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30 jun 2009

Santiago 1:4

Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.



La versión Dios habla hoy lo traduce de la siguiente manera: pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada. La nueva versión internacional lo traduce así: y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.
Un nuevo concepto en el libro de Santiago: perfección.
Cuando atraviesas pruebas, no solamente estás ejercitando tu paciencia, aumentando tu tiempo y dependencia a Dios, sino que también estás en tu proceso de perfección en Cristo. Esta perfección no es como la que conocemos normalmente en la cual, básicamente significa no equivocarte. No. Esta perfección es más profunda. Es una perfección en el Señor. En obediencia. Dios nos promete que al ser sus hijos, Él nos perfeccionará en su obra hasta que muramos o venga Jesús (Filipenses 1:6).
Santiago no es una carta fácil de leer, mejor dicho, es fácil de leer, difícil de aceptar y muy difícil de poner en práctica. Si te quedaras solamente con el aspecto teórico, y leyeras esta carta como cualquier otra enseñanza de “buena voluntad” e intentaras llevarla a cabo tu solo, debes saber que fracasarías. Probablemente te volverías loco al tratar de gozarte cuando hay enfermedades en casa, cuando las injusticias se incrementan y la incertidumbre reina. Pero para un seguidor de Cristo, en lugar de fracaso, se tiene éxito, perfección, madurez e integridad.
¿Pero cómo llega todo esto?
Entregando tu vida a Dios. Entendiendo que debes hacerte a un lado y permitir que Él guíe tus pasos. Pidiendo que Él traiga paz a tu corazón. Comprendiendo que sus planes son lo mejor para ti. Sabiendo que todo lo puedes en Cristo quien te fortalece (Filipenses 4:13).
En mi punto de vista, este es el punto crucial donde una “religión” se transforma en COMUNION con Dios. Cuando das este paso tan importante entre leer lo que dice el Señor a confiar y hacer lo que dice, tu vida ya no es la misma. Has iniciado un proceso de perfección, madurez e integridad.
Las pruebas traen a flote lo que hay en tu corazón, tanto bueno como malo. Resaltan el lugar donde se encuentra tu confianza y tranquilidad. Tu fe se pone al descubierto y tu paciencia se fortalece. Finalmente, a través de este proceso, tu carácter es transformado llevándote a la integridad y perfección. ¡Difícil de entender pero atravesar pruebas trae bendiciones!

Oración
Padre: tu entendimiento es muy superior al mío. Me cuesta trabajo entender que pueda existir tanta bendición en las pruebas. Ayúdame a crecer en mi dependencia a ti. Quiero vivir esa transformación que dice Santiago. Perfecciona mi vida y permite que crezca en integridad. Guíame siempre Señor. Te lo pido en Cristo Jesús
Amén

26 jun 2009

Santiago 1:3

Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.




Pruebas, pruebas y más pruebas. La vida está llena de ellas. El verso dos de Santiago nos dice que debemos gozarnos y ser felices en ellas, y hoy podemos además entender que cada prueba va de la mano con la paciencia.
Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Esta es la definición que la Real Academia tiene de la palabra paciencia. Piensa en una prueba reciente… lo más probable es que lo que menos experimentaste en sus momentos críticos fue felicidad, gozo o paciencia. No te preocupes, esto es normal. No nacemos sabiendo ser excelentes seguidores de Cristo. Él en su gracia nos va transformando y sobre todo enseñando sus planes a Su tiempo y a Su manera.
Entonces, si cada vez que estoy en una prueba, tengo inquietud, mal humor, nerviosismo, desesperación, angustia, ¿cómo puedo llegar al estado que Dios, a través de Santiago, me está diciendo que debo tener para estos momentos? La respuesta está en la trinidad: Dios es quien instruye, Cristo quien obedece y el Espíritu Santo que mora en nosotros realiza la transformación. Si tienes poco o mucho tiempo de conocer a Jesús, este principio es piedra angular en tu relación con Cristo. Tú NO eres el que cambia, eres transformado por el Espíritu Santo. De hecho, las pruebas son las que nos muestran que nosotros no hacemos nada más que entregar todo al Señor. Piensa en esto por un momento: cuando has tratado de resolver todas tus pruebas, seguramente duraron mucho tiempo, probablemente no se resolvieron del todo bien, puede que sigas teniendo cierta incertidumbre o miedo. Por el otro lado, cuando reconoces que de tu parte no hay nada que se pueda hacer, en tu interior, te bajas del “trono de tu vida” y le permites a Cristo que se siente en ese lugar. Le pides que te guíe y que enseñe el camino, además, pides que quite todas las cargas que tú ya no puedes soportar. Finalmente llega la paciencia. El resultado no importa más pues sabes que Dios, el Todopoderoso, está al mando de tu situación.
La liga entre la paciencia, el gozo y la felicidad con las pruebas no está en tener buena actitud ni ser optimista ni hacer yoga, ni meditación, ni tomar vacaciones, ni en el alcohol o cualquier droga. Está en tu relación con Jesús y el Espíritu Santo que mora en ti. En repetidas ocasiones he podido experimentar el gozo de las pruebas. Definitivamente he pasado malos ratos y sé que vendrán muchos más. Quiero animarte a que intentes una nueva forma de atravesar cada prueba de tu vida: con paciencia, gozo y felicidad.

