Vistas de página en total

25 mar 2009

Hechos 23:23-24

Y llamando (el tribuno) a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Félix el gobernador.


El día de ayer escribí que Dios te dice que tengas ánimo a pesar de las circunstancias que estés atravesando. Recientemente en una predicación, escuché al pastor decir algo sumamente interesante: primero te encuentras en un problema o disyuntiva, luego tienes que creer y confiar en Dios y tercero Dios muestra cómo van a resolverse las cosas conforme a su voluntad. No puedes ver la resolución sin pasar por la etapa del problema ni tampoco puedes tener fe queriendo ver ya la solución. Pablo entendió este principio y lo vivió al cien por ciento. En los versículos 12 al 15 se explica cómo se tramó un complot contra la vida de Pablo a tal nivel que alrededor de 40 personas hicieron voto de no tomar alimento hasta que lo vieran muerto.
El problema: querían asesinar a Pablo. Las posibles soluciones para Pablo: prácticamente ninguna, solamente esperar que los romanos lo protegieran y confiar en que no fueran corruptos para entregarlo a los judíos. Si no conociéramos los versículos 23 y 24, probablemente estaríamos nerviosos y ansiosos por saber lo que habrá de ocurrir. Así pasa en tu vida. Se te atraviesa un momento difícil, situaciones que no sabes controlar y que se han salido de tus manos. Tienes pocas o nada de opciones y lo único que sabes es que tienes que solucionarlo pero no sabes cómo o simplemente no puedes. En este momento te encuentras en los versículos anteriores al 23 y 24. Te animo a que consideres una opción alterna a lo que has pensado: no hacer nada y confiar en Dios. Dar tiempo a que te muestre su camino y permitir que El sea quien dirija tus actos. Si regreso al ejemplo de Pablo, fue exactamente lo que hizo. Él no pudo hacer nada más que confiar en Dios y esperar.
Te puedo asegurar que Pablo, a pesar de los milagros tan increíbles que había hecho Dios en su vida, nunca imaginó que le pondrían a doscientos soldados, setenta jinetes, doscientos lanceros y cabalgaduras para su protección. Estaba confiado en que el Señor mostraría el camino, pero estoy seguro que nunca imaginó que sería así.
Los versículos 23 y 24 no llegan en tu vida al día siguiente de tus oraciones. Las cosas no siempre son instantáneas. El Señor tiene tiempos diferentes a nosotros, pero siempre cumple sus promesas. Hoy quiero animarte a que confíes en Cristo y le entregues tu situación. Espera en oración y permite que muestre cómo solucionará tus problemas. Te puedo asegurar que si sigues estos pasos, en algún momento podrás decirme que ya estás viviendo los versos 23 y 24. Seguramente te sorprenderás de la forma en que Dios movió las cosas e hizo cosas inimaginables en tu vida. ¡Ese es nuestro Señor maravilloso!

Oración
Padre: ayúdame a confiar en Ti y no permitir que los problemas me ahoguen. Hoy me comprometo a esperar siempre en Ti y ver cómo Tú eres quien soluciona todo. Trae paz a mi vida y gozo a mi corazón pues puedo descansar en Ti. Te doy gracias por las enseñanzas que nos dejas y te pido que perdones mis pecados en el nombre de Jesús.


Amén

24 mar 2009

Hechos 23:11

A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques en Roma.




¿Cuál es la diferencia entre ser optimista o positivo y ser seguidor de Jesús?
Cuando Dios te dice ten ánimo, no está tratando de promover en ti pensamientos de logros, aspiracionales o motivacionales. Lo que realmente están diciendo sus palabras es: tranquilo, Yo tengo el control de todo, Yo hice el plan para tu vida, Yo conozco todas tus debilidades y todo aquello que necesitas, no temas sino por el contrario, ten ánimo. ¿No te parece increíble?
Ahora, esto no quiere decir que no tendrás momentos sumamente difíciles y de incertidumbre. De hecho, en la escena que se desarrolla en este versículo, Pablo venía de haber predicado a Cristo en el concilio y la biblia nos dice que el tribuno (un comandante romano) tuvo que ordenar que bajaran soldados y tomaran a Pablo pues la gente estaba intentando matarlo. ¿Puedes imaginarlo? Compartir de Cristo ante el concilio y de premio la gente se abalanzó sobre él para despedazarlo. Probablemente Pablo pudo haber pensado que ahí serían sus últimos momentos de vida como en muchas otras ocasiones que atravesó. Pero Dios tenía un plan para él que tenía que llevarse a cabo y esto involucraba que siguiera vivo y fuera a testificar a Roma de que Cristo era el Mesías.
Hoy Dios te dice: Ten ánimo, es necesario que testifiques en Roma.
Tal vez vienes de estar sumamente golpeado, cansado, desgastado y no sientes que tengas fuerzas para seguir adelante. Puede ser que la incertidumbre te esté quitando la paz y la sensibilidad para ver las bendiciones en tu vida. La falta de salud tuya o de algún familiar puede estar acabando con tu cartera y con todos tus ánimos pues no ves salida alguna. No importa la situación en la que te encuentres, Dios te dice: ¡ten ánimo!
No se trata de ser optimista solamente porque sí. Se trata de entender que estamos descansando y confiando en el Creador de todas las cosas. Estamos en paz porque el Señor tiene un plan perfecto para nuestras vidas y sabemos que es lo mejor para nosotros. Estamos con gozo porque a pesar de las circunstancias, la incertidumbre y lo difícil que puede ser seguir adelante, sabemos que las pruebas son motivo de gozo.
¿Entiendes por qué puedes tener una sonrisa el día de hoy?
¡Ten ánimo! Dice Dios. Todavía tengo planes para ti y es necesario que hagas más cosas. ¿Cuántas más? Todas las que puedas hacer mientras tengas vida en esta tierra…

