia del Señor está conformada por personas que han sido reconciliadas con Jehová a través de su arrepentimiento y reconocimiento de Jesús. Personas comunes que buscan corregir sus pasos y alinearlos con los principios de Dios. No entiendo por qué algunas congregaciones olvidan que todos estamos “enfermos” y necesitamos a Jesús para ser sanados. Congregaciones que ponen parámetros que consideran necesarios para participar en algún ministerio. Lo que pide Dios es un corazón humilde y dispuesto. Busca personas que entregan su vida entera y se dejan dirigir por Él. Estos son Tíquico y Onésimo. Dos personas como tú y yo que haciendo su vida, decidieron darle un giro de ciento ochenta grados y caminar por el camino de Jesús, servirlo y trabajar para Su gloria.
A veces parece sin sentido el leer pasajes como los saludos iniciales y finales donde escriben sobre personas que no figuran mucho en la Biblia y realmente no nos enteramos de qué es lo que hicieron. Pero su vida estaba llena de sentido: servir a Cristo y trabajar para su iglesia. En general solamente nos enteramos de la vida de aquellos líderes que hicieron historia. Escuchamos de Alejandro Magno o de Napoleón pero no escuchamos sobre las miles de historias de aquellos que sirvieron a estos grandes personajes. Nosotros somos esos pequeñitos trabajando para un solo Rey y Señor. Cambiando al mundo con su palabra, pero sobre todo, siendo transformados por su amor, misericordia y gracia. Trabajando para que la gloria siempre sea para Él.
¡Hoy quiero animarte y recordarte que ser parte de la iglesia de Dios es increíble! Recordarte que es para Él que trabajamos y es a Él a quien servimos. Has una pausa. Has a un lado todos tus problemas y recuerda en quién has confiado y a quién has entregado tu vida. Es a Él a quien damos gloria.

Oración
Padre: agradecido estoy por permitirme tener comunión contigo. Gracias por tu amor y misericordia. Gracias por tus bendiciones que siempre son abundantes. Padre, quiero pedirte que no dejes de transformar mi vida. Que siempre pueda servirte y esté al pendiente de cómo servirte aún más. Guíame en tu camino siempre. En Cristo Jesús te lo pido.
Amén

8 jun 2010

Colosenses 4:5-6

Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno. Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno.


El capítulo tres de Colosenses nos enseñó a comportarnos de manera agradable a Dios. Ahora Pablo incluye a las personas que no conocen de Cristo y la forma en la que debemos actuar frente a ellos. Resulta interesante que sus palabras sean aprovechar cada momento al máximo, conversación amena y saber cómo responder. Personalmente he escuchado tan malos comentarios de los que seguimos a Cristo que al leer estos versículos entiendo que nos hemos separado de ellos. Obviamente, como en todo, siempre hay aquellos que están haciendo bien su trabajo pero tristemente, es probable que la mayoría de las personas, sea correcto o no, tienen una imagen de los cristianos como aquellos que no escuchan razones, juzgan y creen que todos están mal menos ellos. ¿Lo has escuchado? ¿Lo piensas? Bien, como siempre, la Biblia es nuestro aliado para caminar por el camino correcto y corregir nuestros errores.
Cuando finalmente reconoces a Jesús y te arrepientes de tus pecados, la Palabra nos dice que tienes el derecho de ser llamado hijo de Dios (Jn1:12). Los derechos siempre vienen acompañados de obligaciones y el dar un buen testimonio es una de ellas. Piensa en esto por un momento: ¿Qué imagen quieres que la gente tenga de los seguidores de Jesús? Personalmente, me gustaría que la gente relacionara lo siguiente: amorosos, amables, de principios sólidos, humildes, que escuchan y respetan, pacientes y por último, coherentes en lo que creen y hacen. Esto es lo que me gustaría que la gente pensara de nosotros. ¿Cómo lograrlo? Cumpliendo con nuestras obligaciones. Cuando te encuentres con personas que no conocen a Dios, aprovecha el momento y da testimonio hablando con gracia y amor, sin críticas, sin imposiciones, con humildad y buscando siempre que Jesús sea el que brille y no tú.
Por otro lado, he notado que algunas personas se concentran tanto en su vida espiritual, en cómo fortalecerla y crecerla, que se olvidan a veces que hay personas allá afuera que no entienden lo que están haciendo. Se olvidan de aquellos que no conocen a Dios y se concentran en sí mismos. Los que quieran estar con ellos, deben tener la misma pasión y conocimiento, si no, mejor no se acerquen. ¡Qué lejos de lo que aprendimos hoy! Definitivamente debes buscar tu crecimiento espiritual y estar encaminado a ello, pero no debes olvidar a la gente que está a tu alrededor por el hecho de que no comparten tu forma de ser.
El lugar en el que naciste, tu familia, todo lo que te rodea lo planeó Dios para que pudieras dar testimonio de Él en los lugares específicos y con las personas específicas a las que tú tienes acceso, aprovecha las oportunidades al máximo, y da un testimonio digno de un buen siervo de Dios.

