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24 nov 2009

Filipenses 4:12

Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.




Se acerca la celebración del día de acción de gracias. Un festejo que involucra recordar, que debemos estar agradecidos por lo que tenemos. El día está enfocado en dar gracias a Dios principalmente, pero se ha expandido y permeado tanto en la cultura que muchas personas, aunque alejadas de Dios, también celebran y dan gracias por lo que tienen.

Pablo escribe a los filipenses sobre su aprendizaje en su peregrinaje espiritual. Les comparte lo que Dios ha hecho en su vida y cómo le ha servido para seguir adelante. Pienso que una de las enseñanzas de mayor relevancia es la que escribe en este versículo: aprendí a vivir con abundancia y en escases, a tener hambre y a estar saciado, a vivir humildemente y en abundancia. ¡Qué ejemplo tan increíble! ¿A quién le gusta vivir en la escases? ¡A nadie! ¿A quién le gusta la abundancia? ¡A todos! Justamente este es el concepto que como seguidores de Cristo debemos romper. No se trata más ya de vivir de una forma u otra con respecto a lo que hay para comer, para vestir o para dormir, sino aprender a estar contento, gozoso y agradecido con lo que hay para seguir el trabajo de siervos de Dios, de ser testimonio para los demás y de amar a nuestro prójimo.

Es bueno hacer pausas en la carrera de la vida y tratar de entender hacia dónde estás yendo. ¿Qué consecuencias han tenido tus decisiones? Entender cuáles fueron buenas y reconocer las malas. Pero sobre todo, debes reflexionar sobre tu actitud hacia los bienes materiales y las necesidades básicas. ¿Cuál es tu situación actual? ¿Vives contento con lo que tienes o crees que te faltan cosas? Si pones atención a la publicidad de la televisión o revistas, siempre tratan de transmitir que si tienes tal o cual objeto, serás más feliz de lo que eres actualmente, si utilizas este tipo de perfume o desodorante, tendrás a la pareja que siempre has querido, si haces esto o aquello, entonces serás más feliz. ¿Y si no puedo tenerlo? ¿Entonces estamos condenados a no ser felices? ¡No! Pablo no aprendió a vivir agradecido en cualquier necesidad por “arte de magia” o de un día para otro o por su poder adquisitivo. Fue un camino que tuvo que atravesar de la mano de Dios para aprender. De la misma forma, tú y yo debemos cruzar la misma vereda. Debes empezar a darte cuenta de aquello que deseas y que no tienes, de aquello que te quita la mirada de Dios y te hace olvidarte de Él. Comencemos a dar gracias por lo que tenemos y entender que Dios conoce nuestras necesidades, pero sobre todo, que sabe lo que es mejor para ti y para mí, así que, lo que sea que tengas, es lo que debes tener. Aprendamos a vivir gozosos y agradecidos por lo que tenemos y no tenemos.


Oración

Señor: a veces me olvido de Ti por pensar en lo que no tengo o lo que pienso que me hace falta. Te pido perdón por hacerte a un lado y poner lo material primero. Quiero pedirte que me muestres cómo vivir agradecido en abundancia y en escases, con comida y con hambre, con techo y sin él. Te lo pido en el nombre de Jesús

Amén

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén 🙏🙏

Anónimo dijo...

Ok