Oración
Dios: gracias por traer paz a mi vida cuando todo está de cabeza. Gracias por mostrarme tu plan y el cuidado que tienes de mí pues así puedo descansar confiado en Ti. Te pido que pueda crecer en mi fe y cada día buscar servirte más y mejor. Padre te amo y te agradezco que me ames también. Oro a Ti en el nombre de Jesús

Amén

23 mar 2009

Mateo 22:21

Le dijeron (a Jesús): de César. Y (Jesús) les dijo: dad, pues al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.





La escena se desarrolla con los fariseos intentando tender una trampa a Jesús y por ello le preguntan del tema en el cual todos parecían estar en contra: los impuestos. Recuerda que el pueblo judío era una nación dentro de un imperio, el romano. Y por ello muchos judíos percibían como injusto el estar pagando tributos excesivos al imperio y más si había corrupción o injusticias. Por esta razón, van a Jesús para ver cómo puede escaparse de esta disyuntiva. Seguramente los fariseos se quedaron con “la cola entre las patas” cuando Jesús les responde: dar al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. Simplemente no había forma de justificarse contra la verdad que les había sido revelada. Hace algún tiempo, tuve una plática acerca de los impuestos y ayudar a la sociedad en México. Al parecer, existe en la sociedad un sentimiento generalizado, en el cual, no se quiere ayudar a nadie pues nadie nos ha ayudado primero, y es molesto para todos pagar impuestos pues no se ve ninguna reciprocidad de beneficio al pagarlos. Me parece que este versículo es aplicable el día de hoy para nosotros y los impuestos. Toma nota de que Jesús no preguntó si los romanos eran justos o no, tampoco preguntó cuánto les cobraban de impuestos, el 30% o el 10%, lo único que dijo es dar a cada quien lo que le corresponde. Entiendo que no es fácil pero es lo que Dios nos pide que hagamos, así que, la siguiente vez que pagues impuestos o ayudes a tu prójimo, no cuestiones sobre lo que harán con el dinero o la ayuda, si te parece justo o injusto, simplemente da gracias a Dios por lo que tienes y por lo que puedes dar y gózate en obedecer al Señor de todo lo creado.
Por otro lado, me parece que va más allá la enseñanza de Cristo cuando dice dar a Dios lo que es de Dios. ¿Qué le pertenece a Dios? Pienso que es posible hacer una separación entre lo que Dios quiere de nosotros y aquello que nos da en su misericordia pero no quiere de vuelta. Me explico mejor. Cuando habla de dar lo que le corresponde al César, se refiere al dinero. Tú y yo tenemos diferentes bienes materiales y dinero. Es muy normal que nos preocupemos porque nunca falte nada a nuestras familias en lo económico o la salud. Pero si pensamos más profundo, lo único que va a estar con Dios el día que mueras es tu espíritu. Tus bienes se quedan, tu salud o enfermedad también al igual que tus seres queridos. En el último momento, quedarás sin absolutamente nada y Dios te dirá ¿qué me diste cuando estuviste en la tierra? ¡Qué pregunta! La respuesta está ligada a lo que Dios nos pide que hagamos: amar a Dios sobre todas las cosas, amar a nuestro prójimo, no afanarnos por lo que habremos de comer o beber, no hacer tesoros en la tierra, ir y hacer discípulos en todas las naciones, llevar una vida espiritual que dé frutos al ciento por uno. ¡Esto es lo que quiere Dios de ti! ¿Lo estás haciendo?