Oración
Señor: perdona mis pecados. Perdona el mal testimonio que he dado y ayúdame a tener siempre presente el buscar un comportamiento agradable a Ti y en especial con aquellos que no te conocen. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

2 jun 2010

Colosenses 4:2-4

Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar.


¿Cuántas veces no te has sentido cansado, desesperado o desilusionado? ¿Cuántas veces te has sentido presionado o entre la espada y la pared? Seguramente tu respuesta sería: muchas. Te tengo una noticia, la vida en Cristo no elimina estas situaciones. Seguirás atravesando momentos difíciles. Pablo estaba compartiendo del evangelio con pasión y determinación. A causa de éste, fue llevado preso. Si en general las cárceles no tienen mucho que ofrecer, en ese entonces mucho menos. Eran cavernas probablemente con poco control sanitario y poca comida. Pero Pablo, independientemente de este momento tan difícil en su vida, no nos pide que oremos por su pronta liberación y por un juicio justo. Por el contrario, pide que oremos por la apertura de corazones y por que sea sabio para compartir el evangelio. Analicemos esto otra vez desde nuestra perspectiva. Te encuentras encarcelado, o sin trabajo, o con problemas familiares, con deudas, con enfermedades que acaban contigo y tu familia. Tienes un papel y una hoja para escribir sobre tu situación. ¿Qué pides? ¿Qué cuentas? Honestamente dudo mucho que nuestras primeras líneas estén enfocadas en que oren por nosotros para compartir de Dios. Ahora, no quiere decir que por esta razón no lo hagamos. ¡Al contrario! Ya tenemos el ejemplo de Pablo, ahora nos toca seguirlo. No dejemos que los problemas nos envuelvan a tal grado que nos quiten toda esperanza y perspectiva de las cosas. Todo lo tenemos que poner a los ojos de Dios. Por esta razón Pablo podía escribir que su principal inquietud era aprovechar ese momento en la cárcel para compartir a Jesús. Él sabía que se encontraba ahí por una razón especial y quería llevarla a cabo. Hoy, todo lo que estás atravesando tiene un propósito: que te acerques más a Dios. Que abras tu vida y entregues esa área personal que tanto has querido dejar cerrada. Problemas siempre habrán. La vida siempre estará llena de altibajos. La diferencia es cómo le hacemos frente a ellos. Con Dios o sin Él. Con fe o desilusión. Con nuestras fuerzas o las de Cristo. Con las promesas del mundo o las de Jehová. Con los ánimos de la gente o el aliento y consuelo de la Palabra.
Tu vida y la mía deben estar destinadas a compartir a Cristo. Cada uno de nosotros fue puesto en un lugar específico en el que debemos cumplir con este propósito. Dejemos de quejarnos, dejemos de estar deseando que nuestros problemas se acaben o que las enfermedades sean sanadas. Mejor trabajemos en nuestra tarea principal: compartir del evangelio.