Oración
Señor: es sumamente difícil entender que puede existir paciencia en las pruebas. Yo quiero vivir esa paciencia, yo quiero experimentar gozo y felicidad en mis pruebas, yo quiero entregarte todas mis cargas e incertidumbres. Estoy cansado Padre. Te pido traigas consuelo a mi corazón. Te pido que pueda crecer espiritualmente y ejercitar mi paciencia a través de Ti. Oro a Ti en el nombre de Jesús.
Amén

25 jun 2009

Santiago 1:2

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas.



En la versión de Reina Valera dice “tened por sumo gozo”. Dichoso, gozoso. La Real Academia define dichoso como feliz. ¿Cómo puedo ser feliz y sentir gozo cuando las cosas están de cabeza? ¿Cómo puedo estar tranquilo, o en paz, mientras enfrento lo inesperado?
¿Acaso la Biblia se está refiriendo a que aprenda a resignarme? De ninguna manera. Si pones atención, dice que debes sentir felicidad cuando las cosas se empiecen a complicar. Suena irónico. Lo sé. Contradictorio. También lo sé. A lo largo de mi travesía en el conocimiento de Jesús, he ido aprendiendo que rara vez hizo cosas que la gente le pidiera de la forma en que ellos esperaban que se hiciera. Al final del suceso, la gente reflexionaba y comprendía que les acababa de dar una lección y Dios era glorificado por ello. De la misma manera, cuando atraviesas pruebas puedes dar gloria a Dios a través de ellas. El versículo 3 de Santiago nos dice que las pruebas de nuestra fe producen paciencia, pero el día de hoy quiero enfocarme a entender el gozo y la felicidad que produce el tener pruebas.
Recuerdo cuando tuve mi entrevista para el trabajo que actualmente tengo. La persona que me entrevistó fue dura, firme y en todo momento buscó desalentarme y demostrarme que el trabajo era muy difícil para mí. Me hizo dudar si realmente podría hacerlo. Cuestionó mi edad y mis ganas de querer trabajar. Incluso me dijo que si quería, el siguiente año podríamos volvernos a ver si no me sentía seguro. Gracias a Dios que me dio fuerza y confianza para seguir adelante y ahora estoy aquí. Lo que quiero enseñarte con esto es que ahora comprendo que lo que buscaba la persona que me entrevistó era probarme. Probar mis ganas de trabajar, probar mi habilidad para luchar contra la adversidad, probar mi carácter. El Señor hace exactamente lo mismo.
Las pruebas no son para aquellos que no han aceptado a Jesús, recuerda que la carta está dirigida a los hermanos que estaban dispersos. Entonces, que no te sorprenda el que en tu vida se estén presentando adversidades y problemas. Que no te desanime el enfrentar enfermedades, pérdida de empleo o incluso de seres queridos. Dios está probando tu corazón. En Sus planes, es necesario que atravesemos por todo el proceso de “entrenamiento” y éste, a veces incluye situaciones que no siempre son fáciles. Finalmente, cuando pasen los días, meses y años, llegará el momento en el que recuerdes aquella prueba, aquella adversidad que te tenía de cabeza, sin dejarte dormir y de mal humor. Tendrás una sonrisa en la cara y le darás la gloria al Señor por haberte enseñado y mostrado su gloria, su poder, su amor y su paz en todo momento que lo necesitaste. Te darás cuenta que necesitabas madurar. Te darás cuenta que ahora tu fe es más sólida. Te darás cuenta que tu dependencia y amor al Señor es mayor. Te darás cuenta que has crecido en el Señor. Te darás cuenta que en tu siguiente prueba te gozarás…

Oración
Padre: tu sabiduría es infinita y tus planes maravillosos. Tu forma de trabajar con nuestros corazones es increíble. Perdona que a veces me queje y no entienda lo que quieres mostrarme, pero hoy comprendo que las pruebas y las adversidades son ocasiones para sentir felicidad. Te pido que así sea en mi vida. Guíame para siempre tener presente estas palabras y pon paz y gozo en mi corazón para que pueda vivirlas. Te lo pido en el nombre de Jesús

Amén