Oración
Señor: gracias por mostrarme cómo debo de ajustar mis principios y cómo ponerte en la perspectiva correcta. Te pido perdón por mis pecados y porque pueda entender que es mi vida lo que quieres que te entregue por completo. Ayúdame a no aferrarme a aquello que se quedará en la tierra y permite que viva trabajando para hacer tesoros en el cielo. Quiero llevar una vida agradable a Ti. Escucha mi oración Señor, te lo pido en Cristo Jesús
Amén

19 mar 2009

NVI- Mateo 21:45-46a

Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos oyeron las parábolas de Jesús, se dieron cuenta que hablaba de ellos y buscaban la manera de arrestarlo…




En repetidas ocasiones he recibido correos electrónicos comentando acerca de cómo estaban atravesando una situación muy similar a la que se describió en el versículo del día. No soy yo el que le atina a los ejemplos sino Dios que a través de su Palabra nos va mostrando cómo ir tomando decisiones en nuestro día a día.
Como he escrito varias veces: Dios quiere reconciliarse con nosotros y nos busca todos los días. No somos nosotros quienes buscamos a Dios sino El a nosotros. A veces permitirá momentos difíciles en nuestra vida y en otras ocasiones habrá prosperidad, pero en una o en otra, lo que está buscando es que volteemos a Él y le reconozcamos la gloria que merece.
Ahora, no todos aceptan tan fácilmente lo que Dios les muestra. En el versículo nos damos cuenta que los sacerdotes y fariseos, los más eruditos en las escrituras, al escuchar que les estaban hablando directamente, reaccionaron con odio y coraje hacia las palabras de Jesús, a tal grado que buscaron la forma de arrestarlo. Un testimonio de un hermano en Cristo que se encuentra en el reclusorio sur, comentaba que antes de aceptar a Jesús en su corazón, llegó a golpear duramente a aquel que se acercó a compartirle de Dios. No es algo de extrañarse el reaccionar en contra de lo que dice el Señor. Es normal que nos moleste y no lo queramos aceptar. ¿Por qué? Primeramente porque está mostrando tu pecado, segundo, está sacando a la luz tus faltas con los parámetros de Dios y no los tuyos, y por último, porque quiere ponerse como señor de tu vida y ese lugar normalmente lo quieres ocupar tú. ¿Te das cuenta por qué no es fácil? Básicamente nos está golpeando con todo a nuestro orgullo y nos están poniendo en el lugar que nos corresponde: de servidor, y quitándonos el que teníamos (o queríamos) de ser servidos.
No sé cuántas veces has escuchado de Dios. No importa si son muchas o pocas, lo que realmente importa es cuántas veces has permitido que sus palabras penetren en tu corazón y las has guardado en tu mente para transformarlas en principios de actitud. No hay muchas opciones cuando se trata de escuchar a Jesús: lo aceptas o lo rechazas. No hay un término medio. No se puede medio escuchar o medio rechazar. Insisto, sé que no es fácil ceder al orgullo personal, a todo aquello que has utilizado para salir adelante, pero Dios te pide que comiences una nueva vida donde Él es quien sustenta absolutamente todo y tú obedeces y sigues su camino escuchando su Palabra.
¡Ten ánimo y cambia! Deja que Dios te hable. Pon atención a sus palabras y no las rechaces ni las arrumbes en un rincón, ¡ponlas por práctica hoy mismo!

Oración
Dios: perdona si he rechazado tus palabras. Me cuesta trabajo hacer a un lado mi orgullo y escuchar tus correcciones. Trabaja con mi corazón para que sea sensible a tus palabras y puedan entrar en mi corazón, no quiero ser como los fariseos que al escucharte se enfurecían en tu contra. Toma el trono de mi vida y guíame siempre. Te amo Señor y escucha mi oración en Cristo Jesús
Amén

18 mar 2009

NVI- Mateo 21:31b-32

Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios. Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle.