Oración
Dios Padre: definitivamente cambias mi perspectiva de la vida. a veces me lleno de tantas cosas que olvido que lo más importante es llevar tu palabra a los demás. Perdóname. Quiero vivir en servicio a Ti. Quiero seguirte y agradarte. Te pido que me llenes de tu paz, gozo y paciencia para atravesar mis pruebas pegado a Ti y buscando ser testimonio tuyo en lugar de buscar terminar con los problemas. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

1 jun 2010

Colosenses 4:1

Amos, proporcionen a sus esclavos lo que es justo y equitativo, conscientes de que ustedes también tienen un amo en el cielo.



¿Por qué hacer esta declaración? Para frenar un comportamiento que se venía dando como algo normal. Las costumbres son muy peligrosas. No nos hacen meditar y simplemente las seguimos como borregos pues así se ha hecho siempre. Pero cuando queremos seguir a Jesús, tenemos que poner a la luz de su palabra todo aquello que hacemos y no hacemos. Es muy probable que lo que sucedía en esa época no diste mucho de la actual. Con algunas variantes, pero la esencia del problema probablemente sea la misma: la falta de amor, humildad, misericordia y gracia.
¿Por qué puedo tratar mal a otra persona? Porque pienso que soy superior a ella. Porque pienso que tengo la autoridad para hacerlo y nadie puede pedirme cuentas de lo que hago. Recientemente he leído artículos sobre la esclavitud y trata de humanos en el mundo. Niños y niñas forzados a trabajar o a prostituirse. Situaciones que denotan lo bajo que podemos caer como humanos cuando seguimos nuestro instinto de supervivencia y hacemos caso omiso a la Palabra de Dios. La empresa Walmart tiene varios documentales en su contra explicando cómo explotan a la gente para trabajar en sus fábricas. Pero no hay que ir tan lejos para encontrar estas injusticias, a veces basta con observar en tu casa, con tus familiares, con vecinos o conocidos. Ahí encontramos, en diferentes escalas, personas que maltratan a su prójimo. Dueños de empresas que no ven a sus empleados como seres humanos. Que dejan atrás la humildad y el amor pensando que sus empleados no necesitan pasar tiempo con sus familiares, no necesitan un sueldo más digno, no necesitan prestaciones. Vemos empresas sanas que crean más empresas para evadir el reparto de utilidades. ¿Qué es todo esto sino lo contrario a lo que dice el versículo de hoy? Dar lo justo y equitativo… Personas buscando lo suyo. Personas que no les importa aplastar a alguien más. La esclavitud no se da solamente con un amo y un esclavo. La esclavitud se da cuando pensamos que somos superiores por la situación que atravesamos y la utilizamos para nuestro beneficio.
Finalmente todos seremos llamados a cuentas. Espero que hoy pueda motivarte a amar a tu prójimo, a recordar que debemos ser humildes y reconocer que por misericordia y gracia de Dios estamos donde estamos. Animarte a siempre dar lo justo y equitativo en la mira de Jesús y no la tuya. Y sobre todo recordar que tenemos un Amo en el cielo. No permitamos que las costumbres sigan perjudicando a tanta gente. Pidamos al Señor que cambie nuestra actitud y que seamos sensibles a lo que pasa a nuestro alrededor. Piensa en esto ¿estoy siendo justo y equitativo en todo lo que hago?

Oración
Padre: perdona que he sido egoísta y no me he preocupado por mi prójimo. Ayúdame a vivir agradecido y en humildad para reconocer las necesidades que hay a mi alrededor. Pon en mí, un corazón sensible y no duro que olvide tus palabras. Guíame en tu camino. En Cristo Jesús te lo pido
Amén