Jesús estaba explicando una parábola de dos hijos en la cual, el padre les pide que vayan a trabajar al viñedo: el primero dice que no irá pero al arrepentirse va, mientras el segundo dice que irá pero nunca va. ¿Qué quiere decir esto para ti y para mí? ¿Cómo se aplica este pasaje en la actualidad?
Mientras leía este pasaje, me sorprendió la fuerza con la que Jesús habló y nos habla sobre la hipocresía y el falso concepto de uno mismo. Los recaudadores de impuestos eran personas sumamente odiadas o vistas como traidores por el pueblo judío pues trabajaban para Roma y muchas veces cometían injusticias junto con corruptelas hacia su propio pueblo. Con respecto a las prostitutas, no creo que sea necesario aclarar el por qué de su mala fama…
Este es un llamamiento a cada uno de nosotros para entender nuestro propio pecado, nuestras propias faltas y nuestra necesidad de ser perdonados al igual que cualquier otro pecador. Necesitas la misma misericordia que aquellos a los que consideras “peores” que tú. Si bien, hay pecados con diferentes consecuencias, el pecado en sí, te separa de Dios.
En los tiempos del pasaje, los judíos veían con desdén a los recaudadores de impuestos y a las prostitutas, por ello, cuando Jesús les dijo estas palabras, quedaron sin ningún argumento a su favor para seguir sintiéndose “buenas personas”. Su pecado quedó expuesto en la totalidad y entendieron que sus parámetros de bueno o malo, no son los que utiliza Dios. Ten cuidado de no sentirte “menos pecador” que otra persona, ten cuidado de no juzgar a tu prójimo sino ora por él y por sus faltas, ten cuidado de pensar que Dios no necesita perdonarte mucho como a otros que conoces. Ten cuidado de menospreciar la misericordia tan grande que tiene Dios contigo. Eres pecador. Esta es nuestra naturaleza caída. Gracias al amor, misericordia y sacrificio de Jesús puedes tener relación con el Señor, no por ningún mérito propio.
Por último quiero resaltar que el segundo hijo dice que obedecerá y no lo hace, mientras el primero se arrepiente y sí lo hace. Hoy en día, muchos piensan que pueden hacer lo mismo con Dios. Saben que deben obedecer, dicen que sí pero al momento de actuar prefieren no hacer nada. Piensan que pueden posponer su obediencia o que no es el momento para cambiar su vida. Ten cuidado de no caer en esta situación pues tienes una gran probabilidad de nunca hacerlo. No dejes pasar más tiempo y reconcíliate con Dios. Reconoce tus faltas y comienza una vida distinta, una vida plena y con propósito.

Oración
Señor: me arrepiento de mis pecados. Perdona mi soberbia y juicios contra otros pues pensaba que era mejor que ellos. Te pido que pueda entender tu misericordia hacia mí y vivir agradecido siempre. Gracias por mostrarme mis errores con tanto amor y permite que viva una vida diferente. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

10 mar 2009

Mateo 23:3

Así que ustedes deben obedecerlos y hacer todo lo que les digan. Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que predican.



Jesús les está diciendo a sus discípulos que es necesario que obedezcan a los maestros y fariseos, pero que pongan mucha atención a su forma de comportarse pues una cosa es lo que dicen y otra la que hacen.
¿Cuánta gente no hace esto? Muchísima. Es muy fácil hablar, dar instrucciones y decir esto y aquello, pero qué difícil es cumplir con lo que se predica. Cada día que yo escribo algo en estos versículos, primero me lo digo a mí mismo y entiendo que debo hacerlo para posteriormente escribirlo. No quiere decir que ya llegué a la perfección y todo lo que he escrito lo hago, ¡ojalá! Pero lo que sí tengo es la disposición de escuchar y ser diferente practicando lo que es predicado.
En las instrucciones de Jesús vemos que les dice a sus discípulos sobre la obediencia a las autoridades religiosas en ese momento. A pesar de que Jesús era buscado todos los días por ellos para ser asesinado y no quisieron reconocerlo, Él en cambio, siempre respetó e instruyó a que se respetaran. Tú y yo debemos respetar a nuestras autoridades tanto espirituales como en el mundo en general. Ahora, muchas personas descartan la obediencia a una u otra persona por el hecho de que les han encontrado alguna falta y con ello ya piensan que no deben obedecer. Por esta causa, Jesús nos dejó dicho claramente que una cosa es obedecer y la otra cuestionar a quién se obedece y a quién no dependiendo de lo que veamos o descubramos en aquellos que debemos obedecer.
Esto quiere decir que cuando tú obedeces a cualquier autoridad, primero, estás obedeciendo a Dios. Tú no debes poner pretextos para obedecer. Si bien, las personas pueden tener faltas, Dios te dice que obedezcas y punto. Ahora, es de suma importancia que sepas distinguir entre la obediencia y la complicidad. Debes tener muy claro que cuando algo está en contra de Dios, tú no debes participar en ello. Jesús les dijo a sus discípulos que tuvieran cuidado de los fariseos pues hacían lo opuesto a lo que decían. Pero ¿cuidado de qué? De volverse como ellos, de imitarlos, de juntarse tanto con ellos que comenzaran a hacer lo mismo sin darse cuenta.
Por último, es importante que en tu vida exista siempre una coherencia entre lo que dices y lo que haces. No puedes llevar una doble o triple vida. No existe una vida familiar, otra laboral y otra espiritual. Toda la vida es una misma así como tu cuerpo es uno mismo. Te animo a que comiences a alinear cada área de tu vida que se encuentra desajustada de la Palabra de Dios y comiences a vivir con congruencia entre lo que crees, platicas y predicas

Oración
Señor: te agradezco por tus enseñanzas y por la oportunidad de que yo las aprenda. Te pido que deje de ser diferentes personas dependiendo del lugar y la situación y pueda así ser congruente contigo y conmigo mismo. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

9 mar 2009

NVI- Salmo 42:1

Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.



Si un día en mí trabajo se me ocurriera decir: tengo necesidad de Dios, necesito de su palabra como cuando un hambriento escarba en las migajas, probablemente me verían con una cara de extrañeza y pensarían que me volví loco. Pero si les digo en ese mismo instante: necesito salir urgentemente de vacaciones y relajarme porque hay demasiada presión, esto sí lo tomarían como algo normal y sobre todo estarían de acuerdo. ¿Crees que te pasaría algo similar en tu actividad diaria? Estoy seguro que sí.
Con el paso de los años, el mundo se ha acostumbrado a hacer a un lado a Dios. Queremos ir por nuestras vidas y no depender de nada ni de nadie, tratar de cumplir nuestros sueños y deseos y eso nos llevará a una vida “plena”.
¡Qué engaño tan grande!
Regresando a mi ejemplo, cuando te encuentras sumamente estresado y las cosas no están saliendo bien y en general tu estado de ánimo no es el mejor, lo que todo el mundo piensa que es “normal” es que necesitas un descanso y salir de tu rutina. En realidad lo que tienes es una deshidratación espiritual y tu ser necesita el agua de Cristo. Este tipo de agua no la puedes encontrar en ningún otro lugar que en tu relación con Dios.
Lo que el salmista está diciendo es: tengo tanta necesidad de acabar con todo lo que está pasando a mi alrededor, estoy cansado de las cosas que han pasado, estoy exhausto de no saber hacia dónde caminar, ya no puedo seguir adelante pues al parecer todo está en mi contra. Esto es lo que significa que todo tu ser busque a Dios. Esto es lo que significa tener sed como un ciervo jadeante en busca de agua. Pero si un ciervo tiene sed, sabe que necesita agua, tristemente nosotros como humanos, no siempre reconocemos esa necesidad de Dios. A veces veo personas que prefieren seguir caminando por sí mismas pensando que no están tan sedientas, creyendo que si ya han pasado tantos años de su vida así, seguro pueden seguir varios más…
Hoy quiero llevarte a entender tu sed. Una sed que no se puede satisfacer con absolutamente nada de lo que ves o tienes en este mundo. Esta sed solamente puede ser llenada con Cristo en tu corazón.
No sé si tienes tiempo de conocer de Jesús o no, pero quiero pedirte que medites sobre tu sed espiritual. ¿Te da miedo o te molesta reconocer que tienes sed? ¿Te das cuenta que lo que has buscado en el mundo, no satisface esa sed espiritual? Espero que todos podamos clamar a Dios como el salmista reconociendo nuestro amor y necesidad del Señor para que calme nuestra sed con su gran misericordia.

Oración
Padre: necesito de Ti. He querido seguir mi propio camino pero ya no puedo más. Todo mi ser tiene sed de Ti. Gracias por enseñarme que puedo acudir a Ti para que no me sienta así. Guíame Señor para llevar una vida nueva y diferente a tu lado. Te lo pido en Cristo Jesús
Amén

5 mar 2009

Mateo 21:12-13

Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. Escrito está, les dijo, mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes la están convirtiendo en cueva de ladrones.



¿Por qué se puso a tirar las mesas y echar fuera a los que estaban allí? En el Antiguo Testamento estaba escrito que se tenían que hacer sacrificios para perdón de pecados y había ocasiones en las que era necesario comprar palomas o ciertos animales para que fueran sacrificados. ¿Por qué se enoja tanto Jesús? Algunos historiadores narran que los sacrificios se convirtieron en un gran negocio. Como todo negocio, había personas sin ética y se aprovechaban de las personas que acudían al templo para comprar su ofrenda y sacrificio. Por ejemplo, se dice que había cierta conexión entre los sacerdotes y los mercaderes al no aceptar a los animales que traían argumentando que no eran perfectos como lo pedía Dios y que era necesario que fueran y compraran otro con quienes estaban coludidos. La Biblia no nos da mucho detalle para conocer lo que más enfureció a Jesús, pero lo que sí sabemos es que nuestro Señor tiene conocimiento pleno de lo que hay en nuestros corazones y pudo fácilmente reconocer las faltas que estaban cometiendo en su nombre.
Este pasaje no es para que se quede en la historia. Hoy en día debes estar atento a lo que sucede en las congregaciones. Hace unos meses me llegó un correo electrónico con fotografías de la casa de un supuesto pastor. No tenían nada que las respaldara oficialmente, pero el hecho de que estén circulando es porque probablemente algo tendrá esa persona que le puedan reclamar.
He visto también eventos similares con la venta de artículos para oración u ofrendas como las velas. En algunos templos tienen velas a la venta para “hacer peticiones” o no sé exactamente para qué sirvan, lo que me sorprendió es que existen de diferentes tamaños y obviamente con ello de diferentes precios. Esto querría decir que aquél que compra la más grande ¿mayor probabilidad tiene de ser escuchado?
Si bien, los líderes deben estar al pendiente de las congregaciones, es nuestro deber como participantes de cuidar nuestros grupos de aquellos que busquen desviarlos de su propósito original: alabar a Dios. No se trata de criticar a aquellos que tienen errores, sino de animarnos a nosotros como congregantes a estar alerta de las fallas que puedan surgir en nuestras congregaciones. Debemos estar sumamente atentos a que siempre se predique la Palabra de Dios y se actúe conforme a ella.

Oración
Padre: te pido perdón por mis pecados y me limpies para poder tener comunión contigo. Guíame para seguir tu camino y no salirme de él, además te pido que pongas en mí discernimiento para estar al pendiente de que tu Palabra sea la que se predique y cumpla en mi congregación, también te pido porque me llenes de amor para con ella y entienda que tengo un compromiso también como participante. En Cristo Jesús te lo pido.
Amén.

4 mar 2009

Mateo 21:1-2

Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos con este encargo: vayan a la aldea que tienen enfrente, y ahí mismo encontrarán una burra atada y un burrito con ella. Desátenlos y tráiganmelos.



Siempre que leo este evento no dejo de sorprenderme. Si lees la Biblia sin poner mucha atención, estoy seguro que has leído varias veces estos versículos y nunca has notado nada interesante en ellos, incluso, puede que ahora estés diciendo lo mismo. ¿Qué tienen de interesante? Cuando leemos cualquier parte de la historia, ya sabemos lo que va a pasar por que ya sucedió. En este caso, sabemos que los discípulos irán a la aldea que Jesús les pide y encontrarán una burra atada, pero cuando nos ponemos en los pies de lo que los personajes estaban pasando en ese preciso instante sin saber lo que sucedería después, todo cambia totalmente.
Pienso en cómo hubiera reaccionado yo ante tal mandamiento… piénsalo por un momento. Estás entrando a una ciudad o un pueblo y te dicen, entra y ahí vas a encontrar un burro atado, quiero que me lo traigas… ¿no te parecería ilógico? ¿No te preguntarías si el dueño del burro te lo querría prestar?
Me parece que los discípulos han de haber pensado ¿y qué tal si hay más de un burro atado? ¿Y si no hay ninguno? ¿En qué parte de la aldea debemos buscar? ¿No nos pedirán dinero por tomar al burro? En el relato de Lucas 19:31, nos dice que Jesús les da mayor instrucción: si alguien les pregunta por qué están llevándose al burro digan que el Señor lo necesita.
¿Puedes ver cómo Dios trabaja hoy en día de la misma manera en nuestras vidas? ¿Te das cuenta que hoy te dice que lo obedezcas y confíes en El?
Entonces ¿por qué nos cuestionamos tanto? Cuando aprendes algo nuevo de Dios y reconoces que debes cambiar ¿por qué pones tantos pretextos? ¿Qué te hace falta para ser como los discípulos que sin cuestionar a Jesús se adentraron en la aldea e hicieron como les fue dicho? ¿Por qué si Dios dice tú dudas? ¿Por qué no te entregas a Él?
Cuando Dios habla, tú obedeces, así es como Dios quiere que sean las cosas. En cambio, cuando Dios habla, tú y yo cuestionamos: Señor, pero para qué quieres un burro, no prefieres un caballo; qué pasa si no encuentro al burro, estás seguro que va a haber un burro entre tanta multitud; ya viste Señor el pueblo, dudo que haya un burro ahí; este pueblo tiene fama de no dar nunca nada, por qué me van a dar un burro, y así sucesivamente te cuestionas absolutamente todo…
Si Dios te dice: ve, tú vas y obedeces. Deja de dudar y cuestionar a Dios, mejor vive sus mandamientos y disfruta de la bendición que es obedecerlo.

Oración
Señor: perdona que dude y cuestione tanto tus mandamientos. Dame fuerza y fe para obedecerte sin reservas y entender que cuando das un mandamiento, ya has preparado el camino a la perfección para que yo pueda ir y cumplir lo que Tú me pides. Quiero vivir una vida de obediencia y te pido que me guíes para hacerlo en el nombre de Jesús
Amén

Mateo 20:25-26

Jesús los llamó y les dijo: como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor.




¿Cuántas quejas escuchas sobre los gobernantes? ¿Cuántas noticias se escuchan sobre abuso de autoridad, opresión, enriquecimiento ilícito, etc.? Desafortunadamente, abundan estas historias. Hace más de dos mil años, el ser humano tenía los mismos defectos que tenemos ahora. Las formas han cambiado, pero la esencia del pecado es la misma.
Este pasaje enseña en sobremanera sobre la conducta que debemos tener aquellos que seguimos a Jesús. De hecho, si pones atención, te puedes dar cuenta que estas palabras no las está dirigiendo al público en general, sino está haciendo una separación entre lo que están acostumbrados a ver y lo que quiero que hagan mis discípulos.
Todos aquellos que trabajamos, conocemos perfectamente cómo funcionan las jerarquías. Los organigramas son una pirámide en la que todos los que se encuentran abajo sirven al que está arriba. En los gobiernos pasa lo mismo, se tiene una base general (el pueblo) y se van subiendo los escalones con los “representantes” hasta llegar normalmente a un número muy reducido de personas quienes toman las decisiones últimas.
Este mandamiento viene de la petición de la madre de Jacobo y Juan a Jesús para que los pusiera a su derecha e izquierda en su reino. No importa si eran discípulos de Jesús, no importa si llevas toda tu vida siguiendo a Cristo, siempre van a existir áreas por trabajar en tu vida, y una de las más importantes es el servicio.
Al que quiera ser grande que sea el primero en servir. ¿Quieres ser grande? ¡Aprende a servir! Nos encanta crecer para ser servidos… eso es lo que nos han enseñado desde siempre. Hoy quiero animarte a reflexionar sobre tus deseos de crecimiento. Puedes crecer en tu trabajo, en tu iglesia y en cualquier otro tipo de actividad, pero en cada una de ellas, debes tener muy claro si estás creciendo por tu propia voluntad para ser servido o estás buscando dar testimonio de que eres seguidor de Jesús y has crecido para servir.
La humildad no llega fácilmente por sí sola. Se trabaja constantemente. Si tienes alguna posición de liderazgo, te invito a que le des gracias a Dios por ella y comiences a servir a los que están debajo de ti. Te invito a que cualquier actividad que realices en tu vida, tengas presente el servir como un buen imitador de Cristo.

Oración
Padre: perdona que no me haya preocupado por servir sino por ser servido. Cambia mi corazón para poder ser de utilidad para Ti y ser una persona que de testimonio de Ti sirviendo en todo momento. Te pido que quites de mi el orgullo que estorba para poder servir y todas las ideas con las que he crecido que no aceptan el servicio como algo bueno. Me entrego a Ti Señor en el nombre de Jesús.


Amén

2 mar 2009

Mateo 20:18-19

Ahora vamos rumbo a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará.




Jesús anuncia nuevamente que ha de padecer por nosotros y cómo sucederá. ¿Para qué repite lo que ya había anunciado anteriormente? Incluso lo va a volver a repetir. ¿Qué sentido tiene el decirlo una y otra vez? ¿Por qué sus discípulos no lo entendieron desde el principio? ¿Por qué si sabían lo que habría de venir se desilusionaron tanto cuando sucedió?
Al parecer podemos tomar dos principios de esto:
Primero, conforme vamos creciendo en nuestro conocimiento y entrega en Cristo, podemos discernir mejor lo que antes habíamos aprendido. Cada día que los discípulos pasaban con Jesús, crecían espiritualmente y se fueron preparando (sin saberlo) para el momento en que Cristo no estaría con ellos. De la misma forma, tú y yo atravesamos diferentes eventos en nuestra vida, muchas veces sin entenderlos, que nos preparan para situaciones futuras. Lo que has vivido y lo que estás viviendo, te permiten aprender aquello que de otra manera nunca hubieras aprendido. No es fácil entenderlo al principio, pero conforme pasan los días o incluso los años, te podrás dar cuenta de lo que has podido madurar en tu vida espiritual. En el caso de los discípulos, después de que Jesús fue crucificado y salieron desilusionados, cada uno empezó a comprender lo que su maestro les había dicho con anterioridad y pudieron retomar lo que les había encomendado.
Segundo, será necesario repetir y repetir lo aprendido para poder hacerlo un principio que podamos identificar en nuestras vidas. Como cualquier otra cosa que hayas aprendido, no basta con escuchar una sola vez para que quede grabado en ti. ¿Cuántas veces tuviste que repasar algún problema de matemáticas o alguna fórmula? Estoy seguro que muchas. Pues de la misma forma nos repite Jesús lo que es necesario que aprendamos. ¿Cuántas veces has estado en situaciones en las que necesitaste que alguien te recuerde los principios de Dios? No quiere decir que no los conocías, simplemente al recordarlos, volvieron a tomar forma en ti. Jesús sabía que sería un momento difícil para sus discípulos el atravesar su muerte y por ello se encarga de explicarles en varias ocasiones lo que habría de suceder. Hoy, Jesús sabe que tu vida es difícil. El Señor sabe perfectamente de “qué pie cojeas” y cómo puedes entregarte para poder salir adelante, pero para corregir esto, es necesario que tú y yo escuchemos con atención todo aquello que Dios nos está repitiendo. ¿Lo entiendes ahora?

Oración
Señor: gracias por no cansarte y repetir lo que debo aprender. Ayúdame a ser más sensible a Tu voz y poder reconocer cuando estoy haciendo las cosas de manera equivocada. Te pido que pueda escucharte más y que me des fe para seguirte sin restricciones. Gracias por haber enviado a Cristo a morir por mis pecados y por el gran ejemplo que me dejó para seguir. Oro a Ti en el nombre de Jesús
Amén

NVI- Mateo 19:27

¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo por seguirte! Le reclamó Pedro. ¿Y qué ganamos con eso?



Esta pregunta que hace Pedro, entra en un contexto, en el cual, Jesús les acaba de decir que será muy difícil que los ricos entren en el reino de los cielos (por lo que pasó con el joven rico) y agrega diciendo que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino. Los discípulos y la gente que se encontraba alrededor quedaron desconcertados y comienzan a preguntarse (con toda razón) y entonces ¿quién puede ir al cielo? En ese entonces y probablemente en la actualidad también pase, se pensaba que la gente rica, al tener mejores contactos con los líderes espirituales y al poder realizar aportaciones mayores serían los “privilegiados” para ir al cielo. Por esta razón, Jesús rompe el paradigma y frena la mala costumbre de ver lo material o lo físico para que entendamos que Dios ve lo interno del corazón y los pensamientos.
Pero Pedro va más allá de estos pensamientos y se cuestiona (a mi parecer correctamente) lo que está haciendo y el propósito que tiene. ¿Y qué ganamos con esto? No se trata de ser avaricioso o querer siempre algo a cambio para realizar una actividad. Pero pongámonos en los zapatos de Pedro por un momento. ¡Entregó su vida entera! El tenía su negocio próspero en la pesca. No necesitaba una nueva profesión y seguramente se sentía contento con lo que tenía. Si tú no te has hecho esta pregunta, te animo a que en este momento la hagas: ¿y yo que recibo por seguir a Cristo? Jesús no quiere que lo sigamos simplemente por ser borregos, por imitar a los demás, para quedar bien con la gente, para sentirnos buenos, para tratar de calmar nuestros malos hábitos. Jesús, como he dicho anteriormente, vino a reconciliarnos con Dios y quiere que tengamos una relación directa con el Padre quien a su vez tiene un propósito especial para cada uno de los que lo seguimos. Imagina que ahora Jesús te pide que dejes todo lo que haces y lo sigas como en el caso de Pedro. ¿No te preguntarías lo mismo? ¿Te das cuenta que la pregunta tiene sentido? Pedro simplemente estaba pensando: entiendo que mi vida ha tomado sentido aquí en la tierra por seguirte Jesús, ¿pero qué va a pasar cuando muera? Yo quiero ir al reino de los cielos contigo.
Jesús contestó diciendo que aquél que haya dejado casas, familia, trabajo, etc., recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. ¡Qué mejor recompensa que la vida eterna a lado de Dios! No te sientas mal de cuestionar lo que haces. Cuando tengas dudas, acude a la Biblia. Pedro dudó y acudió a Jesús.

Oración
Padre: gracias por mostrarme tus planes y además de darle sentido a mi vida en la tierra, me das seguridad de que al morir tendré vida eterna y podré estar contigo en tu reino. Ayúdame a entender que al entregarte mi vida, Tú tienes cuidado absoluto de mí y además tiene un sentido agradable a Ti el hacerlo. Guíame siempre Señor en el nombre de Jesús
Amén